Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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En Bahía hay una “Aldea” para que los más chicos se diviertan jugando al fútbol

La Escuela de Fútbol Mixto Aldea Romana FC cuenta con cancha propia, pero tiene algunas carencias básicas.

Fotos: Pablo Presti-La Nueva.

Por Javier O. Schwab - jschwab@lanueva.com

(Nota de la edición impresa)

   A una cuadra de la plaza principal, en la intersección de las calles Pasteur y El Boyero, funciona la Escuela de Fútbol Mixto Aldea Romana FC.

   En 2019 arrancó por iniciativa de Silvano Polla, quien armó el proyecto y lo impulsó ad honorem, para ensamblar las bases e insertarlo en la comunidad, y así ofrecerle a los chicos del barrio la posibilidad de participar en la Liga Municipal.

   Claro que no todo fue sencillo, habida cuenta que el predio sólo dispone de dos canchas de fútbol, pero carece de infraestructura para  plantar allí una firme localía.

   No obstante, unos 35 chicos concurren los martes y jueves a entrenar bajo las órdenes de dos estudiantes de profesorado en educación física para enseñarles y formarlos en plena competencia.

   “Estamos más que agradecidas a Silvano y los profesores a cargo, Francisco y José, porque hacen todo por los chicos. Esto tomó un impulso muy lindo en 2019, luego vino la pandemia y hasta el año pasado estábamos bien, pero hoy nos encontramos en una situación diferente”, dijo Siomara Muñoz, una de las madres comprometidas con el proyecto desde el inicio.

   “Estamos un poco frenados, no contamos con la infraestructura que disponíamos y no podemos ofrecer la merienda antes de los entrenamientos porque carecemos de un espacio cerrado. El año pasado lo hacíamos porque pertenecíamos del club ADYCAR y utilizábamos las instalaciones, pero no pudimos seguir allí”, señaló Siomara, quien contó con el respaldo de otras dos madres: Betiana Catini y Natalia Lualdi.

   “Teníamos el apoyo del club, que lamentablemente está a cargo de una sola persona y ya no nos permite usar las instalaciones. Hay un salón donde los chicos iban a practicar los días de lluvia o cuando hacía mucho frío. Allí podíamos otorgar la merienda”, dijo, por su parte, Betiana Catini.

   “El salón se alquila para cumpleaños de 15 o casamientos, pero casi no tiene actividad y no vemos mejoras. Necesitaríamos que la comunidad se involucre y recuperar ese espacio, porque es del barrio”, apuntó.

   -¿Por qué no se moviliza la gente del barrio?

   Catini: -Es un barrio muy quieto. 11 años llevo viviendo acá y creció un montón, aunque la gente se involucra muy poco.

   Siomara: -El año pasado había entre 70 a 90 chicos, pero dejaron de venir porque no son más parte del club. Ahora se baila reguetón para nenas y hay yoga una vez por semana para adultos, nada más.

    -Al menos queda el consuelo de utilizar este predio.

   Siomara: -Llevé una carta a la municipalidad pidiendo permiso para utilizar las canchas, porque hasta donde me dijeron ADYCAR tenía el comodato de este lugar. Todavía no me respondieron. Queremos ese permiso para poder avanzar en proyectos.

   -Hay una base de cimientos y palos instalados. ¿Había un propósito?

   Catini: -Se empezó a construir un espacio para baños y un pequeño salón para usarlo de vestuario y actividades sociales. Queríamos tener un lugar físico para adyudar a los chicos, alimentarlos, pero sin el permiso es imposible.

   -¿Tienen personería jurídica?

   Siomara: -No propia, pero sí en la Asociación Ambientalista que nos presta el nombre para poder utilizar la. Por eso necesitamos este lugar físico, para desarrollarnos y crecer.

   -¿Cómo generan recursos?

   -Hacemos rifas o instalamos un kiosco para recaudar los días de partidos. Hace dos semanas jugamos de local y juntamos para invertir en medias. Además, con el dinero que recaudamos el año pasado, en un evento organizado en la plaza, compramos 70 camisetas.

