Bahía Blanca | Lunes, 06 de mayo

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Jan de Nul aporta soluciones estratégicas para Bahía Blanca

La empresa belga opera en la ría local desde 1996, habiendo realizado en 2013 el último dragado grande de profundización. 

El sistema portuario de la Ría de Bahía Blanca tiene como eje central un canal de 97 kilómetros de longitud y 190 metros de ancho de solera. Esta vía permite la navegación de buques de hasta 45 pies de calado y la entrada y salida simultánea de los mismos.

Esta vía por ser una ría con aporte constante de sedimentos requiere de trabajos dragado permanente, tanto en el canal principal de acceso como en los sitios interiores.

En estos momentos se está trabajando en este mantenimiento programado y los trabajos están a cargo de la empresa Jan de Nul, a través de su subsidiaria en argentina, Compañía Sudamericana de Dragados, una empresa líder en actividades de dragado y construcción marina, como también en servicios especializados para la industria off shore de petróleo, gas y energía renovable.

Precisamente, dos de las dragas más modernas de Jan de Nul operan actualmente en Bahía Blanca. Estas son la Pancho, de bandera nacional, y la Ortelius, que lleva pabellón de Luxemburgo.

Este tipo de embarcaciones tienen capacidad de navegación completa y que se utilizan para mantener las vías navegables , profundizar los canales que están amenazados de sedimentación, para construir nuevas tierras en otros lugares o para reemplazar la arena erosionada por tormentas o la acción de las olas en las playas.

En esta oportunidad no sólo se está realizando un sobredragado en profundidad, sino que, en la zona del Canal del Toro se realizan sobreanchos de 50 metros para mejorar la maniobra y soportar mejor, en el período de intercampañas, la sedimentación.

Hace muchos años que el puerto de Bahía Blanca tiene un calado operativo de 45 pies, profundidad que nunca quiso aumentar por no tener necesidad de hacerlo.

Jan de Nul opera en la ría local desde 1996, habiendo realizado en 2013 el último dragado grande de profundización.

Precisamente, el trabajo efectuado en 2013 constituyó una obra fundamental para el crecimiento, el Consorcio encaró el dragado a 50 pies (con marea alta) del canal principal y sitios de atraque.

Esto permite que los barcos salgan cargados a pleno durante un espacio mayor de tiempo y que lleguen buques de mayor porte, condición que justifica fletes lejanos.

Si bien sus terminales operan perfectamente con un calado de 45 pies, las grandes inversiones en materia de hidrocarburos, algunas de ellas en marcha, hacen que ahora se pretenda llevar la profundidad a 50 pies.

Por ese motivo, el Consorcio dispuso iniciar estudios para evaluar las características del lecho marino y determinar con qué equipo será conveniente dragar, a fines de 2024 o comienzos de 2025.

Las evaluaciones incluyen, obviamente, la zona de Puerto Rosales, donde se prevé el ingreso de buques petroleros de gran tamaño, al igual que en Puerto Galván.

Las dos dragas

Las dragas asignadas a esas tareas son la Pancho, de bandera nacional y la Ortelius, con pabellón de Luxemburgo, dos de las unidades más modernas de la flota de Jan de Nul.

La primera, una draga de inyección de agua, más pequeña que las de tolva de succión de arrastre, y muy eficaz en el mantenimiento de las profundidades en sitios interiores de puertos y zonas poco accesibles de los ríos, hizo ahora su debut en el estuario bahiense.

Opera inyectando agua a baja presión en el subsuelo, lo que permite que el material del suelo se mueva y sea arrastrado por las corrientes marinas, por ejemplo.

En el caso de la Ortelius, fue construida según los máximos requisitos ambientales de la Unión Europea y de la Organización Marítima Internacional (OMI), pudiendo dragar hasta una profundidad máxima de 35 metros.