"No sería raro que se me escape una lágrima cuando entre a la Villa Olímpica”
El bahiense Mauro De Mattia es el entrenador de Damián Jajarabilla, quien le devolverá a la Argentina la participación en tiro con arco tras 36 años. “Es un sueño de muchos años”, mencionó.
Periodista. En La Nueva desde 2013. Especializado en el movimiento olímpico. Asistió a los Juegos Olímpicos de Río 2016, a los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018, a los Juegos Suramericanos de la Juventud Rosario 2022, a los Juegos Suramericanos Asunción 2022, a los Juegos Panamericanos Santiago 2023 y a los Juegos Olímpicos París 2024, entre otros eventos internacionales.
El vínculo de Bahía Blanca con los Juegos Olímpicos tiene todo tipo de antecedentes. Pese a que reneguemos en el día a día, hay un cordón indeleble que permanece intacto a través de los años y, si bien no es un objetivo de esta nota poner en relieve todos y cada uno de los logros, bien sirve para enmarcar un hecho que se producirá en unos días, cuando comience París 2024.
Desde la tranquilidad de Cerdanyola del Vallès, un municipio español de Barcelona, el entrenador Mauro de Mattia hizo una pausa para dialogar con La Nueva. y, de alguna manera, empezar a soñar despierto.
“Llegamos el 18 de junio y nos quedamos un mes entero, hasta el jueves que viene, que tenemos previsto el ingreso a la Villa Olímpica. Desde la Federación confiaron en mi laburo y en mi experiencia previa. Yo a los Juegos no fui nunca, es un sueño para mí”, mencionó.
De Mattia es bahiense, fue por muchos años destacado integrante del seleccionado nacional de tiro con arco logrando varias distinciones, con medallas a nivel sudamericano y panamericano incluidas. En 2012, desde la Federación Argentina de Tiro con Arco (FATARCO) lo invitaron a sumarse a su cuerpo de entrenadores y desde ahí no paró un segundo.
“Era un poco el ayudante de todos los entrenadores que había en ese momento —recordó—. Colaboraba en las concentraciones y tuve la suerte de tomar varias capacitaciones con técnicos que venían de afuera; la formación que tuve fue bastante buena, sumada a la experiencia internacional que había tenido”.
Ahora, años más tarde, es el encargado de acompañar a Damián Jajarabilla, el marplatense que le devolverá al tiro con arco nacional una cita olímpica luego de 36 años tras la participación de Ángel Bello y Claudio Pafundi en Seúl 1988.
“Con Damián estamos haciendo los últimos ajustes. Tenemos un arco nuevo que le llegó gracias a la Federación, los dirigentes se portaron. Estamos haciendo una aclimatación y viendo algunas cosas con cámaras de alta velocidad sin hacer cambios muy grandes en la estructura de tiro sino más bien mejorar los aspectos buenos para esperar la competición y poder disfrutarla”, contó.
La actividad para los arqueros comenzará el jueves 25; es decir, el día previo a la Ceremonia de Apertura. Será con las clasificaciones individuales, algo que a Jajarabilla le sienta bien.
“Estamos enfocados en la clasificación, que es una de las partes cómodas del torneo para él. Lo veo muy fuerte también en las rondas eliminatorias, más allá de la presión que significan porque si te va mal, te vas”, reconoció.
Para obtener la clasificación a los Juegos, Damián debió luchar por la medalla de bronce en el último Torneo Clasificatorio, desarrollado en Medellín. Sin embargo, recién luego de una reasignación de plazas quedó confirmado el logro.
—¿Cómo fue el momento que tomaron consciencia con Damián de que estaban clasificados a los Juegos?
—Sabía que se iba a liberar un cupo y que nos tocaba a nosotros, entonces cuando vi al secretario general de World Archery Americas, Sergio Font, lo encaré. Me dijo que lo espere y me quedé como un nene, parado donde él me dijo, no me quería mover ni medio metro para que no tenga posibilidad de no encontrarme. A los cinco minutos vino con una copia de un mail de World Archery en donde confirmaban la plaza.
