Bahía Blanca | Lunes, 30 de junio

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Macri: “La Argentina ya está viajando a una inflación del 100 % anual”

El expresidente aseguró que la solución "es no gastar más de lo que ingresa y no robarle a la gente con impuestos que destruyen el empleo". Además, sostuvo que "este sistema está lleno de privilegios que son caldo de cultivo para que aumente la pobreza".

Foto: archivo-La Nueva.

   El expresidente de la Nación Mauricio Macri aseguró que "la Argentina ya está viajando a una inflación del 100 % anual" y mencionó que "esto se arregla yendo por lo básico, que la Argentina no arregla hace décadas, pero que habíamos logrado acomodar hacia 2019, que es no gastar más de lo que ingresa, y no robarle a la gente con impuestos que destruyen el empleo".

   En una entrevista exclusiva ofrecida a La Nación, en la Quinta Los Abrojos, Macri hizo referencia también a los posibles candidatos de Juntos para 2023, a la gestión de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, puso el foco en la economía, y señaló qué país ve hoy como ejemplo para la Argentina.

   "Necesitamos que haya claridad en la coalición de la necesidad de un cambio en serio en lo económico y en lo político. Lo político lo hicimos muy bien entre 2015 y 2019, con la política exterior, la transparencia y la infraestructura, en las comunicaciones y en las libertades; ahora, hay que afinar el lápiz y buscar cambios en lo económico, porque no se puede vivir más con esta inflación. La gente no puede más con esta inflación, porque estamos viajando al cien por cien", sostuvo.

   En ese sentido, opinó que las aspiraciones de los radicales, de asumir protagonismo dentro de la coalición, "son correctas".

   "Ellos tienen que aportar todas sus capacidades y ser lo más protagonistas que puedan. Creo que para eso existe la PASO y allí la gente podrá elegir entre los radicales, la Coalición (Cívica), el Peronismo Republicano y el PRO, y uno conducirá, y los demás serán parte de un equipo. Es importante siempre quién lidera, no es cosa menor, pero hoy es mucho más importante salir de la simplificación, de los atajos, del facilismo, que esto se arregla creciendo, y frasecitas lindas que ocultan que este sistema está corrompido, lleno de privilegios y de comportamientos mafiosos que son caldo de cultivo para que aumente la pobreza. 

   A propósito, Macri dijo que "al que labura desde las 8 de la mañana, sin pedirle nada a nadie, siente que le come siempre la inflación, la imprevisión y los impuestos distorsivos".

   En otro tramo de la entrevista, el también exdiputado, exjefe de Gobierno porteño y expresidente de Boca Juniors dijo que no siente que sea un momento de "aspiraciones personales".

   "Hoy estoy muy decidido a defender la República, defender el futuro que nos corresponde, por enfrentar las mafias y de esta gente que se cree dueña de nuestras vidas. Hasta ahora ha liderado el PRO, y creo que, más allá de los esfuerzos del radicalismo, es importante, porque las ideas modernas, disruptivas, abiertas, hasta ahora las hemos liderado desde el PRO. Ojalá ellos pongan candidatos que expresen esas ideas. Pero el Pro tiene muy buenos dirigentes, muy buenos, y hoy han manifestado con claridad absoluta su vocación de ser candidatos Patricia y Horacio, y María Eugenia ha dicho que no lo descarta.

  En esa misma línea, contó que "hoy me veo ayudando a todos los dirigentes que concurren a verme, a darles aliento, apoyo, y si me piden un consejo, se los doy"

   "Es el fin del mundo si no armamos un equipo con las ideas correctas, que ayude a dar vuelta la historia definitivamente. Con la destrucción del relato kirchnerista y populista, deben venir 20 años de crecimiento continuo en la Argentina, como tuvimos a principios del siglo pasado. Soy muy optimista porque todo este dolor trae una historia de cambio enorme. Yo les digo que se preparan para competir en las PASO, pero al día siguiente todos debemos ser parte de un equipo, los del PRO, los radicales, la Coalición y los peronistas. Lo importante es poner la Argentina de nuevo en el mundo, ya con estabilidad macroeconómica, recibiendo toda la inversión que el país puede recibir, ya no crédito para financiar déficit, porque hay que acabar el déficit, y creo que en eso ellos tienen que saber competir sanamente", amplió.

   —¿Tiene algún favorito en particular?

