Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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Luis Angel Firpo, el padre del boxeo argentino

Un emblema del deporte de los puños, que es recordado por su combate ante Jack Dempsey, realizado en Nueva York.

Firpo se saluda con Dempsey en la previa del mítico combate.

José Valle (*) / Especial para “La Nueva.”

   Luis Angel Firpo nació el jueves 11 de octubre de 1894 en el hogar familiar de la calle Lavalle 215, en la ciudad bonaerense de Junín, fueron sus padres el italiano Agustín Firpo y la española doña Angela Larroza.

   A los 12 años se radicó en el porteñísimo barrio de Boedo, haciéndose hincha fanático de San Lorenzo y ganándose la diaria en variados oficios: fue estibador, albañil, guarda hilos del Telégrafo de la Nación, bachero en un restaurante, cadete en una farmacia y en una fábrica de ladrillos propiedad de Félix Bunge, era el encargado de las cobranzas.

   Un día volviendo al comercio con el dinero recaudado, fue atacado por tres ladrones, el joven Firpo no dudó y les dio una soberana paliza a los malvivientes que huyeron despavoridos. Su patrón le recomendó aprender a boxear y lo inscribió en el Internacional Boxing Club, que estaba ubicado en Libertad y Sarmiento en Buenos Aires, bajo la dirección del profesor Martínez, donde el 10 de diciembre de 1917 se hizo profesional, sin haber peleado nunca como amateur.

   Allí enfrentó al australiano Frank Hagney, pero el combate fue declarado sin decisión. La segunda pelea la realizó en el Teatro Casino de Montevideo y fue derrotado por nocaut por el local Ángel Rodríguez, "Angelito". Dicho combate fue presenciado por Carlos Gardel amigo de ambos púgiles.

   Era asiduo concurrente del Bar "Chanta Cuatro", que estaba en Anchorena y Guardia Vieja (hoy peatonal Carlos Gardel), donde disfrutaba de la especialidad de la casa, la sopa de cebolla, mientras compartía mesa con su primo hermano el gran director y compositor de tangos Roberto Firpo.

   A partir de allí hilvanó una seguidilla de victorias, muchas por nocaut, que lo hicieron popular y fue  convocado para combatir en Estados Unidos donde venció por demolición a Tom Maxted, Joe McCann y al Italiano Emilio Buttafochi, quien combatía con el seudónimo de Jack Herman.

   Regresó a nuestro país y venció categóricamente al australiano Jim Tracey, en el Club Sportivo Barracas de Buenos Aires.

   En el año 1923 vuelve al país del norte, combatiendo también en Cuba y México, venciendo a boxeadores de la talla de Jim Hibbard, Bill Brennan, Jack McAuliffe, Joe Burke, Homer Smith, Charley Weinert  y al legendario ex campeón mundial Jess Willard (en esta pelea ganó 96 mil dólares).

   El periodista y escritor neoyorquino Damon Runyon lo bautizó "Toro Salvaje de las Pampas".

Un combate inolvidable

   El 14 de septiembre de 1923, Firpo (teniendo el húmero del brazo izquierdo fracturado) enfrentó a Jack Dempsey en la denominada pelea del siglo por el título mundial de peso completo, ante unas 85.000 personas que colmaron el Polo Grounds de Nueva York.

   El argentino derribó a Dempsey en los primeros segundos del combate, para después caer en siete oportunidades pero, cuando finalizaba este primer round, Firpo conectó un fuerte golpe que envió al "Matador de Manassa" fuera del ring.

   Éste es ayudado a volver al cuadrilátero 19 segundos después por el periodista del New York Tribune, Jack Lawrence, y el telegrafista de la Western Union, Perry Grogan, increíblemente el árbitro Jack Gallagher no le hizo la cuenta de diez. Este fue el primer gran "robo" de la historia del boxeo mundial.

   En el segundo asalto, Dempsey totalmente recuperado logró derribar tres veces a Firpo, obligando al árbitro a detener la contienda y declarar ganador a Dempsey por nocaut.

   Julio Cortázar era un apasionado del boxeo. De purrete, en el patio de su casa de Banfield, siguió por radio la pelea y de grande se refería a ella de la siguiente manera: “uno de los acontecimientos más extraordinarios de este siglo”.

