Javier Bollo, el secreto de los libres, su actividad fuera del básquet y lo que resigna jugando en Villa Mitre

Redacción de La Nueva.

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Por Fernando Rodríguez

Twitter: @rodriguezefe

   “La verdad que terminamos detonados”, sintetizó Javier Bollo, después de tomarse un día de descanso y antes de volver a los entrenamientos con Villa Mitre.

   Atrás quedó la "burbuja" por la Liga Argentina que organizó el tricolor y que bien la aprovechó, ganando los cuatro partidos y, en gran parte, mostrando un alto nivel colectivo, lo mismo que algunos individuales, como el caso de Bollo.

   —¿Les gusta más jugar así, en días consecutivos?

   —Es más exigente, más allá que uno prefiere jugar antes que entrenar.

   —¿Se puede regular la intensidad cuando se está en cancha?

   —Al menos en mi caso, no puedo. Y cuando uno siente que está cansado tiene que pedir cambio.

   —Y encima vos jugás mucho con el físico.

   —Sí, ahí abajo se hace difícil regular, porque los equipos están bien armados.

   —De todos modos estás rindiendo mucho. ¿Qué cambiaste para poder ser una pieza muy importante?

   —Es importante la confianza que te da el entrenador, el tratar de cumplir el rol que necesita el equipo, tanto defensivo como ofensivo, y si tengo que estar en el banco aplaudiendo también lo hago con tal de sumar.

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   —¿El hecho de tener puntos en diferentes manos libera más a los internos?

   —Al ser un equipo que tiene la posibilidad de anotar desde todas las posiciones, se hace complicado defenderlo. Cuando se cierran sabemos que tenemos a los tiradores, y debemos aprovecharlos. Hay equipos con dos jugadores que anotan y el 80% de las jugadas pasan por ellos.

   —Levy día a día está sumando para el equipo, ¿te favorece mucho tenerlo cerca?

   —Jamaal es nuevo en el grupo y va entendiendo lo que es Villa Mitre. Es un fenómeno como persona, tiene mucha experiencia y se nota mucho, adentro y afuera de la cancha. Te ayuda a ubicar en la cancha, a corregir y demás. Nos está dando lo que buscamos.

   —¿Notan algún cambio en el juego con la salida de Cecchi y la entrada de él?

   —Es como todo, empezamos tarde la pretemporada, sabemos que nos vamos a ir encontrando a medida que pase el torneo. Todos vamos entendiendo nuestro rol, más allá que varía poco respecto de lo que hacíamos. Leo nos abría la cancha, Jamaal no tanto, pero tiene visión de juego y experiencia, es decir, pasa por ir adaptándose a los cambios.

  —La temporada pasada terminaste con el 61,5% en libres, la actual tenés 70,2 y en los últimos cuatro partidos convertiste 29 de 35, es decir, un 82,85%. ¿La mejoría es un tema mental, de mecánica de tiro, de repetición o todo un conjunto?

   —Es parte de lo que hablé antes del inicio con Lisandro (De Tomasi). En la anterior temporada ya me había pedido subir el porcentaje de libres, porque recibo muchas faltas. Es parte de entrenamiento y confianza. Por suerte en ese rubro me va mejor y estoy tratando de cumplir con ese 70% que me pidió el técnico. Voy a tratar de mantenerlo y, en lo posible, mejorarlo.

   —Con la suma de minutos de los más chicos, la rotación se va estirando de a poco. ¿Lo notan en el tiempo de descanso que tienen en el juego?

   —Sí, esa fue la idea al inicio de esta temporada. La anterior éramos un equipo muy corto. Ahora tratamos de darle confianza a los chicos, tanto el cuerpo técnico como nosotros, haciéndoles saber que son una parte muy importante del equipo. Jano (Martínez) está muy bien y los demás chicos vienen demostrando que pueden jugar.

   —¿Se rescatan muchos aspectos más positivos que negativos en esto de llevar tanto tiempo juntos?

   —Ya nos conocemos demasiado, sabemos el carácter de cada uno, que si alguno se enoja no pasa nada, cuándo hablarle o no a otro y demás, entonces, el éxito de Villa Mitre pasa por haber mantenido el equipo, cuerpo técnico y dirigencia durante tantos años. Eso te da tranquilidad.

   —¿Resignaste alguna mejor propuesta económica por seguir en Villa Mitre?

   —Si bien en otro lugar podía sumar más desde lo económico, uno en la balanza pone el club, la familia, los amigos, la ciudad y termina pesando más que la plata. Por eso, el club tiene la prioridad.

  —¿Estás trabajando?

  —Sí, con un dirigente, en una distribuidora y viajo a la zona. Eso suma también para compensar la parte económica que puedo resignar acá. Y, también, por ese lado está bueno, porque entrenamos en un turno a la noche.

   —¿Cómo tomás esto?

   —Es raro, pero está bueno liberarse un poco del básquet. Es una forma diferente de ver el torneo, aunque, si bien cada uno de nosotros tenemos alguna actividad paralela, lo tomamos hasta más profesional que otros equipos que se dedican exclusivamente al básquet. Es admirable cómo nos ordenamos y afrontamos el día a día. El profesionalismo va por cómo se lo toma cada uno. El cuerpo técnico es consciente de que tenemos otra actividad y, dentro de la seriedad, nos da un poco de libertades, poniendo buena onda para que el entrenamiento no signifique un desgaste más.

   Javier Bollo se siente cómodo dentro y fuera de la cancha. En realidad, no podía ser de otra forma, porque Villa Mitre es su casa.