Bahía Blanca | Jueves, 31 de julio

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Bahía Blanca'78: la candidatura fallida

Apenas confirmado el país como sede del Mundial de fútbol 1978, Bahía Blanca presentó su candidatura para ser una de las subsedes.

Hace 54 años, en octubre de 1970, este diario comenzó a difundir y argumentar la expectativa de que nuestra ciudad fuera una de las sedes del Mundial de fútbol 1978.

“Con alguna lentitud pero de manera claramente progresiva, el año 1978 comienza a ser mirado como meta de importantes alcances para que nuestro país se sienta realizado dentro de una manifestación deportiva de trascendencia internacional”. De esta manera se daba cuenta, primero, de las expectativas para que nuestro país fuera finalmente elegido como sede del campeonato mundial de fútbol, luego de haber quedado desairado como sede del Mundial 1970, realizado en México y al cual nuestro país ni siquiera clasificó.

Aquel año, el país bajo la presidencia de Juan Carlos Onganía, gobierno de facto, comenzaban a barajarse posibles subsedes, para las cuales, se dijo, “el interior recibe el implacable desafío discriminatorio”.

En ese contexto es que Bahía Blanca manifestó su interés en ser candidata y comenzar a “incentivarse” en la búsqueda de los medios adecuados que tornen “lógica y coherente” esa postulación. De hecho, de manera oficial, la ciudad había sido invitada a realizar su candidatura, lo cual obligaba “a la responsabilidad de examinarnos en franca confrontación con importantes plazas del país”.

Como primer paso se mencionaba la necesidad de crear conciencia en todos los niveles de la comunidad, “sin ausentismos”. Entre los elementos a favor se mencionó “la acentuada tradición consagrada a actividades deportivas, su capacidad empresaria, su estratégica ubicación geográfica, las atracciones turísticas de la región, y la calidad humana para ser “generosa anfitriona”.

A esto se debía sumar un amplio plan de obras, desde un nuevo estadio para 50 mil personas, ampliar su plaza hotelera, mejorar los medios de transporte y de comunicación. “Es mucho. Pero el reto está echado y eludir el intento será inadmisible. Luchar por ser subsede está en estructura correspondencia con las perspectivas de que disfruta nuestro medio”, se dijo.

Bahía Blanca mantuvo sus expectativas hasta 1976, cuando, ya un nuevo gobierno militar contrarreloj, decidió que Rosario, Córdoba, Mendoza y Mar del Plata fueran las sedes del interior