Bahía Blanca | Domingo, 12 de octubre

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Panamericano U18: "Quería que los chicos toquen la gloria, esto es para toda la vida", dijo el DT de Argentina campeón

El head coach Gustavo Guerrinieri repasó lo vivido en nuestra ciudad, que terminó con la consagración del combinado nacional en un colmado Parque de Mayo.

Gustavo Guerrinieri, con la gorra en alto, le agradece y festeja con la gente que copó el Parque de Mayo hasta altas horas de la madrugada. Fotos: Emilia Maineri-La Nueva.

Mientras el equipo de la selección argentina U18 de sóftbol festejaba el título obtenido hacía instantes en el Panamericano U18 que se disputó en nuestra ciudad, en un rápido paneo dentro de la cancha podía notarse que faltaba alguien.

En la emocionante celebración, pasadas las 2.30 el sábado, estaban los 16 jugadores, sus familiares y amigos que empezaban a copar la cancha y parte del cuerpo técnico, pero no estaba el entrenador en jefe Gustavo Guerrinieri.

Mientras caía la madrugada bahiense, logré divisarlo dentro del dugout, ya sin la gorra ni la postura altiva que mostraba durante el partido. Estaba sentado y relajado, escribiendo y mirando el celular con una sonrisa en su rostro.

"Tengo cinco nenas y me habían puesto que estaban muy orgullosas. Yo les puse que era todo por y para ellas y a mí mujer también que aguantó, porque viajamos mucho. Trabajamos mucho. Le metimos. Y esto hace que valga la pena, compartirlo con los seres queridos que están a la distancia", le contó el DT oriundo de Paraná a La Nueva.

El combinado nacional se consagró campeón al vencer en la final a México (por 6 a 0), el único rival que lo había vencido en la primera fase (también 6 a 0 y en la última fecha).

-¿Qué sentiste cuando terminó el partido?

-Una satisfacción tan grande... porque son... mi familia me dicen que ellos son mis hijos varones. Mis hijos postizos. La verdad que fue una satisfacción, porque yo hice todo para y por ellos. Quería que aprendan. Les intenté volcar todo, lo poco o mucho que aprendí en mi vida, y que toquen la gloria porque la verdad que esto va a ser para toda la vida.

-Antes del torneo me dijiste que venían a ser campeones y lo lograron, ¿qué veías en el equipo?

-Veía que estos pibes estaban trabajados, disciplinados, ordenados y también tenían su cuotita de rebeldía. Entonces, cuando vos podés sacar la mejor versión de ellos, el resultado siempre va a ser positivo independientemente si ganás o perdés. Nosotros, con el cuerpo técnico de la Mayor, siempre decimos que podés ganar o perder, pero podés ser invencible. El resultado es distinto a eso.

-¿Te sorprendió algo de los chicos durante el torneo?

-No. No. Con total honestidad, no. Me hubiese sorprendido si no tocaban este nivel, porque los doblamos, los doblamos hasta antes que se quiebren y después los dejamos jugar. Es como cuando agarrás mucho tiempo un caballo y después lo soltás y lo dejás correr. 

-¿Qué hablaste después de esa derrota ante México, justo antes de la final y ante el mismo rival que iban a jugar por el oro?

-Era parte del torneo, la verdad que no me interesaba. Nosotros teníamos tres objetivos: clasificar al Mundial (NdR: iban los cuatro primeros), estar en la final y salir campeones. Fuimos por parte, cuando clasificamos y cuándo estábamos en la final les avisé. Y este fue el tercero y todavía no les dije nada, pero creo que se dieron cuenta jaja.

-¿Cómo viste el torneo y todo lo que generó en la gente, sabiendo lo que pasó hace poco tiempo en Bahía y, sobre todo, en esta cancha?

-Yo sentí mucha empatía por todo lo que pasó en Bahía, tengo muy buenos amigos acá y sé que pusieron el lomo, dinero y tiempo. El dinero vos lo podés poner o no, pero el tiempo y la dedicación... poder devolverle al pueblo del sóftbol de Bahía, después de la catástrofe que vivieron, y en esta cancha que donde estamos parados ahora había un metro y medio de agua... y que ahora esté así darle el campeonato para todos los chicos, los padres y el pueblo, me llena de satisfacción.

-Hay muchos chicos llorando junto a sus familiares, sabés lo que significa todo esto para ellos...

-Mirá... uno de los padres nos dijo que hizo 25 mil kilómetros siguiendo al equipo en todo este tiempo. Y si lo hizo uno lo habrán hecho varios. Y con el cuerpo técnico hicimos algo parecido. Pero ellos los llevaban, los apoyaban, eran increíbles. Y yo entrenaba y los regañaba a los chicos y los padres me apoyaban, y la verdad que con el triunfo hace que todo valga la pena. Ellos están emocionados porque el sóftbol es una familia gigante.

-El otro día nos decías que Argentina atraviesa un momento de transición en la Selección Mayor, ¿estos pibes son parte del futuro?

-Sin lugar a dudas, ellos, la U23, los pibes jóvenes, los que están saliendo y están enseñando lo que es este legado. El único camino es el trabajo duro, disciplinado y metódico. Es lo que nosotros hacemos y los resultados llegan.