Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Comedor "Una ilusión": un espacio contenedor en medio del barrio Tierras Argentinas

Funciona en Ugarte 3.600 y el teléfono para contactarse es 291-642 9247.

Fotos: Comedor "Una ilusión"

   La abuela se acerca con la nieta de la mano. Traspasa el alambrado que separa las paredes rosas del merendero de la vereda, chumba al perro mestizo que la acompaña y sigue caminando hacia la puerta de entrada. Saca del bolsillo un billete de diez pesos enrollado y lo pone en la lata "plata para el gas". Y cuenta orgullosa que, al menos hoy, puede colaborar con algo. Recién entonces, entra a buscar el tapper con comida que, de cualquier manera, ya la estaba esperando.

   El comedor "Una Ilusión" comenzó a funcionar hace ocho años, en medio del barrio Tierras Argentinas, en la zona que abarca desde Don Bosco al 2.300 hacia Parque Sesquicentenario. Por aquel entonces, cientos de familias disputaban los terrenos afirmando no tener oportunidades para conseguir otro lugar donde vivir. Las necesidades quedaban a la vista de todos, pero pocos se ocupaban.

   Soledad Acosta, un ama de casa recién llegada al barrio, fue quien no pudo mirar hacia otro lado ante la necesidad que la rodeaba.

   "Cuando mamá decía que iba a hacer un comedor para los chicos del barrio pensábamos que estaba loca. ¡Si a nosotros no nos sobraba nada!", cuenta, a CNN Radio Bahía, Damián (19), uno de los hijos de Soledad, quien también se suma al trabajo solidario y reparte las menudencias que le dona el frigorífico en el que trabaja por varios comedores de la zona.

   "Veía a tantos chicos dando vueltas en la calle… Me daba cuenta de que necesitaban comer. Un día agarré una olla, un par de chapas y la leche que pude conseguir. Así empecé. Se acercaron muchos. Cada vez fueron más", contó Soledad.

   Hoy, superan los 200.

   Desde la cocina, las ollas rebalsan entre burbujas rojas de salsa, arroz, pollo y zapallo. Las cocineras cuidan que el tesoro no se queme y lo revuelven una y otra vez con la paleta de madera. El olorcito atraviesa la memoria emotiva. Y de repente, es imposible no pensar en mediodías de infancia en casa de las abuelas.

   Debido a la pandemia, los chicos no van a comer al lugar. Retiran los tappers con la comida caliente del día, en donde también se incluye una parte para sus familias, así que las colaboradoras preparan 350 porciones de guiso, puchero, fideos o arroz, según lo conseguido, tres veces por semana.

   "Son pocas las donaciones, pero no puedo bajar los brazos. Tenemos ayuda municipal pero no alcanza. Así y todo nos comprometimos a brindar un plato de comida tres veces por semana, porque las necesidades cada vez son más".

   Por eso, desde muy temprano, en el sector de los hornos, el pan leuda redondo y dorado como un gran corazón. Cuatro mujeres amasan más de 40 kilos harina, tres veces por semana.

   Cerca del mediodía está todo listo y ordenado. Es el momento de dar.

   Afuera dos o tres chicos esperan. Tienen sed. Entonces agarran la manguera que se desprende de un gran tanque negro y se sirven a gusto en sus bocas. Es mágico ese tanque en la entrada, sobre todo los días de calor. Es la reserva de agua solidaria. No sólo se utiliza para cocinar y limpiar en el merendero, sino que las familias recurren a él, sobre todos por las tardes-noches, cuando la presión de agua es mínima.

   El comedor está pintado de rosa. Es fácil reconocerlo entre las calles de tierra que lo rodean y las casas color ladrillo o gris chapa.

   Las manitos estampadas en su fachada son el reflejo de infancias vulneradas. Los globos pintados en un costado no vuelan. Y el muñeco azul que ofrece la bienvenida, esconde un dejo tristeza detrás de su gran sonrisa. Sin embargo siempre, pero siempre, sonríe.


Para ayudar

   Merendero Una Ilusión, Ugarte 3.600, teléfono 291-642 9247 (Soledad).

   Se necesitan alimentos, pañales, frazadas, colchones, medias, guantes, alcohol en gel. Además, telas, hilos y una máquina de coser, para poder llevar a cabo un mini emprendimientos de confección de barbijos.