Bahía Blanca | Sabado, 25 de octubre

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Escape libre: modifican la reglamentación para facilitar el secuestro de motos

La acción es considerada como una de las principales fuentes de contaminación sonora y de emisión de gases tóxicos. Se prevé llevar adelante un control desde una perspectiva práctica, técnica y jurídica. Correcciones a la ordenanza 21.423.

Motos y ruidos, una constante en la ciudad. / Fotos: Emilia Maineri-La Nueva.

Por pedido del Tribunal de Faltas Municipal, el Departamento Ejecutivo de Bahía Blanca procedió a modificar el decreto que reglamentaba la ordenanza 21.423 (sancionada a mediados de 2023), de modo de agilizar el procedimiento frente a motociclistas que circulan con vehículos con escape libre, que se considera una de las principales fuentes de contaminación sonora y de emisión de gases tóxicos.

De acuerdo con lo señalado por los jueces de faltas, el decreto que establecía los mecanismos para llevar a la práctica la ordenanza, resultó ser “de dificultosa aplicación”, traduciéndose eso en “su bajo nivel de eficacia”.

Esa falta de practicidad, se detalla, “ha impedido avanzar en la solución del flagelo de la contaminación generada por estos escapes no homologados e ilegales”, ante lo cual se solicitó al Departamento Ejecutivo su modificación y adecuación.

Corregir la normativa es considerado indispensable para ofrecer a los inspectores lineamientos “claros, factibles y de real aplicación” para llevar adelante un control “desde una perspectiva práctica, técnica y jurídica”. En ese camino, el Ejecutivo planteó un nuevo procedimiento, al que definen de “robusto” y que prioriza la salud pública. Está demostrado que la exposición a los ruidos excesivos genera efectos adversos sobre la audición, el sueño, la salud mental, el rendimiento, genera interferencias en la comunicación y altera el aprendizaje en niños.

La Organización Mundial de la Salud define como ruido a todo sonido superior a 65 decibeles (dB) y recomienda que el nivel sea inferior a ese valor durante el día y menor a 55 dB durante la noche. A partir de los 85 decibeles puede generar daños auditivos cuando la exposición es prolongada. El escape libre puede llegar a producir ruidos de hasta 130 dB.

Los cambios, las consecuencias

A partir del nuevo decreto, la autoridad de aplicación pasó a ser el Juzgado Municipal de Faltas, que trabajará en coordinación con la Subsecretaría de Protección Ciudadana, reemplazando a la Dirección General de Ordenamiento Urbano designada dos años atrás.

Hasta ahora, la metodología establecía que las motos con escapes inadecuados eran detenidas, pero que se debía realizar la medición del ruido en el lugar antes de proceder a su secuestro.

La medición corría por cuenta del personal de Saneamiento Ambiental. Esta acción conjunta era compleja de organizar, con lo cual los inspectores muchas veces no podían establecer el secuestro aunque fuese evidente la falta.

A partir de ahora, la detección de un escape ilegal permite su retención preventiva y traslado al depósito municipal para, luego, realizar las verificaciones que correspondan.

Se establece, además, que utilizar estos caños conforma una falta grave con una multa que oscila en alrededor de 482 mil pesos y que puede llegar hasta $ 1.600.000, de acuerdo con el criterio del juez, o en caso de ser un infractor reincidente.

Los Jueces de Faltas dispondrán la inutilización —o destrucción— de los escapes, acción que se realizará mediante su corte, compactación u otros métodos. Los residuos que resulten serán gestionados, priorizando su reciclado o una disposición final segura.

También se llevará un registro de reincidentes y de escapes decomisados, con los datos del vehículo, su titular, fecha de infracción y método de destrucción empleado.

La discusión

El jefe del bloque Juntos del Concejo Deliberante de Bahía Blanca, Adrián Jouglard, que participó de la elaboración de la ordenanza prohibiendo la circulación de vehículos con caños de escape libre o adulterado, compartió hace un par de semanas algunos mensajes a través de las redes sociales, mencionando la “falta de voluntad” del municipio para trabajar en contra de esos ruidos molestos.

“En Bahía Blanca los ruidos insoportables de los escapes libres continúan porque al intendente (en alusión a Federico Susbielles) le falta decisión política. No se trata de falta de normas: la ordenanza 21.423 y la Ley Nacional de Tránsito 24.449 están vigentes y son claras. Lo que falta es hacerlas cumplir y terminar con este descontrol que afecta la vida de los bahienses”, tuiteó.

El primero en responderle fue el titular del bloque de Unión por la Patria del Concejo Deliberante, Álvaro Díaz, quien manifestó que la ordenanza a la que hacía alusión Jouglard “daba un marco escueto y pobre” para enfrentar el tema.

La realidad evidenció que se necesitaba ajustar y mejorar la reglamentación; es decir, cómo llevar la ordenanza a la práctica.

También Federico Montero, extitular de la Agencia de Seguridad, Emergencia y Respuesta Inmediata y actual subsecretario de Fiscalización y Control Policial en el Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, le respondió, recriminándole que él no pudo resolver el tema cuando fue secretario de Gobierno, para agregar que “la ordenanza es tan mala que los inspectores retuvieron solo tres motos”.

La realidad muestra, ahora, que se necesitaba ajustar y mejorar la reglamentación; es decir, cómo llevar la ordenanza a la práctica, tarea que corresponde al Departamento Ejecutivo.

“Celebro estos cambios, porque se hacen respetando una legislación claramente útil, pero cuya aplicación establecida por el Ejecutivo era compleja desde el momento que exigía una medición del ruido en el momento del operativo, llevada a cabo por personal de Saneamiento Ambiental, el cual no siempre estaba disponible para ser parte de los controles. Ahora eso cambió: al advertirse un vehículo con el escape modificado, se puede hacer su secuestro preventivo”.

El edil mencionó —además— que está bien que se haya modificado la autoridad de aplicación y que sea el Juzgado de Faltas el que actúe. “Es importante, además, tener un registro de infractores y que se proceda a la destrucción de los escapes que estén en falta”, sostuvo.

La ordenanza 21.423 fue sancionada en junio de 2023. Allí se indica:

“Prohíbase en todo el partido de Bahía Blanca la circulación en la vía pública de automóviles, motos y cualquier otro vehículo a motor, que posean caños de escapes no reglamentarios y/o toda modificación que sufra el mismo que no se encuentre debidamente homologada.

“Ante la detección en la vía pública, se procederá al secuestro de la unidad y su acarreo por la autoridad municipal, en el caso que se confirme que el escape produce niveles sonoros superiores a los reglamentarios”.

El por qué

Pocas acciones son tan molestas, dañinas e irrespetuosas como las de quienes deciden utilizar escape libre y recorrer las calles de la ciudad. La pregunta es: ¿por qué lo hacen?

Entre las varias respuestas se impone el gusto que tienen por un sonido más fuerte y agresivo, generando una sensación de mayor potencia, aunque la misma puede ser mínima y, a veces, psicológica.

El escape libre puede permitir que los gases salgan más rápido, lo que puede aumentar el rendimiento del motor, especialmente en altas revoluciones. Para muchos, tiene un diseño más atractivo y deportivo y son más ligeros, lo que puede contribuir a una mejora en el manejo.