“Urbanización X”: el futuro menos deseado, la sociedad más temida
La autora española Marta López Luaces define a su nueva novela como distópica, es decir, referida a una sociedad ficticia e indeseable en sí misma.
Es periodista, ingeniero civil y docente de la Universidad Nacional del Sud en materias relacionadas con el Patrimonio arquitectónico y el planeamiento urbano. Ha publicado notas en revistas Vivienda, Todo es Historia, Obras & Protagonistas y Summa +. Participa en varios micros radiales referidos a la historia de Bahía Blanca. En dos ocasiones recibió primera mención por parte de ADEPA en el rubro Cultura e Historia.
Marta López Luace es escritora. Así se define.
“Mi vida ha estado dedicada a la escritura. Escribo poesía, novela, traduzco y también enseño literatura y escritura creativa. Mis días están dedicados, de uno u otro modo, a escribir”.
Nacida en España, es además doctora en Filosofía por la universidad de Nueva York y dirige un ciclo de lecturas de poesía bilingüe de la New York Public Library.
Ha publicado novelas, ensayos y poesía.
Ahora es el turno de Urbanización X (Editorial Seix Barral), una novela ambientada a fines de este siglo, cuando la humanidad ha sucumbido a desastres ecológicos y climáticos y ha modificado radicalmente su forma de vida, habitando urbanizaciones organizadas de la A a la X, desde las más ricas a las más pobres, donde se impone el poder, la violencia y el control social.
Es, para la autora, uno de los futuros posibles para un mundo que se debate entre nuevas e inéditas formas de comunicación, donde el dinero marca el ritmo y el poder se sustenta en las peores de las prácticas.
Los retos
López Luaces resume Urbanización X con una palabra: es una novela distópica, es decir referida a una sociedad ficticia e indeseable en sí misma. El término fue creado por John Stuart Mill a fines del siglo XIX para referirse a la deshumanización social, los gobiernos tiránicos, los desastres ambientales y todo declive cataclísmico de la sociedad.
“Urbanización X trata de varios problemas sociales: el ecológico, la violencia (sobre todo contra las mujeres) y la formación de los narcoestados. Estamos destruyendo el planeta en nombre del bienestar económico. Hemos normalizado la violencia: un muchacho entra en un recinto lleno de gente, empieza a disparar, matar, y nadie sabrá la razón por la que lo hizo. El New York Times informó, hace unos años, que alrededor de un 15 por ciento del dinero que se invierte en la Bolsa se genera en la venta de droga y la trata humana. Urbanización X medita, aunque sea en una pequeña medida, sobre los mecanismos que han llevado a esta crisis socio-cultural, para que nos preguntemos qué pasará en un futuro no muy lejano si no encontramos una pronta solución a estos retos”.
Para Marta, esa sociedad que imagina es algo más que parte de una ficción, es, señala, “uno de los tantos futuros posibles”, el cual involucra a todos los estamentos, incluso los que creen estar lejos de un escenario de barbarie.
“La novela trata de visualizar cómo el amalgamiento de ciertos conflictos—corrupción, droga, feminicidios, pobreza, contaminación, violencia— en ciertas áreas del planeta, puede arrastrarnos a todos a la destrucción. Hoy día hay poblaciones en países más o menos estables que se sienten distantes de las crisis de los llamados países del tercer mundo o en desarrollo. A través de los medios y de ciertos discursos se trata de poner distancia y de hacer sentir a salvo a aquellos que residen en regiones más prósperas. Urbanización X busca romper esa distancia poniendo en duda esa falsa sensación de seguridad”.
En la historia, los protagonistas se comunican a través de las redes, donde plantean sus distintas posturas pero manteniendo un cuidado en las formas de expresarse, algo que no se verifica en el manejo actual. López Luaces es muy crítica con las redes sociales, creadoras, señala, de “ilusiones inexistentes”.
“Las redes sociales crean la ilusión de amistades inexistentes, de éxitos inexistentes, de posibilidades inexistentes y de una libertad inexistente. Por eso en Urbanización X se dice que cualquier comunicación agresiva o violenta será archivada: así se hace patente el control. Y si los primeros posteos son agresivos, el resto será una seguidilla controlada”, afirma.
“La realidad es que las redes sociales no son tan libres como muchos quieren creer. Los algoritmos controlan los posteos y comentarios que vemos y que por lo general están al servicio de ciertos intereses. Por eso se nos agrupa según ciertas posibilidades comerciales. Los algoritmos creados por estas empresas ejercen un dominio muy específico, para procurarse el mayor beneficio económico posible. El control y el poder que ejercen sobre la población son tan graves como los que algunos gobiernos practican en sus países y, sin embargo, es muy poca la oposición frente a este tipo de restricciones. Se les permite a las grandes empresas prácticas que, en una sociedad democrática, nunca se le consentiría a un partido político o a nuestros representantes”.
