Bahía Blanca | Domingo, 26 de marzo

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Los testículos como protagonistas

Tal vez por su sensibilidad o porque una manipulación agresiva causa un dolor extremo es que los testículos son olvidados y no se los considera como una zona erógena a estimular, sin embargo, una estimulación adecuada origina un camino seguro para llegar al clímax.

   Si hablamos de sexualidad no caben dudas que hay temas, zonas y prácticas que son protagonistas y tienen el primer plano, mientras que otras partes o prácticas no son tenidas en cuenta, son ignoradas o directamente olvidadas.

   Hoy vamos a reivindicar a los testículos, sí, esos que metafórica y literalmente a veces se llenan…

   Tal vez por su sensibilidad o porque una manipulación agresiva causa un dolor extremo es que los testículos son olvidados y no se los considera como una zona erógena a estimular, sin embargo, una estimulación adecuada origina un camino seguro para llegar al clímax.

   La estimulación de los escrotos viene a ser como una especie de antesala o paso previo a la autosatisfacción, al sexo oral o al coito. 

   Ya hemos hablado de la importancia que tienen las zonas erógenas, son como esos puntos que al ser tocados, acariciados, lamidos o estimulados por diferentes vías producen placer, sensaciones agradables y encienden los deseos.

   Los testículos, olvidados o sumamente respetados, constituyen una parte del cuerpo súper sensible y que, expuesta a caricias, movimientos delicados se convierten en un verdadero juego de placer.

   Pero ¿hay una técnica o fórmula para estimular los testículos de forma tal que sea una experiencia positiva?

   Los testículos están recubiertos o envueltos por una especie de bolsa de piel muy fina denominada escroto. A diferencia del pene por su suavidad y extrema delicadeza no requiere ningún tipo de gel, lubricante o crema, es fundamental la delicadeza al momento de estimularlos.

   Obviamente a las mujeres les cuesta más la estimulación de los testículos de su pareja porque al no poseerlos se desconoce el manejo, distinto es lo que sucede en las relaciones homosexuales.

   Lo primero que hay que tener en cuenta que es un juego más, luego permitir que el hombre sea una especie de guía y que exprese las sensaciones agradables como desagradables. La idea es que todos disfruten.

   Se recomienda comenzar acariciando los testículos de forma suave y con la yema de los dedos, luego utilizar ambas manos y realizar muy lentamente movimientos circulares y de arriba hacia abajo.

   Si querés ir más allá se puede ejercer cierta presión o un leve apretón, pero cuidado con eso y con ellos, si bien puede ser excitante no es casual el dicho es peor que un apretón de testículos.

   Lo ideal es que la persona permanezca de pie, porque la gravedad o el propio peso de los testículos facilitan que se muevan de forma natural y esta posición favorece que a la vez se estimulen otras zonas a través de besos y susurros.

   La lengua es casi la protagonista, tal como sucede durante el sexo oral los testículos también pueden ser besados o estimulados a través de la lengua. Rozarlos con los labios, introducirlos en la boca y ejercer delicadas succiones son algunas variantes.

   También se puede con la lengua deslizarla por los testículos, recorrer el perineo y volver a la base del pene. Es muy importante estar pendiente de las reacciones y advertir que movimientos resultan placenteros.

   Los testículos merecen estimulación, pero también cuidados ya que se pueden lastimar, por eso no es recomendable morder, pellizcar, precaución con los piercings y sobre todo mucho esmero.

   Hasta el próximo encuentro. Lic. Magda.