Juan E. Luoni: el arquitecto de la rosa

Mario Minervino

mminervino@lanueva.com

Es periodista, ingeniero civil y docente de la Universidad Nacional del Sud en materias relacionadas con el Patrimonio arquitectónico y el planeamiento urbano. Ha publicado notas en revistas Vivienda, Todo es Historia, Obras & Protagonistas y Summa +. Participa en varios micros radiales referidos a la historia de Bahía Blanca. En dos ocasiones recibió primera mención por parte de ADEPA en el rubro Cultura e Historia.

“La rosa es sin porqué,/florece porque florece, /no tiene preocupación por sí misma, /no desea ser vista”. Angelus Silesius, 1653

“Dios está en los detalles” es una frase que en el mundo de la arquitectura popularizó Ludwig Mies van de Rohe, aunque la misma es atribuida al escritor Gustave Flaubert quien la utilizó al analizar las obras de arte del Renacimiento italiano. La expresión original especificaba que era “el buen Dios” quien se escondía detrás de cada particularidad ("le Bon Dieu est dans le détail").

Algo de eso hay en la obra de Juan Eduardo Ernesto Luoni, uno de los arquitectos que más trabajos desarrolló en nuestra ciudad en la primera mitad del siglo XX.

Hasta el día de hoy, incluso asumiendo que decenas de sus obras han sido demolidas, es posible encontrar su firma de una numerosa y amplia variedad de fachadas.

No resulta simple definir su estilo, que se mueve entre propuestas propias de las enseñanzas de la Escuela de Bellas Artes de París, con sus frentes simétricos, motivos de adorno y referencias a estilos historicistas con tendencia al Eclecticismo y con bastantes arquitectónicos como balaustradas, pilastras, bajorrelieves, esculturas de figuras, guirnaldas, cartuchos, con voluminosos remaches y cornisas de apoyo. Pero también se suman propuestas contrarias a este manual de uso y diseño para sumar la presencia decorativa del art nouveau ó los audaces toques geométricos del art decó.

Es precisamente ese eclecticismo decorativo de los frentes el que obliga a analizar detenidamente sus obras, las cuales conforman aporte artístico al paisaje urbano que data mayormente de las décadas del 30 y 40, que se destaca por sus frentes con terminación símil piedra y la participación en los mismos de los más talentosos constructores, por caso Tanera, Ascolani, Servidio y Martorelli, Maronna, Greco.

Uno detalles singular es la presencia de flores como elementos decorativos, un ornamento propio del art nouveau. En particularidad el uso de la rosa, que aparece en diferentes lugares, con mayor presencia en los soportes de los balcones, rodeada a veces de triglifos y otros elementos propios de la arquitectura clásica,

A pesar de su vastísima obra, que tiene además modelos en localidades de la región, hay un importante desconocimiento sobre la vida de Luoni.

Descendientes de su familia señalaron a este medio que era nacido en Italia y, según detalla una publicación del diario El Atlántico, se radicó en nuestra ciudad en 1920, ya recibido de arquitecto. Su firma en las fachadas, “Juan E. Luoni”, es habitual que vaya acompañada por esa profesión, formación que habría recibido en la Universidad de Buenos Aires. De acuerdo a guías de época, su vivienda familiar y estudio estaba en calle Roca 119.

Allí vivió hasta su fallecimiento, ocurrido el 8 de septiembre de 1950, a sus 60 años de edad.

Como a todos los artistas le corresponde esa particular situación de sobrevivir a través de su obra. Una parte de su vida seguramente esté allí. En el estilo, en los balcones, en las terminaciones y, claramente, en los detalles. En cada  rosa.

El patrimonio

Nueve viviendas proyectada por Luoni están inventariadas como bienes patrimoniales arquitectónicos de nuestra ciudad, reconocidas por su valor artístico y paisajístico.

Las ubicaciones correspondientes son Brown 925, Av. Colón 312, O’Higgins 412, Berutti 11, Avenida Colón y Berutti, Ex Mercado Rocca de Ingeniero White, Avenida Colón 320 y Soler 44.

Las puertas, los estilos