Bahía Blanca | Sabado, 27 de abril

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Estar al sol hace bien: la luz, terapia contra la depresión y la ansiedad

Respetar el reloj biológico, estar activos durante el día y expuestos a la luz solar y a la noche para un buen descanso son los hábitos “guardianes”.

Buscar una luz más brillante durante el día podría ser un medio eficaz y no farmacológico para reducir los problemas de salud mental.

Los ritmos circadianos son cambios físicos, mentales y conductuales que siguen un ciclo de 24 horas. Estos procesos naturales responden, principalmente, a la luz y la oscuridad, y ocurre en todos los seres vivos, incluidos los animales, las plantas, los microbios y los seres humanos. Un ejemplo de ritmo circadiano relacionado con la luz es dormir en la noche y estar despierto en el día.

Los relojes biológicos son los dispositivos de tiempo naturales del cuerpo que regulan el ciclo de los ritmos circadianos. Casi todos los tejidos y los órganos biológicos contienen relojes. El cerebro es el coordinador de todos ellos y los mantiene sincronizados. Nuestro organismo reacciona a la señal dada por la luz al amanecer y su disminución al anochecer, es decir los ritmos de vigilia y sueño.

La alteración de los ritmos circadianos provoca una serie de consecuencias a las que no prestamos atención, pero que los científicos han decidido estudiar en profundidad y han descubierto que no solo afectan la salud física sino también la mental.

El doctor Diego Golombek investigador superior del Conicet en la Universidad de San Andrés y en la Universidad Nacional de Quilmes, explicó: “Existen numerosos trabajos que demuestran la importancia de un adecuado ciclo de luz y oscuridad para mantener sincronizado el reloj biológico humano. Pero lo novedoso es que esta sincronización repercute en muchos ámbitos de la salud, no solo en el sueño, sino también en el metabolismo, el sistema inmune, el sistema cardiovascular y hasta en el estado de ánimo”.

El doctor Enrique De Rosa Alabaster, médico psiquiatra, neurólogo, sexólogo y médico legista, señaló: “La alteración de los ritmos circadianos provoca alteraciones del sueño y ya hemos hablado sobre sus consecuencias. Estas van desde algunas simples, como cansancio diurno y menor concentración o los síntomas de ansiedad y depresión que experimentamos en periodos de mucho estrés durante el cual, por exigencias, no podemos respetar ritmos de sueño. Así, se va generando alteración de los ritmos circadianos, hasta el establecimiento de la ansiedad, depresión ya no sintomáticas sino como enfermedades y, finalmente, llegando a graves consecuencias relativas a la deprivación de sueño o la ruptura de sus patrones como patologías más severas como el deterioro neurodegenerativo cortical (correlación insomnio- Alzheimer)”.

Y agregó: “A nivel genético y particularmente epigenético, está demostrado que la desregulación de los ritmos circadianos influye sobre la plasticidad neuronal y la neurogénesis. Así está demostrada una correlación con enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer y el Parkinson”.

Según un reciente estudio, el más grande del mundo sobre la exposición a la luz y su impacto en la salud mental, realizado con 85.000 participantes y publicado en la revista “Nature Mental Health”, estar a la luz durante la noche aumenta el riesgo de una persona de sufrir trastornos psiquiátricos como ansiedad, trastorno bipolar y trastorno de estrés postraumático así como autolesiones. 

Es importante destacar que el estudio también encontró que una mayor exposición a la luz diurna puede actuar como un medio no farmacológico para reducir el riesgo de psicosis.

De acuerdo a la investigación, en las personas expuestas a grandes cantidades de luz durante la noche, el riesgo de depresión aumentó en un 30%, mientras que aquellos que estuvieron expuestos a grandes cantidades de luz durante el día redujeron su riesgo de depresión en un 20%. 

“Estos hallazgos indican que la simple práctica de evitar la luz durante la noche y buscar una luz más brillante durante el día podría ser un medio eficaz y no farmacológico para reducir los problemas de salud mental”, dijeron en el estudio.

Respetar los ritmos biológicos es la clave

   1. Adoptar hábitos simples como respetar ritmos y horarios de sueño, y exponerse regularmente a la luz solar son buenas medidas para empezar a cuidarnos.

   2. En los casos de enfermedad mental un buen sueño, un buen descanso y una buena actividad diurna ayuda a que los síntomas no sean tan graves.

   3. El mejor consejo con respecto a los ritmos biológicos es mantenerlos regulares. Si uno se aleja de esa regularidad, la salud se resiente, dicen los expertos.

   4. “Hay personas más matutinas y más vespertinas y cuanto más uno pueda respetar estos mandatos cronobiológicos, mejor les va a ir”,  aseguran también.