   Y escribió en el libro Un tal Lucas: “De chico, claro, Firpo podía mucho más que San Martín y Justo Suárez más que Sarmiento”, asimismo en el cuento Circe, del libro La vuelta al día en ochenta mundos (publicado en 1967), recordó: “Vino la pelea Firpo-Dempsey y en cada casa se lloró y hubo indignaciones brutales, seguidas de una humillada melancolía casi colonial”. Y volvió a soltar: “Aquella pelea creo que definió mi pasión por el boxeo”.

   En muestra de reconocimiento por la brillante actuación de Firpo, el intendente de la ciudad de Buenos Aires, Carlos Martín Noel, derogó el 3 de febrero de 1924 la ordenanza que llevaba muchos años prohibiendo el boxeo y rehabilitando su práctica.


Firpo y Jack McAuliffe, en uno de los combate

   Se instituyó el 14 de septiembre como Día del Boxeador en Argentina.

   En el año 1924 realizó tres combates en nuestro país. Les ganó por nocaut a Walter "Farmer" Lodge, Erminio Spalla y Al Reich y efectuó dos peleas en Estados Unidos, las que culminaron sin decisión.

   Cuando en el año 1926, después de vencer al italiano Erminio Spalla en el Parque Romano, decidió colgar los guantes, era inmensamente millonario. Poseía cinco estancias en la provincia de Buenos Aires que sumaban unas 15.000 hectáreas, más de 25.000 cabezas de ganado y era el representante oficial en nuestro país de la marca de autos de lujo Stutz Motor Company.

   Firpo siempre fue muy hábil para los negocios. Solía contar en tono de broma el recordado actor Florencio Parravicini que el único negocio que le salió mal "fue cuando se le murió un canario que había comprado en Estados Unidos, en el barco regresando a nuestro país".

   Firpo siempre fue quien arregló sus contratos boxísticos, no tuvo representante y lo justificaba con la siguiente frase "que si él recibía los golpes, sería él quien disfrutara de los beneficios".

   Inexplicablemente regresó a los cuadriláteros 10 años después, en 1936. Firpo tenía 41 años, venció por la vía del cloroformo al italiano Saverio Grizzo y a Siska Habarta y perdió por nocaut ante el mejor boxeador chileno de la historia, Arturo Godoy, en el Estadio Luna Park. Firpo anunció su retiro definitivo del noble arte de los puños con un récord de 42 combates: 31 victorias (26 kO), 7 sin decisión y 4 derrotas.

   Fue el descubridor y manager del boxeador argentino Abel Cestac. En 1946, contrató al periodista y escritor Horacio Estol para que escriba su biografía  autorizada: Vida y Combates de Luis Angel Firpo.

   En 1952 actuó en la película "Nace un campeón", dirigida por Roberto Ratti según el guión de Rodolfo Sciammarella. Integraron el elenco Ricardo Castro Ríos, Gloria Ramírez,Cirilo Etulain y Raúl del Valle.

   Jack Dempsey, invitado por el general Juan Domingo Perón y Luis Angel Firpo, visitó nuestro país y el 13 de septiembre de 1954, Perón les hizo entrega de dos medallas de oro recordando la histórica pelea; al otro día compartieron un asado en la estancia de Firpo.

   El Toro Salvaje de las Pampas visitó Bahía Blanca en el año 1921. Realizó una exhibición frente a Fernando Campañella en un ring armado en el escenario del teatro Colón (actual Don Bosco) y regresó a la ciudad en 1944, para visitar el mítico Salón de los Deportes.

   En la ciudad de Usulután, República de El Salvador, en el año 1923 fundaron un club de fútbol que lleva por nombre "Club Deportivo Luis Ángel Firpo" en su honor.

   Falleció de un infarto a los 65 años en Buenos Aires el domingo 7 de agosto de 1960. Su esposa Blanca, le encargó al artista Luis Perlotti la realización de una escultura que lo muestra con su bata y sus guantes en la puerta de la bóveda que guarda sus restos en el Cementerio de La Recoleta.

(*) El autor es historiador del tango, conductor radial, escritor y gestor cultural.