Bahía Blanca | Jueves, 16 de octubre

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Bahía Blanca | Jueves, 16 de octubre

Calle 9 de julio: naturaleza, paredones, historia, casas chorizo y un maravilloso friso art decó

La historia escrita en piedra. Eso es también la arquitectura: reflejo de su tiempo, legado del pasado.

“No creo que la arquitectura se trate únicamente de refugio, debería poder emocionarte, calmarte, hacerte pensar”. Zaha Hadid

Para el filósofo y poeta Friedrich Nietzsche Nietzsche, caminar era una actividad vital para la superación personal y para alentar la creatividad. Caminar le proporcionaba bienestar físico y era una forma de escapar de la rutina. "Un pensamiento grande se concibe mientras se camina", dijo.

Los franceses le pusieron un nombre al hábito de caminar y lo convirtieron en un arte. Lo llamaron flânerie,  derivado de flana, que significaba “vagar sin propósito”. Por mucho tiempo tuvo un matiz despectivo: un flâneur era un vagabundo. Pero en el siglo XIX se convirtió en una apreciada forma de explorar y mirar. El ensayista Walter Benjamín describía al caminante como un espectador urbano, un investigador de la ciudad.

Eso sucede cuando uno se toma unos minutos para caminar sin el apuro de llegar, simplemente por el gusto de mirar, de prestar atención, de pararse un minuto ante algo que nos llama la atención. Cuando se tiene ese espíritu, la arquitectura tiene la posibilidad de manifestarse con más esplendor, sacar a relucir su condición de hecho artístico, de dar testimonio de épocas y costumbres, de narrar desde su presencia la historia de una cuadra, de un barrio.

Calle patria

Este recorrido es por calle 9 de julio, una fecha que refiere al año 1816, cuando representantes de las Provincias Unidas del Río de la Plata reunidos en Tucumán declararon la Independencia de la República Argentina. Unas pocas cuadras son suficientes para disfrutar de estilos, formas, texturas y diseños.

 

La naturaleza sobre el ladrillo

Las viviendas que se retiran de la línea municipal tiene la posibilidad de generar un jardín en el frente, lo cual no es un hecho menor: es una transición entre la vereda y el adentro, un lugar para sumar verde y flores, en particular con la llegada de la primavera.

Casas con fecha

A principios de siglo era un recurso habitual grabar en el frente de la vivienda el año de construcción, dato que aparecía como remate o sobre la puerta de entrada. Un detalle distinto, que con el tiempo adquiere mayor dimensión.

En particular, la esquina con calle Rondeau tiene un componente adicional como es el de las chapas enlozadas indicando los nombres de las calles. De fondo azul y letras blancas, un poco abombadas, son referencias de más de un siglo, de gran valor histórico y cultural.

Vacío cooperativo

Hace algunos meses fue demolida la edificación de esquina de Rondeau y 9 de Julio. Propiedad de la Cooperativa Obrera, se indicó que se debió al mal estado del lugar, sin uso desde hace tiempo, y que por ahora quedará como un lote de terreno con un cerco de obra, sin obra.

En ese lugar fue inaugurada, en 1944, la sección tienda de la Cooperativa ferroviaria, entidad fundada en 1919 por empleados del ferrocarril y que tuvo un gran desarrollo hasta su fusión, en 1955, con la Cooperativa Obrera Limitada.

La geometría

El art decó, siempre presente. Posiblemente Bahía Blanca sea una de las ciudades de la provincia con más obras barriales art decó. Se las cuenta por cientos, cada una con su diseño propio, geometría, ondulaciones, guardas.

Furor en las décadas del 20 y del 30, fueron un soplo de modernidad, relacionado con la velocidad y la mecánica. Adoptado por Miami y Hollywood, sumó a esas características el glamour de las estrellas del cine.

Un letrero que maravilla

Una de las características del art decó es que se extendió a todas las ramas vinculadas a las estética y la producción, incluso maquinarias, muebles, indumentaria, juguetes, automóviles, barcos, joyas, accesorios y la tipografía.

En este caso no es fácil descubrirlas, pero ahí están, mimetizadas con la pared que las contiene, la leyenda: “T. de Fundición y tornería de V. Luccerini”. Cada letra es puro art decó: la o un círculo, la E y la F escalonadas, la A un triángulo: todo geometría y figuras puras.

Ya no funciona más la tornería, queda el portón que conducía al taller, y en el local del frente aparecen huellas de otros tiempos, el legado de un Video-club, el auge de alquilar películas en VHS y un buzón pensado para su devolución en cualquier momento del día.

Paredón y después

Otro aporte de altísimo valor desde lo histórico son las llamadas casa chorizo, que se multiplicaron por cientos a principios del siglo XX. Pensadas para lotes de menos de 9 metros de frente, se recostaban las habitaciones sobre una de las medianeras, una a continuación de otra, con puerta de salida hacia una galería. Al fondo, la cocina y el baño.

Un patio a frente, otro lateral, uno al fondo. En general estas viviendas definían la línea municipal con paredones con rejas en su parte superior y pilares con coincidencia con la puerta de ingreso.

En este caso las hay que han mantenido su estética, las haya apareadas y también las que han sido ampliadas o modificadas pero que dejaron parte de aquella construcción original.

Entre molduras y cilindros

Su presencia es siempre llamativa y atractiva. Son viviendas diseñadas con aires historicistas, es decir tomando algunos modelos del pasado, ornamentadas con molduras y detalles, frentes para recorrer y mirar en detalle.

Como particularidad de un proyecto, el cilindro que, se intuye, contiene la escalera de la vivienda, y se manifiesta en el frente. Casa sin rejas sobre la línea municipal, casi una rareza, más el aporte de un pequeño jardín.

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Otro modelo de diseño, emparentados estos dos ejemplos con la construcción de un pequeño hall de acceso, sostenido por columnas y con cubierta de varias aguas. Un toque distinto.

Las casas dibujadas

Las hay por cientos y cientos en la ciudad. La particular decisión de “dibujar” las formas de un chalet sobre el plano de la fachada. Una hilera de tejas coloniales simula ser la cubierta a dos aguas, un revoque escalonado hace las veces de tablas de madera solapada y una terminación ondulada se destaca en la parte superior. En muchos casos se suma el dibujo de la chimenea y el agregado de algún elemento decorativo de hierro.

Finalmente dos obras en altura. Una de ellas que al no estar entre medianeras permite un tratamiento de su cara lateral, de modo de no aportar esos tremendos paredones ciegos que suelen aparecer en las cuadras.

El segundo muestra un volumen escalonado y con salientes. Allí funciona desde 1997 el Hospital Privado Doctor Raúl Matera, gestionado por la Asociación Empleados de Comercio Bahía Blanca.

Final

Retomando el foco en la actitud de caminar, en este caso para leer la arquitectura. El escritor Edgardo Scott, en su libro Caminantes (2019), afirma que no se camina y que, cuando se hace, se camina sin ver, sin abandonarse al paseo. “Los horarios ajustados, las rutinas y las pantallas hicieron añicos la actitud contemplativa”, asegura.

Por eso muchas veces la sorpresa al prestar un poco de atención, al encontrar un espacio distinto para trajinar del día y descubrir lo construido, la galería, el pasillo, la puerta de hierro, el detalle.

La yapa

Las cuadras van generando una verdadera cantata de puertas. Bellezas de otros tiempos, altas, dominantes, transparentes.