Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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San Lorenzo anuló virtudes de Estudiantes, potenció propias y terminó festejando con su gente

El naranja ganó 85 a 75 como local y descontó (2 a 1) en la única semifinal que sigue con vida.

Fortelli se "esconde" bajo Mitoire para escapar de la marca. Fotos: Emmanuel Briane-La Nueva.

Hoy no. Con esa premisa y transmitiendo esa energía salió San Lorenzo anoche a medirse ante Estudiantes por el tercer partido de las semifinales de Primera, disputado en el Román Avecilla.

Sabiendo que si perdía se terminaba la temporada, el dueño de casa jugó un partido completo y lo ganó por 85 a 75, para descontar y ponerse 2 a 1 en la serie que seguirá en el Casanova, mientras en la final ya espera Napostá.

El equipo que dirige Claudio Queti impuso condiciones de punta a punta ya que rápidamente tomó las riendas del marcador, haciéndose fuerte atrás y encontrando gol adelante.

Primero anuló a Mitoire, que venía de hacer 42 puntos en partido anterior, doblándole la marca y dejando que fueran otros, menos acostumbrados a ese rol, los que carguen con el peso ofensivo.

"Sabemos que ellos tienen tres vías de gol muy importantes, que son Mitoire, el Colo (Martínez) y Scarpaci, había que anular… hay que anular a los tres si queremos ganar. Tratamos de que hagan lo menor posible, en parte salió y sirvió para que saquemos una buena ventaja", admitió Luciano Fortelli.

De a dos fue marcado en gran parte de la noche Mitoire.

Adelante, San Lorenzo fue efectivo y encontró distintas vías de gol de la mano de Fortelli (8 puntos en el 1C), Ferrari (6) y Benedetti (6), para escaparse en el marcador y sacar 10 de ventaja cuando se iba el primer parcial: 19-9 y 20-10, para el 24-15 del cierre.

Siguiendo con esa tónica, siendo agresivo en defensa y aprovechando un buen ingreso de Branciforte (2-2 en triples y 1-1 en dobles en ese parcial), el local siguió estirando la ventaja que llegó a ser de 17 en dos ocasiones (36-19 y 43-26), algo inusual para una serie que venía siendo mucho más pareja y reñida.

Enfrente, el Albo cerró la primera mitad con bajos porcentajes (0-11 en triples, 10-16 en dobles y 6 de 13 en libres) y sin encontrar respuestas en el juego colectivo ni tampoco en una individualidad que lo saque al frente.

Rosso aprovecha la cortina de Mitoire para zafar de Elichiry.

Mientras a San Lorenzo le salía todo, a Estudiantes nada le fluida ni le llegaba por naturalidad.

"Teníamos que estar muy concentrados y ajustar algunos errores que habíamos tenido en los otros dos juegos, donde estuvimos siempre cerca y se nos escapó en los últimos dos minutos. Sacamos una buena ventaja que después pudimos mantener cuando ellos se vinieron", analizó Fortelli.

"La diferencia entre los dos equipos no es esa de 17 puntos -admitió-, sabíamos que ellos en algún momento iban a reaccionar y lo hicieron en el tercer cuarto. Pudimos aguantar la embestida esa y terminar el partido un poco más tranqui".

Al regreso de los vestuarios, la visita reaccionó con dos triples (Rosso y José Luis Martínez), para coronar un parcial de 8 a 2, sacudirse un poco el polvo y ponerse de nuevo de pie.

Con el aporte del Colo y la buena noche ofensiva de Salas, el Albo disfrutó de su momento en el juego pero San Lorenzo descansaba en un colchón de ventaja que le permitía sufrir ese mal tramo y aún así todavía poder estar al frente con cierta holgura.

Un triple clave de Elichiry frenó la embestida de Estudiantes y San Lorenzo volvió a tomar 11 de diferencia (52-41) en el cierre del tercer cuarto, que lo perdió por 24 a 14 pero igualmente entró al último parcial ganando por 7 (57-50).

Ferrari se planta para tirar, en su mejor partido de la serie. Clave.

Esa ventaja le sirvió a Sanlo para dosificar los momentos en el cierre, donde fue efectivo en la línea desde (sumó 15 unidades de 22 posibles) para apoyarse en esa diferencia que cuando estuvo cerca de ser amenazada por un pasaje del Colo Martínez, fue otra vez una bomba del local la que desactivó la remontada visitante.

Esta vez el que acertó a distancia fue Fortelli, una de las figuras junto a Benedetti y Ferrari, quienes tuvieron su mejor juego de la serie. Lucho metió un triple a 45 grados y algo lejano de la línea para quebrar definitivamente el juego (80-70, con 1m45s por jugar) y dejar el tercer punto en el Román Avecilla.

"Me tenía fe y tenía ganas de meter un triple, que en esta serie venía metiendo poco. Por suerte entró y sirvió para mantener la ventaja", contó Lucho, quien anoche terminó con 2 de 5 en triples.

Tras el cierre y ya con la victoria consumada Fortelli se encargó de reunir a sus compañeros, decir unas pocas palabras y juntos saludaron a la gente que se acercó en gran número para apoya a su equipo y que la final todavía sea un sueño posible.

"Teníamos que celebrar que seguimos con vida y también queríamos saludar a la gran cantidad de gente que nos vino apoyar. Estamos contentos por la victoria y queríamos agradecerles", señaló el base.

Ahora todo continuará en el Osvaldo Casanova, mientras Napostá descansa a la espera de la final.