El básquetbol, la Guerra Fría, una imponente cancha de mármol y una nueva multitud
Panathinaikos y Partizán vienen de enfrentarse ante 42 mil personas, con victoria para los serbios por 75 a 64, en un escenario lleno de historia.
Periodista. En La Nueva desde 2013. Especializado en el movimiento olímpico. Asistió a los Juegos Olímpicos de Río 2016, a los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018, a los Juegos Suramericanos de la Juventud Rosario 2022, a los Juegos Suramericanos Asunción 2022, a los Juegos Panamericanos Santiago 2023 y a los Juegos Olímpicos París 2024, entre otros eventos internacionales.
La noche está iluminada por las bengalas y los flashes. El alboroto constante de la multitud delirante aumenta cada vez que se anota una canasta. Es una atmósfera atronadora: las leyendas urbanas aún persisten décadas después, sobre cómo la Junta pudo haber fomentado este ambiente alborotado para intimidar a los oponentes, o cómo se ordenó a los periodistas que dispararan sus cámaras al mismo tiempo cada vez que un jugador del Slavia de Praga estuviera a punto de lanzar... o tal vez, ¿podría haber sido esto una liberación para los atenienses, después de todo un año de vivir con miedo y represión?
Hay estadios de básquetbol enormes, otros hermosos y también los hay míticos. Podríamos hacer una larga lista de coincidencias que seguramente integre el United Center, el hogar de Jordan y los Bulls durante el segundo three-peat. Ni hablar del Madison Square Garden.
También hay otros que para ciertas personas son especiales, por haberlos visitado, por haber jugado o por haber metido allí un último doble consagratorio.
Menos capacidad, pero una pasión y un sentido de pertenencia enorme tienen —entre otros— el Osvaldo Casanova, el Norberto Tomás y el William Harding Green, cuyo ambiente quedó inmortalizado en un sensacional documental estrenado hace unos días.
No obstante, si hablamos de mística y de historia en el sentido más puro de la palabra, Atenas es sinónimo de deporte. La capital griega, origen de los Juegos Olímpicos modernos, tiene en su seno el Estadio Panatenaico. Allí, en el templo de mármol, se concretó el gran anhelo de Pierre de Coubertin hace 128 años y se hace el traspaso de la llama olímpica de Grecia al organizador de los Juegos de turno, como sucedió este año con Francia.
Y allí mismo se montó una cancha y jugó la última semana un "cuadrangular" amistoso entre Panathinaikos, flamante campeón de la Euroliga, Partizán (Serbia), Maccabi (Israel) y Efes (Turquía).
El Pavlos Giannakopoulos Tournament, que sirvió de pretemporada para la próxima cita continental, culminó con un estelar duelo entre Panathinaikos y Partizán, con victoria para los serbios por 75 a 64. A dicho encuentro asistieron 42 000 personas. Antes de ese partido, se disputó el otro, con triunfo de Efes sobre Maccabi, 89 a 66.
El recinto ostenta el récord para un partido del viejo continente: según varias fuentes, cerca de 80 000 aficionados concurrieron al templo griego el 4 de abril de 1968 para ver la final de la Recopa que AEK Atenas le ganó a Slavia Praga, por 89 a 82.
Los medios también dijeron que otras 40 000 personas se quedaron a las afueras del estadio, aunque las cifras varían según el recorte de la época que se encuentre. Sí es oficial que se vendieron 52 880 entradas y que el título que obtuvo AEK fue el primero europeo en cualquier deporte para un equipo griego, de club o de selección.
Dicha victoria fue también un desahogo nacional en un país que sufría por entonces la dictadura militar. La Junta, percibiendo una oportunidad de relaciones públicas, eliminó los toques de queda y las barreras, permitiendo que la gente se reuniera en esa noche especial. Nada que nos suene ajeno.
Para apreciar plenamente el contexto de la historia, debemos recordar que ocurrió apenas terminada la Segunda Guerra Mundial y en plena primera etapa de la Guerra Fría, al tiempo que la Unión Soviética comenzaba a construir un legado de superioridad absoluta y casi indiscutible.
Así, en abril de 1968, el básquet europeo en todos los niveles y competiciones estaba dominado casi por completo por la URSS y sus aliados del Pacto de Varsovia.
La historia continuó y el majestuoso escenario volvió a utilizarse en contadas situaciones ajenas al olimpismo, como conciertos de Bob Dylan, Tina Turner y Metallica, hasta el reciente cuadrangular que motivó estas líneas y algunos recuerdos.
Traigo a colación que el partido de básquetbol con mayor asistencia de público en la historia, de acuerdo al Guinness World Records, fue el disputado en el Cowboys Stadium de Dallas, Texas, el 14 de febrero de 2010. Allí, el Este le ganó al Oeste 141 a 139 el Juego de las Estrellas de la NBA. Concurrieron 108 713 personas.
En cuanto a partidos oficiales, la NBA tiene el récord de 68 323 espectadores en San Antonio 113-Golden State 144, jugado en el estadio Alamodome de Texas el 13 de enero de 2023. Sin dejar de mencionar que también existió el “basketbowl”, un partido entre Michigan State University y University of Kentucky, jugado el 13 de diciembre de 2003, que se disputó en el Ford Field, un habitual estadio de fútbol americano ubicado en Detroit, ante 78 129 espectadores.