   -¿Cómo hicieron para jugar de local?

   Siomara: -Gracias al aporte de una madre que nos prestó un baño químico. No es la manera, pero de lo contrario tenemos que jugar en canchas neutrales.

   -¿Y para movilizarse?

   Siomara: -Con nuestros autos llevamos a todos los chicos que podemos. También se viaja en colectivo, con una madre o los profesores. En 2019 la municipalidad mandaba los colectivos  para llevar a los chicos, pero eso dejó de funcionar.

   -Tienen camisetas bastante llamativas.

   Catini: -El color rosa y la combinación con un azul tirando a bordó la hace distinta a la del resto. Vamos a un lugar y nos identifican por los colores, jajaja. Además tenemos un logo muy particular (ver aparte).

   -¿Necesitan que la gente se acerque y colabore?

   Catini: -Que traigan a los chicos, que se acerquen a la Escuelita. Hay mucha gente que no debe estar enterada de este joven emprendimiento. Ojalá se puedan acercar, así los chicos tienen más apoyo en el barrio.

 

La mano de los profes

   Francisco Urrutia y José Luis Catalán cursan el último año de la carrera educación física, a la vez que gracias a un subsidio otorgado por el programa Potenciar Deportes -a nivel nacional- pueden  desarrollar este tipo de actividades con los niños.

   "En esta comunidad no había nada y se buscaba un espacio para la recreación de los chicos, además de la enseñanza en actividades deportivas y sociales", dijo Urrutia..

   “Disponemos de dos canchas: la principal de grandes dimensiones para el Sub 13 y la más chica, donde entrenan los pequeños (Baby 1 y 2). Contamos con tres categorías y aún no hemos podido armar un Sub 15 por falta de chicos”, señaló.

   El rango de edad es de 4 a 13 años.

   “Son niños y niñas del barrio, excepto Tomás que viene de más lejos, aunque siempre estuvo integrado a la escuelita”, remarcó.

   Silvano Polla está a cargo del CEF N° 32, donde los chicos concurren lunes y viernes.

   “Martes y jueves entrenamos en las canchas y los demás días están con Silvano. Generalmente iniciamos a las 17, pero también tenemos un turno con los arqueros que vienen una hora antes”, dijo José Luis.

   “Competimos con más de 10 equipos y hace poco hicimos de local acá. Trabajamos todos, marcamos con cal y se trajo un baño químico. Había entusiasmo”.

   -¿Qué les está faltando?

   Urrutia: -Con Silvano estamos gestionando la posibilidad de conseguir materiales para los entrenamientos ya que contamos con unos 30 chicos y tenemos sólo 4 pelotas.  Muchas veces tenemos que hacer malabares. Hay tortuguitas, pero estamos buscando conitos, vallas, varillas. También hay postes de iluminación, sólo faltaría conectar dos lámparas led porque en esta época oscurece muy temprano y estamos practicando sin luz.

 

El logo salió de un visitante esporádico

   “Se buscaba darle una entidad al barrio, contar con un logo para ser identificados como el equipo de Aldea Romana cada vez que nos toca jugar en otro lugar. Y se apeló a la creatividad”, dijo Francisco Urrutia.

   En el predio era frecuente la visita de teros en determinadas épocas del año, aunque contar con un animal de estas características implicaba copiar a otras instituciones que ya lo tenían incorporado.

   “Lo de los teros lo hemos observado en una casaca de un equipo uruguayo y en otros que googleamos y nos parecía poco creativo repetir. Un día vimos un búho en la cancha, al poco tiempo vimos otro; no venían seguido pero nos llamó la atención y empezamos a charlar entre todos. La idea gustó", señaló Urrutia.

   "Estuvimos buscando escudos para representarlo, hasta que observamos uno con una pelota de rugby y boleadoras. Le cambiamos la pelota por una de fútbol e hicimos algunos retoques. Ya es parte de nuestra indumentaria, nos sentimos identificados”, aseguró Urrutia.