Jubilado solidario en Bahía: donó más de 1.200 litros de leche
Se trata de Oscar Giambelluca, retirado del Banco Provincia tras 32 años de servicio, quien en esta ocasión donó lo recaudado a 4 jardines de Infantes escogidos por el Consejo Escolar, al merendero Maldonado y a la Casa de Abrigo 2.
Recibido en 1993, acumula 28 años de trayectoria en el periodismo local. Ex jefe de la sección Deportes y La Ciudad y actual secretario de Redacción de La Nueva. Ex profesor de los dos institutos de Periodismo de la ciudad. Especialista en temas deportivos, sociales y gremiales.
Más de 1.200 litros de leches, varios kilos de azúcar y chocolate en polvo y numerosos paquetes de galletitas fue el saldo de una nueva campaña solidaria de un jubilado bahiense que ya perdió la cuenta de cuántas llevó a cabo.
Se trata de Oscar Giambelluca, retirado del Banco Provincia en 2011 tras 32 años de servicio, quien en esta ocasión donó lo recaudado a los jardines de Infantes 913, 926, 933 y 950 (escogidos por el Consejo Escolar), al merendero Maldonado y a la Casa de Abrigo 2.
En total, recolectó 1.221 litros de leche (equivalente a más de un millón de pesos), 15 kilos de azúcar, 13 kilos de polvo chocolatado y 70 paquetes de masitas.
“La próxima campaña está en veremos. Esta me llevo mucho trabajo y ya no soy un pibe. De todos modos, terminamos muy felices por haber cumplido el objetivo”, contó Giambelluca, luego de terminar con todas las entregas.
Colaboraron en la organización y recepción de la mercadería el personal de AFIP, mienbros del sindicato del Seguro, jugadores del equipo de fútbol senior de Tiro Federal y otros jubilados del Banco Provincia.
“Se hizo un gran trabajo en equipo. Como siempre digo, yo soy un poco la cara visible de todo ésto, pero hay muchísima gente que me da una mano, además de todas las que colaboran con mercadería o dinero”, reconoció.
Oscar se mostró emocionado por el agradecimiento de los directivos de los establecimientos educativos, del comedor solidario (asiste a unas 75 familias que viven en Vista Alegre, Maldonado, Pacífico al 4.000) y de la Subsecretaría de Niñez, Adolescencia y Familia dependiente de la Secretaría de Políticas Sociales del municipio, que tiene a su cargo la Casa de Abrigo 2.
“Esas muestras de cariño son el motor de todo ésto”, dijo Giambelluca, quien dedicó gran parte de sus 71 años actuales a ayudar a toda aquella persona o entidad que necesitara una mano para cubrir necesidades.
Juntó dinero, artículos de limpieza, alimentos no perecederos, materiales de construcción y hasta organizó actividades artísticas a beneficencia.
“Siempre fui de fijarme en las necesidades de los demás y ver la manera de ayudar. Pero las campañas solidarias, en firme, las inicié en 2005. Al principio fueron partidos de fútbol o actividades artísticas y después fui mutando a pedidos puntuales para entidades o para personas enfermas. Ahora hago un poco de todo”, señaló desde su hogar en pleno Tiro Federal.
Metódico, como buen bancario, recuerda cuál fue la primera campaña.
“El primer evento fue de patín para Alborada. Lo hicimos en el Club Bahiense del Norte y acudió muchísima gente. Fue muy emotivo, porque la profesora hizo patinar nenas y nenes de Alborada”.
Lo recaudado sirvió para techar el SUM de la escuela de la entidad civil sin fines de lucro, que tiene como objetivo realizar una tarea integradora y fortalecer el potencial de personas en situación de discapacidad.
Entre las campañas que lo movilizaron, menciona varias para Ayuda-Le y para un sinfín de merenderos, como Raquelita, Arco Iris, Patoruzu, Palomita, Casa Abundante, Raíces y a Puro Corazón.
“Tengo un grave problema: no sé decir que no. Entonces, a todo aquel que me llama, intento ayudarlo”, contó este ex presidente del Club Banco Provincia.
Lejos de adjudicarse el crédito de las campañas, Giambelluca reconoce que cuenta con un grupo de personas que colaboran en silencio. Así, menciona a los trabajadores y jubilados del Banco Provincia, a la Asociación Civil del Personal Superior y de Supervisión del Banco de la Provincia de Buenos Aires (Acipesu) y a deportistas de Tiro Federal.
Esgrime que una de las claves para que las movidas de beneficencia funcionen es ser lo más claros posible.
“Si es una campaña para juntar dinero, cada vez que se termina mostramos lo que recaudamos y las facturas de las cosas que se compraron para que nadie tenga duda de lo que se hizo con el dinero. Si es de artículos de limpieza o alimentos, pasamos el total de lo conseguido y a quién fueron donados. Así, cada uno que colaboró sabe lo que se hizo con esa ayuda”.
“Las campañas me hacen sentir vivo. Después de la jubilación me refugié mucho en ésto para sentirme útil”, cerró.