Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

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De un poblado de apenas 50 familias a un polo de desarrollo de todo el país

El primer hallazgo de petróleo fue en 1907, en Comodoro Rivadavia. Un equipo de perforación buscaba agua y se encontró con un líquido aceitoso.

   Cada 13 de diciembre se celebra el Día del Petróleo en Argentina en conmemoración al descubrimiento del primer yacimiento petrolero en el país.

   El hallazgo fue en 1907 en Comodoro Rivadavia, Chubut, que en ese momento era una pequeño poblado de unas 50 familias pero tras el descubrimiento se convirtió en un polo del desarrollo. 

   El 13 de diciembre un equipo de perforación que trabajaba en la búsqueda de agua en la zona encontró a unos 540 metros de profundidad un líquido aceitoso, que luego se confirmaría eran hidrocarburos. 
Inmediatamente se comunicó la novedad a Buenos Aires, cambiando así la historia económica, política y social de la Nación.

   Ni bien conoció la noticia, el entonces presidente de la Nación José Figueroa Alcorta decretó "una reserva fiscal de 5 leguas a todo rumbo, tomando como centro el de la población de Comodoro Rivadavia". Así protegió los recursos de petróleo encontrados.

   Unos cinco años después, el 29 de octubre de 1918, el equipo Patria, dirigido por el ingeniero Enrique Cánepa, descubrió a unos 100 kilómetros de Neuquén y a 605 metros de profundidad una nueva reversa de hidrocarburos. El lugar había sido señalado por el geólogo alemán Juan Keidel y posteriormente se bautizó como Plaza Huincul.

   Luego de estos hallazgos, el general Enrique Mosconi impulsó en 1922 la creación de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), la primera empresa petrolera nacional dedicada a la explotación, el refino y la comercialización. 

   Tiempo después, el Poder Ejecutivo decidió por decreto, el 30 de diciembre de 1929, crear el Instituto del Petróleo, manifestando así la firme decisión de defender el petróleo nacional.

   El petróleo es un recurso fundamental de las sociedades y resulta imprescindible para la dinámica de nuestra civilización. Participa con el 35% en la matriz energética mundial, pero lo más significativo es que el 95% del transporte se mueve con derivados de este hidrocarburo.

   Aunque el petróleo suele asociarse a la gasolina y su uso para el transporte automotor, su presencia es insoslayable en distintos productos de suma importancia para la vida cotidiana, como detergentes, plásticos, cauchos y gomas, fibras sintéticas, medicinas, fertilizantes y pesticidas, pinturas, velas, maquillajes y aditivos alimenticios. 

   La Argentina cuenta con diecinueve cuencas sedimentarias, de las cuales cinco (Noroeste, Cuyana, Neuquina, Golfo San Jorge y Austral) producen actualmente hidrocarburos.

   En la totalidad de estas cuencas, hay aproximadamente 374 millones de metros cúbicos de petróleo y 315 mil millones de metros cúbicos de gas. Teniendo en cuenta la producción y las reservas, al margen de nuevos descubrimientos que puedan surgir de la exploración, se estima que el país contaría con petróleo para diez años y con gas, para ocho.

   En la actualidad, la Argentina tiene una nueva gran oportunidad para el desarrollo de los hidrocarburos: el no convencional. Según los estudios internacionales más prestigiosos, nuestro país se ubica en el segundo lugar a nivel mundial por sus recursos no convencionales de gas y cuarto en relación con el petróleo. 

   Ese gran potencial nos abre un nuevo escenario para lograr el autoabastecimiento y consolidar la soberanía energética que nos garantice un crecimiento sustentable. 

A puro crecimiento

   La industria petrolera logró un nuevo hito en septiembre, luego de que la producción alcanzara los 532.566 barriles por día. De esta manera, superó el récord anterior de 528.782, que había alcanzado en marzo 2020, previo al desplome por la pandemia. 

   El gran motor del sector sigue siendo Vaca Muerta, que ya representa un tercio de la producción total, con 174.416 barriles diarios, según el último informe de Regional Investment Consulting (Ricsa).

   Estos resultados, sin embargo, son producto de las inversiones realizadas hace más de un año y de que se conectaron los pozos petroleros que habían sido perforados antes de la pandemia, pero que tuvieron que cerrarse durante la cuarentena y ante la caída de la demanda de combustibles. Por lo tanto, el récord no es un reflejo de la situación actual.