   —Creo mucho en los liderazgos que te comenté: Patricia ha hecho una gran tarea como ministra de Seguridad, se ha ganado el respeto porque tiene mucho coraje. Horacio es un tipo que conduce bien, en la Ciudad ha hecho una muy buena gestión, y María Eugenia hizo una pequeña revolución en la provincia que, arrastrada por el tema macro, no reeligió, pero no fue culpa de ella. Le tengo mucha fe al cambio que va a provocar Rogelio Frigerio en Entre Ríos, Nacho Torres en Chubut, y espero un buen candidato en Córdoba, Santa Fe, Mendoza, donde veo que habrá una muy buena competencia entre Alfredo (Cornejo) si decide quedarse y Omar De Marchi…

   —Con el diario del lunes, ¿por qué cree que Juntos perdió la elección presidencial?

   —Diría, primero, porque la campaña generó una expectativa demasiado alta, y estamos viviendo en el mundo de las expectativas. Todo vale por las expectativas. Heredamos una Argentina en el tercer subsuelo, y yo prometí un edificio de 50 pisos, mientras iba en el octavo. Vi que ese no era el piso 50, por lo que volvía a la salida. Lamento no haber tenido una narrativa mejor, y eso lo digo como autocrítica. Porque era tan obvio que volver atrás iba a ser este desastre. La inflación en agosto del 2019 iba para el 1,2 o 1,3%; no teníamos más déficit, la infraestructura avanzaba, estábamos adjudicando este gasoducto, abriendo las ofertas para adjudicar, abastecernos y exportar. Y ahora todo eso volvió para atrás: déficit, inflación desbocada, falta de autoabastecimiento. ¿Cómo no haber encontrado las palabras para que todos entendiésemos? Más allá de los pozos que nos comimos, faltaron palabras para explicar que el camino que llevábamos era el correcto. Ahora hay que retomarlo.

  —En las elecciones presidenciales Alberto Fernández mostró un spot de los niveles de endeudamiento de su gobierno…

   —Pero él es el presidente que más deuda tomó en la historia. Es récord: más de US$30.000 millones por año. Y nos deja el triple de Leliqs, esto que la gente no entiende, pero que es una bomba. Se va a caer esta mentira del endeudamiento. Arrancaron en el 2019, cuando tuvieron éxito en convencer a una cantidad de gente para que no continuásemos, y lo mismo en 2020, pero ya en 2021 se empezó a caer a pedazos. Y se la pasan hablando de la deuda que le dejamos con el Fondo, que vencía a los dos años de ellos asumir, que eran US$19.000 millones y que nunca se iban a pagar si había un plan. O sea, si vos llevabas un plan al Fondo, como efectivamente pasó, aunque es un plan espantoso pero que está harto de hablar con ellos y decidió esperar hasta que venga otro gobierno… entonces, ellos van a dejar US$60.000 millones, y se quejan de US$19.000 a dos años que eran perfectamente refinanciables, y dejan US$60.000 millones, en pesos, ajustados por diferentes maneras, a solo 12 meses. O sea que no son licuables como ellos insinúan, y es impredecible saber cómo se va a manejar.

   —La Justicia lo condenó con $1,6 millones por la Fiesta en Olivos…

   —La verdad es que a todo el mundo le resultó revulsivo todo eso. Porque es imposible pensar en todos los atropellos que se hicieron. Yo desde el primer día dije que me parecía un atropello todo lo que hicieron, que nos encerraran de esa manera, con los pibes todos fuera del colegio. La carta del papá de Solange [la joven enferma de cáncer que no pudo ser atendida] me sigue pegando en la cabeza, y la cantidad de personas que no pudieron despedirse de sus padres, y él con su dedito diciéndole “idiota” a un surfer y yo le pregunto a él: ahora que se mira frente al espejo, ¿Cómo se llama a él mismo? Nos tenía a todos encerrados y daba cátedras de moral. Yo jamás hubiera ido por el lugar que fueron ellos. Hubiera ido por el lado de empoderar al argentino, de respetar la salud de todos, de fijarnos cómo nos administramos, y hacer como hizo Luis Lacalle Pou en Uruguay.

   —¿Qué país ve hoy como ejemplo para la Argentina?

   —Hay muchos… el viejo ejemplo que todos tomamos, un partir de aguas a partir de los 70, es Australia. Está igual de lejos que nosotros del centro del mundo; tiene más o menos la misma matriz y recursos, o incluso menos, y se abrió al mundo y estableció reglas de juego claras. En los 70 estábamos igual; ellos se fueron para arriba, y nosotros para abajo. (La Nación)