Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Hasta 2023: a puertas cerradas, el Banco Nación avanza con la obra de recuperación

Los trabajos, que incluyen reconstrucción y modernización, poseen un presupuesto de 24,3 millones de pesos. La intención inicial era concluirlos este mismo año, en el centenario de su inauguración. Las razones de la demora.

Trabajos en la parte superior del edificio del Banco Nación, en una imagen de este miércoles. / Fotos: Pablo Presti-La Nueva.

Mario Minervino / mminervino@lanueva.com

   Tres años han transcurrido desde que un incendio iniciado en la zona de calderas —ubicada en la azotea del mismo—obligó al cierre del edificio que el Banco de la Nación Argentina ocupa en nuestra ciudad desde 1921, en la esquina de las calles Estomba y Moreno.

   Desde entonces, y a pesar de los casi dos años de pandemia que han complicado el ritmo de los trabajos, la entidad no ha dejado de preparar varias licitaciones que permitirán reconstruir un variado conjunto de afectaciones sufridas por el siniestro, además de una serie de obras que apuntan a mejorar y modernizar las instalaciones.

   En este momento se está desarrollando la primera etapa de la renovación de la instalación eléctrica, cuya complejidad queda evidenciada con el armado y montaje de 42 tableros, tendidos de cables, colocación de 80 bandejas portacables y 186 paneles con artefactos de iluminación.

   La obra posee un presupuesto de 24,3 millones de pesos, está a cargo de la firma Mobitec SRL, con sede en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y tiene un plazo de 150 días corridos, con lo cual se supone que estará terminada a fin del corriente año. A la fecha han concluido con varios pisoductos, y se trabaja en el cableado y la colocación de tableros seccionales.

   Por otra parte, la empresa local Climatec —adjudicataria de la provisión e instalación de los nuevos sistema de calefacción y refrigeración— ha comenzado la construcción de las bases en la azotea donde se colocarán los nuevos equipos y, además, desarrolla tareas previas de ingeniería. En este caso, el contrato es de 823.000 dólares.

   Por último, ya se procedió a la apertura de ofertas para la construcción de la escalera de incendios que se ubicará en la parte trasera del edificio, entre la planta baja y la azotea, así como la construcción de nuevos núcleos sanitarios. Esta obra estaría en condiciones de iniciarse en unos 45 días.

   Ha quedado ya descartada la primera intención, más un quimera que una realidad, de estar en condiciones de reabrir el edificio en 2021, a los cien años de su inauguración.

   Claudio Angelini, gerente de la sucursal, fue cauto en ese sentido.

   “Es complejo estimar una fecha de terminación porque son muchas las tareas que quedan por realizar. Pero si se mantienen el ritmo actual y el suministro de recursos es posible pensar que, en dos años, el edificio podría estar en condiciones de reabrir”, señaló.

   A esta situación de continuidad se suma, además, esperar que la pandemia no genere nuevos retrasos y también asumir un ritmo particular de los trabajos, considerando que la entidad pone énfasis en la necesidad de considerar, en cada intervención, la valoración patrimonial del inmueble.

   “El lugar es parte de la memoria de los bahienses como edificio singular en la manzana fundacional. Por su valor cultural, su riqueza constructiva, por el sentido de pertenencia y por conservar su función original luego de cien años de existencia, se debe cuidar como testimonio del pasado para futuras generaciones”, se indica.

   Por eso, las intervenciones se deben desarrollar con personal idóneo y cada situación que altere la arquitectura deberá ser subsanada para llevar el edificio a su condición original.

   La sucursal local del Banco Nación guarda líneas neoclásicas, con aires afrancesados. Es de escala monumental, la cual manifiesta en este caso el poder del dinero.

   Por su sobriedad y fortaleza, su estética trasmite la idea de un “banco cofre”, un lugar donde el dinero de los clientes está seguro y a buen resguardo.

   En sus pisos superiores pueden verse varias esculturas alegóricas, referidas tanto a la función de la entidad como a su emplazamiento en el sur bonaerense.

El museo, unos calzoncillos y las ruinas de Pompeya

   Es extensa la lista de tareas todavía pendientes. Desde la reconstrucción de las cúpulas, la puesta en valor de las fachadas, el equipamiento mobiliario, la colocación de pisos, la provisión de ascensores, las etapas faltantes en las instalaciones, más otras propuestas como la de crear una sala-museo donde se muestren objetos de la historia de un edificio que, al momento de su inauguración, se consideró como “el más perfecto de todos los que existen en el país”.

   Por eso, cada pliego plantea, incluso, que las excavaciones se realicen “con precaución y atención”, ante la posibilidad de “encontrar objetos de utilidad arqueológica”.

   Ese cuidado recuerda al que se tuvo en 1926, cuando se realizaron las excavaciones para las fundaciones del Palacio de Tribunales, vecino al banco.

   Su constructor, Justo José Querel, mientras “escarbaba como un peludo" una zanja, debía seguir las instrucciones del intendente municipal, Aquiles Carabelli, de hacer la tarea “con sumo cuidado” con la expectativa de encontrar elementos de la época fundacional. Fastidiado porque esa sugerencia demoraba su tarea, se quejó de ese requerimiento: “Carabelli espera que encuentre los calzoncillos de Rosas petrificados en el subsuelo para armar un museo", mencionó, para señalar luego: “Veinte días llevo metido en las excavaciones, como en las ruinas de Pompeya, sin encontrar más que cascotes y una herradura”.