—Trato de imaginarlo…
—Me dijo “mirá, nos están filmando, en este papelito está confirmado que la plaza queda en América y es para Damián; andá a buscar al arquero, tranquilo…”. Cuando él me dijo “tranquilo” yo salí a buscarlo, dejé todo tirado y salí como si estuviésemos en la pista de atletismo de Las Tres Villas y Damián estaba en las canchitas de Tiro, allá arriba (sic). Bueno, todo eso lleno de gente; volé, no me dolían las rodillas, nada.
—¿Qué pensaste en ese momento?
—La confirmación es shockeante, se te vienen tantas cosas. En el caso mío tengo una nena de seis años, y en ese período de la clasificación había sido el cumpleaños de ella y lo padres tenemos toda esta cuestión culposa… es pensar que valió la pena todo esto, después de años de quedarnos en las puertas, y ahora tener esa confirmación. Se me está escapando alguna lágrima ahora al recordarlo. Es muy raro. Para los que no viven tan intensamente el deporte no sé si lo pueden llegar a dimensionar.
—¿Cuánto hay de disfrutar la experiencia y cuánto de tratar de exprimir la oportunidad al máximo?
—No hay que darle mucha vuelta al paradigma de hacer el mejor papel posible y disfrutar de hacer lo que nos gusta. Esto que estamos haciendo nos gusta, es lo que siempre quisimos hacer. Tenemos todas las preocupaciones fuera, con un clima privilegiado… hay que disfrutar y trabajar con responsabilidad, eso va a dar resultados seguros.
—¿Además de entrenador, sos también un poco psicólogo? Sobre todo en esta última etapa de preparación.
—A medida que pasan los años uno también va evolucionando como entrenador. Soy un entrenador muy técnico, pero en los últimos años he incorporado mucho esto que decís vos, he tomado cursos, charlado con otros entrenadores, ver “qué tecla tocar” como dice Julio Velasco para llegarle al deportista.
—¿Cómo describirías a Damián?
—Es una persona muy tímida, le cuesta relacionarse. Tiene un corazón enorme y ese corazón es lo que lo apasiona por el tiro con arco. Él se permite muchas más libertades cuando es arquero, lo disfruta un montón, notás que está en su medio, seguro de lo que está haciendo. Dispone de mucha energía para esto y a veces le digo que hay otras cosas también en la vida más allá del tiro con arco, pero es parte del proceso que irá descubriendo. Yo agradezco poder acompañarlo en este proceso, tratando de aportarle experiencia no solo como técnico sino también como una persona de 50 años que acompaña a un joven de 25 para que se convierta en un sujeto integral y no solamente sea una máquina que dispare flechas. Que pueda disfrutar también, si no todos los procesos quedan anulados
Cómodamente ubicado en el Centro de Alto Rendimiento, a unos 20 minutos en metro de plaza Catalunya, De Mattia explicó que fue parte del Círculo Bahiense hasta que por un proyecto deportivo que no prosperó, se trasladó al club Palihue, hace ya ocho años.
“No iba a quedarme sin hacer lo que quería o echando culpas. A ellos les gustó la idea, hemos formado varios entrenadores y tenemos varios arqueros. Todo eso fue sumando, más las ganas mías de aprender y de enseñar, porque soy un profe de Educación Física frustrado (risas) y volqué mis ganas en esto y acá estoy. No vivo cien por ciento del tiro con arco porque es muy difícil, pero trabajo en varios clubes de Salta, Tucumán, Neuquén, Misiones, Ushuaia y dentro de la Provincia, además de Bahía”, sostuvo.
“Por ahora no caigo, cuando entremos a la Villa vamos a tomar consciencia de dónde estamos. Acá en España el ambiente es bien deportivo, pero no es la Villa. Cuando entremos va a ser algo importante y no sería raro que se me escape alguna lágrima porque es un sueño de muchos años. A veces una flecha te deja afuera y esta vez nos tocó, clasificamos nosotros”, indicó.
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