Bahía Blanca | Lunes, 13 de mayo

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Cómo es trabajar en un molino eólico a 130 metros de altura

El ingeniero electricista Emiliano Fridel habló sobre su labor en el parque eólico más grande de la provincia de Buenos Aires.

Emiliano, una altura que es “dos veces la del Obelisco”

“Si bien te acostumbrás con el tiempo, siempre hay que tener respeto y cuidado ante cada movimiento que hacés”, afirmó Emiliano Fridel, de 35 años, quien realiza trabajos en altura en el Parque Eólico Mataco-San Jorge, el más grande de la provincia de Buenos Aires, ubicado en la ruta 33, en cercanías a Tornquist. 

Emiliano, que actualmente se encuentra en pareja y tiene una hija de 5 años, es supervisor de operación y mantenimiento de molinos eólicos y le contó a La Nueva. que su historia con los trabajos en altura comenzó gracias a la Ingeniería Eléctrica, disciplina en la que se especializó y que anteriormente ya lo había encontrado con el campo de la Electromedicina, en el que se desempeñó hasta el año 2017.

Iniciarse en una profesión tan desconocida como diferente a su empleo anterior, marcó un antes y un después: “Fue todo bastante nuevo y cambiante para mí”, confesó.

Cambiar filtros y piezas desgastadas, verificar los niveles de los aerogeneradores, engrasar, lubricar, cambiar fluidos, reajustar piezas y corroborar ciertos parámetros; son algunas de las actividades que realiza diariamente en su trabajo que, en esencia, podría pensarse bastante similar al de cualquier mecánico, inspector o encargado de mantenimiento. Salvo por un detalle: en lugar de desempeñarse en en tierra firme, su “oficina” tiene lugar en turbinas de molinos eólicos, a 130 metros de altura, “dos veces la altura del Obelisco”, precisó.

Si bien la altura de los molinos puede variar entre los 89 y 130 metros, los riesgos asumidos por los inspectores como Emiliano suelen ser similares para todos los parques.

“Obviamente está la cuestión de la altura al subir a la turbina. Si bien se toman todas las medidas de seguridad, el riesgo implícito siempre está”, contó y agregó que es fundamental tener el arnés correspondiente, anclado en todo momento, para evitar la gran cantidad de puntos de caída posibles que tiene un aerogenerador.

Sin embargo, aseguró que cree que el tiempo hace factible acostumbrarse a este tipo de trabajos, de los que destaca la posibilidad de encontrarse con imponentes vistas que solo pueden hallarse a gran altura. “Es algo que lo disfrutás día a día. Ver el sol desde ahí arriba es inigualable”, expresó.

Actualmente es el encargado de gestionar el mantenimiento general de Mataco-San Jorge: coordina tareas, lleva adelante inspecciones de obra, realiza cambios de grandes componentes y equipos de gran volumen, y da soporte a otros parques del país.

Quienes estén interesados en iniciarse en el mundo de los aerogeneradores deben realizar un curso GWO (Global Wind Organization) para aprender sobre seguridad para trabajos en altura, dentro de la industria eólica, explicó Emiliano.

La formación teórica y práctica en el control y mitigación de los riesgos de trabajo —que hoy en día puede realizarse en Bahía Blanca— “es lo que te abre las puertas”, consideró. Y aseguró que es clave para iniciarse en trabajos como el suyo.

Primeros auxilios, prevención y extinción de incendios, manejo manual de cargas, trabajos y rescates en altura, son los cuatro pilares fundamentales de estos cursos que buscan proporcionar las herramientas necesarias para responder ante emergencias y garantizar la seguridad personal.

"Hay que hacer toda una serie de entrenamientos previos que te habilitan a poder subir al aerogenerador y conocer cómo reaccionar ante diversas situaciones", detalló.

Emiliano no soñaba con trabajar en aerogeneradores; cuando se recibió buscaba una rama profesional relacionada, por ejemplo, con empresas transportistas eléctricas.

Incluso, contó que mientras estudiaba para convertirse en ingeniero electricista, aún no existían proyectos con energía eólica tan arraigados a nivel local.

“Hoy por hoy hay un boom impresionante que sigue creciendo y el panorama está muy abierto para las futuras generaciones de ingenieros electricistas que quieran entrar a la industria eólica”, reconoció. 

El Parque Eólico Mataco-San Jorge cuenta con 59 turbinas y Emiliano explica que ya está proyectada una ampliación. Además, trabajan con equipos de la subestación, celdas de media tensión con cables subterráneos que contribuyen "a que todo opere de forma óptima".