Gascoigne y sus historias más oscuras: “Sabía que casarme fue un error… incluso en el altar”
El próximo jueves 23 saldrá un libro autobiográfico.
Paul Gascoigne fue una leyenda con la pelota en los pies, un genio del mediocampo que emocionó a toda Inglaterra en el Mundial de 1990 y en la Eurocopa de 1996. Pero su vida personal estuvo marcada por los excesos, la autodestrucción y, sobre todo, la violencia.
En su nuevo libro, que se publicará el 23 de octubre, “Gazza” vuelve a narrar uno de los episodios más trágicos de su biografía: la noche de 1996 en la que agredió físicamente a su entonces esposa, Sheryl, durante una estancia en el lujoso hotel Gleneagles, en Escocia.
“No fue más que una discusión estúpida en el restaurante, pero escaló. Subió a la habitación y la seguí. Le puse la cabeza contra la suya, y por instinto la empujé. Cayó al suelo, se hizo daño en la mano y gritó de dolor”, relata Gascoigne con un lenguaje tan directo como devastador. Al día siguiente, los tabloides británicos se hacían eco con titulares como “Gazza golpea a Sheryl y la deja llena de moratones”. Ella aparecía con el brazo en cabestrillo y marcas visibles en el cuerpo. El país entero se conmocionó.
Gascoigne admite que ese acto marcó para siempre su reputación.
“Los hinchas rivales comenzaron a llamarme ‘golpeador de mujeres’. Lo llevé como una sombra oscura durante años”, escribió. Su matrimonio con Sheryl duró apenas un año, aunque ella lo apoyó más adelante, incluso cuando fue ingresado por problemas de salud mental en 2008 y de nuevo en 2013.
En el mismo libro, el exjugador de Newcastle, Tottenham o Lazio admite que su matrimonio fue “un error gigantesco”, algo que sintió incluso en el mismo altar, durante su fastuosa boda en julio del 96, celebrada ante compañeros como Paul Ince, David Seaman o Chris Waddle y vendida a la revista Hello! por 150.000 libras. “En cuanto pronunciamos los votos, supe que me había equivocado. Me sentí atrapado".
Infierno personal
La obra es un viaje al infierno personal de una figura idolatrada que ha vivido más de una vez al borde del abismo. Desde muy joven, Gascoigne sufrió traumas derivados de la violencia doméstica que presenció en su hogar y problemas psicológicos que se agravaron con adicciones al alcohol, a las máquinas tragamonedas y a la autolesión. A los 13 ya buscó ayuda psiquiátrica y no podía dormir sin la luz encendida.
"Gazza" también revela en el libro que no estuvo presente en el nacimiento de su hijo Regan. Mientras Sheryl estaba de parto, él se encontraba bebiendo en un pub y se enteró del nacimiento por una noticia en el periódico. "Así supe su nombre. Ni siquiera estaba allí. Es algo que me perseguirá siempre".
Otro episodio llamativo es la surrealista llamada que recibió de Juan Pablo II mientras entrenaba en Italia. “Dino Zoff me dijo que había alguien importante al teléfono. Era el Papa. Le dije ‘¿Alreet, Pope?’ y él apenas entendía lo que decía, pero me hizo saber que quería conocerme. Por desgracia, llegué tarde. Me lo perdí también.”
Testimonio brutal
A lo largo de sus memorias, Gascoigne no se justifica, pero sí se expone. Confiesa sus caídas, como cuando en 1998 se bebió 32 whiskys en una noche antes de ingresar por primera vez en The Priory. O cuando fue detenido por conducir ebrio, ingresado contra su voluntad, y hasta el famoso episodio en 2010 en el que acudió borracho al cerco policial de Raoul Moat, asegurando que podría convencer al asesino de rendirse “si le llevaba a pescar”.
“Cuando bebo, olvido a todo el mundo. No me doy cuenta del daño que hago a los demás… ni del que me hago a mí mismo”, dice con una franqueza que duele.
Gascoigne fue, es y será un símbolo del fútbol inglés, pero también un testimonio brutal del precio que puede tener la fama sin redención. Con “Eight” ("Ocho", el número que usó en su carrera deportiva), entrega no solo un relato, sino una advertencia. Una vida que, pese a los títulos, los goles y las lágrimas de Italia 90, aún busca el perdón. El libro saldrá a la venta el 23 de octubre bajo el sello Reach Sport. (Fuente: Marca).