“En Ecuador vivo bien, a veces me siento solo y extraño, pero todo esfuerzo vale la pena”
Guido Villar, arquero del primer equipo de Independiente del Valle de Ecuador, se encuentra de vacaciones en nuestro ciudad, donde nació hace 26 años, y ayer fue a ver a Olimpo: “Este tiene que ser el año, ojalá ascienda”
Egresado del Instituto Superior en Ciencias de la Comunicación Social. Cronista de la sección Deportes de La Nueva. desde el 9 de octubre de 1995, especializado en fútbol. Entre 2002 y 2018 cubrió a Olimpo en Primera división. Trabaja en televisión y radio. Además, integró el equipo periodístico de "El Diario del Mundial", que se emitió en La Nueva Play.
“Estoy de vacaciones y no hablo de fútbol”
Con ese buen humor que lo caracteriza y las ocurrencias que lo hacen parecer lo que realmente es, un buen tipo, Guido Villar atendió uno a uno a los medios de prensa apostados en el gimnasio de básquetbol Norberto Tomás, en la previa del cotejo entre Olimpo y Círculo Deportivo, por la fecha 13 de la Zona 1 del Federal A, que terminó quedando en manos del aurinegro por 3-1.
El fútbol ecuatoriano entró en receso el 2 de este mes (debido a la disputa de la Copa América, que arrancará el jueves 20), Independiente del Valle licenció a los jugadores del plantel profesional y Guido Villar, el arquero de nuestra ciudad que lleva cuatro meses en aquel país, al día siguiente ya estaba sacando los pasajes para regresar a Bahía.
“Llegué el martes pasado y lo primero que hice fue dormir en mi cama sin despertador ni nadie que me llame. Fueron muchas horas de viaje, casi siete de Ecuador a Buenos Aires y otras tantas de Aeroparque acá, en auto porque ese día no había vuelos a Bahía”, señaló el golero con contrato en los “Rayados” del Valle hasta diciembre de 2027 (la entidad le adquirió a Olimpo el 72,5 por ciento de los derechos económicos más el 100% de los federativos).
Guido arribó a Ecuador el 15 de febrero, el mismo día de su cumpleaños 26, reside en un departamento ubicado en pleno centro de la mini ciudad de Cumbayá, ubicada a 15 kilómetros al oriente de Quito --en las praderas de Tumbaco y a 2.200 metros sobre el nivel del mar-- y a 27 de la localidad de Sangolquí, a donde se encuentra el complejo especializado en alto rendimiento deportivo que los lugareños llaman Independiente del Valle.
“No empecé jugando porque en las primera prácticas sufrí un esguince de tobillo grado 3 que me dejó afuera por dos fechas. Después fui alternando”, admitió el “nene mimado” de Villa Rosas, quien completó 8 encuentros (disputando todos los minutos) en el arco “negriazul”, 7 de ellos por la Serie A de la Liga Pro (Oficial de Ecuador) y uno por Copa Libertadores (1-2 frente a Palmeiras, en Brasil).
“En esos ocho partidos recibí cinco goles y cuatro veces pude mantener la valla invicta. Estoy re conforme, y más con la bestia que tengo adelante, un arquero de Selección que ataja todo lo que le tiran”, acotó en relación al ecuatoriano Moisés Ramírez, de 23 años, suplente en el amistoso internacional que ayer la “Tri” perdió 1-0 con Argentina.
“Estar atrás de él me hace entrenar a un nivel altísimo, por eso me mantengo bárbaro”, deslizó antes de referirse, a regañadientes, al choque entre su equipo y Boca por los 16avos (o repechaje) de la Copa Sudamericana.
“¿Qué puedo decir de esa serie? Allá y en la Bombonera van a ser dos partidazos, pero prefiero no hablar porque falta mucho todavía. Quiero tener la mente despejada, si querés charlamos de otro tema, pero que no sea vinculado al fútbol”, dijo minutos antes de que el conjunto aurinegro pise el césped del Carminatti para enfrentar al “papero” de Nicanor Otamendi.
“A Olimpo lo sigo vía streaming, no me pierdo ninguna presentación, a veces me conecto con `Tincho´ (Martín Ferreyra) y vamos acotando durante el partido”, indicó.
Reconoce que le “volvió el alma al cuerpo” al estar otra vez rodeado de su familia y amigos.
“Es un mimo al corazón estar con mi gente, aunque allá no sufro en el día a día; vivo solo y bien”, subraya.
“Sí extraño la buena mano de mi mamá (Diana) en la cocina, eso ni hablar, pero no reniego de nada. A veces me siento solo, no lo niego, sobre todo cuando me preparo unos mates. Por ahí le `caigo´ a algún compañero, pero casi todos están con su familia y no me gusta molestar. Sé que el esfuerzo que hago hoy puede ser beneficioso para el día de mañana”, se sinceró, yéndose presuroso y con un “Ojalá Olimpo ascienda”.