Bahía Blanca | Sabado, 28 de junio

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Planta de GNL: la decisión pide a gritos conocer los números concretos

Poco se puede concluir sin los detalles pormenorizados del análisis de prefactibilidad que se debería haber realizado. 

Archivo La Nueva.

Un viejo periodista de Deportes, hoy jubilado, pero con varios años de crónicas trasnochadas cuando Internet apenas estaba en la imaginación de algunos pocos, me dijo un día algo que siempre repito: los números concretos te empatan, de mínima y por complicada que sea, cualquier discusión. 

Y la decisión de localizar la planta de GNL en la provincia de Río Negro en lugar de hacerlo en nuestra ciudad pide, casi a gritos, números concretos que expliquen porque se optó por la vecina jurisdicción en detrimento de Bahía Blanca. 

Es que una inversión de tamaña envergadura nunca se toma al azar. Las grandes empresas hacen estudios previos de factibilidad que abarcan todos los aspectos del proyecto, como lo económico-financiero, ambiental y técnico. 

En el aspecto económico y financiero, son proyectos que se evalúan a largo plazo (cinco o más años vista), donde se estiman los ingresos que se pueden generar y sos costos asociados, así también como los requisitos de inversiones iniciales (previos a la puesta en marcha de la planta), en equipos y construcciones y en capital de trabajo. 

Dicha evaluación busca obtener indicadores de rentabilidad (estimados, por lo tanto, con un margen de error) que avalen cuanto va a pagar ese proyecto y cuanto dinero va a generar para los accionistas, los “dueños” finales de esa inversión. También se evalúan alternativas de financiamiento (capital propio o de terceros) y posibles escenarios. 

Sobra decir que en una economía considerada de riesgo como la nacional, las tasas de rentabilidad que se exigen a los proyectos son mayores con relación a las que se reclaman en las menos riesgosas, de modo que se ajustan en función del riesgo país, esto es, la sobretasa que pagan los bonos públicos argentinos con respecto a sus pares del Tesoro de EE.UU. , que se toma como el activo más seguro del mundo. 

Pero hasta que no se conozcan los grandes números de esta evaluación, todo seguirá en un mar de dudas y sólo se abren especulaciones de todo tipo, donde la política, de un lado y del otro, mete la cola en perjuicio, otra vez, de esta zona injustamente olvidada de la Provincia.

¿Despejada? la incógnita del RIGI, o al menos eso dejó inferir YPF en su comunicado de ayer, donde señala textualmente que “Río Negro muestra mejores aspectos económicos para el proyecto, aun si Buenos Aires igualara los beneficios fiscales”, resta conocer, al menos en sus grandes rasgos, las estimaciones económicas y financieras a las que arriba me refiero, por medio de las cuales, los analistas del proyecto deberían justificar porque Punta Colorada es la zona más adecuada para el proyecto. En concreto, sólo una mayor tasa de rentabilidad estimada o un menor período de recupero de la inversión (o ambos) avalarían esa decisión.  

De lo contrario, seguiremos discutiendo sin nunca saber con la precisión que dan las cifras concretas el porqué. Y con el sabor amargo de otra oportunidad perdida para la ciudad.