Las mujeres y la fragilidad
La novela incluye relatos sobre el poder, el dinero, las drogas y el siempre delicado rol de las mujeres.
--¿Qué papel tiene la mujer en esa posible sociedad del futuro?
--“La mujeres” es una clasificación muy general, que incluye grupos con diversas creencias, clases sociales, culturas y razas, entre otras muchas diferencias. Por eso se ven afectadas por los muchos modos de marginalización que ha experimentado y experimenta la humanidad.
“Las mujeres, como grupo, han tenido, y en muchas partes del mundo aún tienen, que luchar por ganar o por mantener sus derechos más básicos. Es un grupo humano especialmente consciente de la fragilidad del bienestar social y de lo fácil que es deslizarse hacia la marginalidad económica y legal. Por eso su voz, que de alguna manera incluye a todos los grupos históricamente marginados, es clave para tener una visión amplia y solidaria con la humanidad”.
--¿Cuál es la moral que domina en esta sociedad futura? ¿Cuáles son los valores? ¿Hay lugar para una religión?
--Mi primera novela, Los traductores del viento, que también es una distopía, trata del lugar de la religión en un futuro posible. En Urbanización X, a diferencia de esa primera, la sociedad se rige por la moral del dinero; no hay espacio para las creencias o valores religiosos. La avidez es lo que genera las acciones de la mayoría de los personajes, excepto por un grupo que desea remplazar la lógica económica por una visión más cercana a lo que podríamos llamar valores humanistas.
--¿Qué debería modificar la sociedad actual para no llegar a una crisis como la que se describe en Urbanización X?
--Una conciencia del otro, de su bienestar, a lo que a veces se le ha llamado “una conciencia social”; plantearse otras empatías, otra consideración. Sería necesario que nos identificáramos con el otro. Hemos llevado el individualismo a tal grado que se nos hace difícil comprender el dolor del prójimo, lo que ha creado una cultura de la violencia, de la pobreza y del aislamiento.
--¿Hay algún mensaje en particular que usted desearía que reciba quien lee esta novela?
--Si existe uno es que deberíamos distanciarnos de este individualismo extremo para poder sentirnos parte de la humanidad y del planeta en que vivimos. Deberíamos crear un nuevo eje cultural que no se base en el estatus económico, sino en la empatía con el otro.
Una mujer entre viajes, la escritura y la lectura
A sus 60 años de edad, Marta López Luaces tiene un intenso ritmo de vida. Por un lado, reparte sus actividades anuales entre Madrid, Nueva York y Buenos Aires. Es docente, dicta cursos, da charlas, escribe libros, estudia. Pero más allá de esta maraña de actividades y profesiones, no duda un ápice al momento de definir a que se dedica. “Soy Escritora. Mi vida ha estado dedicada, de uno u otro modo, a la escritura. Escribo poesía, novela, traduzco y también enseño, en la Universidad de Montclair, literatura y escritura creativa. Mis días están dedicados, de uno u otro modo, a escribir”.
Es habitual que en junio se establezca en Buenos Aires y regresar a Nueva York en agosto, por razones laborales. “En Buenos Aires, por lo general, presento mis libros, hago lecturas de poesía y, sobre todo, disfruto mucho de su maravilloso mundo cultural: de su excelente teatro, de las óperas del Colón y de las lecturas de poesía”.
Menciona sentirse cómodo en todos los géneros en los que ha publicado –novela, ensayos, Poesía—y se reconoce como una ávida lectora. “En prosa Pardo Bazán, Unamuno, Valle-Inclán, Sartre, Camus, Saer, Dos Passos, Margaret Atwood, Joyce Carol Oates, Borges, Silvina Ocampo, Elena Garro, Virginia Woolf, Susan Sontag. Son escritores que impactaron en mi escritura. En poesía,Rosalía de Castro, Emily Dickinson, T.S. Eliot, Elizabeth Bishop, Sylvia Plath, Borges, Robert Lowell, Wallace Steven, Rubén Darío, Oliverio Girondo, César Vallejo, Olga Orozco, Alejandra Pizarnik, Lorcay Antonio Machado fueron algunas de las lecturas que configuraron el universo poético de mis años de formación.
Sostiene finalmente que en un mundo donde los jóvenes parecen inclinarse más por los videos, el uso del celular o las series antes que la lectura de libros sigue siendo “importantísimo” el arte en general y la lectura en particular.
“Es importantísimo leer, siempre y cuando sea buena literatura. Lo mismo diría del cine, del teatro o de las obras de arte. Yo creo que es un error pensar que si alguien mira series, videos o el celular, significa que no lee o que no va a museos o al teatro. No es una cosa o la otra. Ahora, frecuentar el buen arte, que incluye la literatura, abre nuestro horizonte experiencial, nos hace crecer emocionalmente, intelectualmente y hasta espiritualmente. Por eso es tan necesario”.