Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Ricardo Rabbione: “De todos los vicios que tuve me quedé sólo con el más aburrido: trabajar”

Es uno de los hombres fuertes de la Unión Industrial de Bahía Blanca, donde se desempeña como director ejecutivo, con una amplia trayectoria empresarial y dirigencial.

  Por Walter Gullaci wgullaci@lanueva.com 

   Ricardo Rabbione es uno de los hombres fuertes de la Unión Industrial de Bahía Blanca, donde se desempeña como director ejecutivo, con una amplia trayectoria empresarial y dirigencial. Incluso, en el ámbito del deporte, ya que ejerció la presidencia del club Olimpo.
Cultor de un tránsito intenso en una etapa de su vida, reniega de muchas de las situaciones que emprendió. Pero admite, sin embargo, que aquello resultó ser una empalizada que sirvió para reinventarse. Y ser el líder y el hombre de este presente.

   1. “Lo de recrear la mística de una nueva provincia es algo que viene de lejos. Ya en 1880 se discutió la idea de crear una nueva provincia en Bahía Blanca o una ciudad a tal efecto. Y fíjate desde dónde impera el criterio unitario, cuando en 1882 Dardo Rocha fundó La Plata para hacer una capital a 50 kilómetros de Buenos Aires cuando Bahía ya tenía casi 60 años de historia”.

   2. “Desde que Enrique Julio, cuando en 1998 creó La Nueva Provincia, surgieron proyectos, incluso recientes, para recrear aquella gran idea. Sabemos que esto requiere una aprobación en las Cámaras que es prácticamente imposible, pero hay que reinstalar el tema. Tenemos un problema de lejanía del poder central, en la toma de decisiones, y esto se manifiesta en todos los órdenes. Y la pandemia lo desnudó aún más”.

   3. “Quienes fomentamos esta idea de una nueva provincia, que no somos pocos, tenemos que lograr una mayor masa crítica. Si logramos explicar por qué esto podría llegar a beneficiar al ciudadano común, en su nivel de prestación de servicios en cuanto a su contribución impositiva, por ejemplo, podremos lograr que mayor gente se instale detrás de esta idea”.

   4. “Mi personalidad es bastante volcánica, pero mi acción es de conciliación. Siempre estuve rodeado de gente con carácter muy fuerte. El mundo empresarial no es un mundo fácil, los empresarios son complicados, sino no serían empresarios. Los conflictos de intereses pueden aparecer en cualquier momento. Y en ese contexto se necesita mucho diálogo”.

   5. “Soy una persona muy respetuosa de la institucionalidad. Hace 16 años que estoy en la Unión Industrial, una entidad que ha crecido de una manera impresionante. Y bueno, gran parte de esto tiene que ver con la incorporación de gente importante, que toma decisiones pesadas. Cumplimos 29 años con un rol muy específico”.

   6. “Mi hijo Luca, de 28 años, es mi gran orgullo. Traté de dejarle la mejor educación posible, que es el capital más grande que uno puede dejarle a un hijo. Tenemos personalidades muy fuertes. Recuerdo que cuando yo me enojaba con él, luego pensaba: ´pero me estoy peleando con el espejo mío de cuando yo tenía su edad…’. Eligió el camino de la profesionalización y le ha ido muy bien”.

   7. “Todos quienes superamos los 50, 55 años, le hemos dejado a nuestros hijos, en cuanto a un proyecto colectivo, un país peor que el que nos dejaron nuestros mayores. Y en todos los ámbitos. Para completar una tormenta perfecta debemos sumar que la tecnología ha avanzado en los últimos 20 años lo que no avanzó en 200, con lo cual la inserción laboral tiene una gran complejidad. Y vemos que tenemos una degradación educativa importante, con índices de pobreza preocupantes”.

   8. “Argentina dejó hace décadas de ser un país rico. Un país que se quedó en la exportación de materia prima y que la industria que se desarrolló en gran parte quedó obsoleta, no puede ser un país rico. En este contexto mundial son ricos los países mejor preparados tecnológicamente, que tienen un conocimiento desarrollado y desarrollan mejor las industrias cuatro cero. Hoy vemos jóvenes que trabajan desde su casa para empresas de Portland, por ejemplo. Transitamos cambios impresionantes”.

   9. “Veo gente brillante, con buenas intenciones, pero cuando se trata de generar un proyecto colectivo surgen los egos. Hay mucha gente que no sabe que no sabe… Esto en la calle tiene otro nombre que termina en ´udo’”.

   10. “Mi amor por Olimpo viene de cuando era un chico de 5, 6 años, y mi abuelo me llevaba a la cancha a todo lados. Ir a Punta Alta a jugar contra Sporting y Rosario era toda una excursión. Podría decir que me crié en la platea de Olimpo. Y bueno, con los años, en la época de los primeros primeros años de la Liga Nacional de Básquetbol, empecé a tener activa participación como dirigente. Llegamos a ser subcampeones en el ´86”.

   11. “Quizás volviendo para atrás no haría absolutamente nada de lo que hice. Con el tema Olimpo, hubo una especie de mito con eso de que yo puse mucho dinero, que mi familia había vendido campos para que yo pusiera plata en Olimpo. Eso no existió”.

   12. “Una vez se me ocurrió traer a Olimpo a los uruguayos Fefo Ruiz y Tato López, y la verdad no salió bien. Fefo era más llevable, pero Tato era un tipo complicado. Un enorme jugador, un trotamundos, pero difícil. Un día estando yo en el vestuario, con sobretodo, en julio, estaba de espalda y por ahí se me vino encima y me tiró un golpe. Se armó un revuelo total. Roberto Migliorini, por entonces, presidente, quería que yo le haga la denuncia. Que no lo dejáramos ir. Le dije: ´ya está Pipa, déjalo ir’. Un vestuario fuerte aquel, en el que además estaba Hernán Montenegro con 20 años y un futuro de probarse en la NBA”.

   13. “A los 34 años, paralelamente a ser presidente de Olimpo también lo era del Centro Consignatarios del Sur, además de ser dirigente de otras entidades, de comprar John John, un boliche nocturno… La vida hay que tomarla de a sorbos, y yo en aquel momento tomaba del pico. Es algo que no se lo aconsejo a nadie. Era propio de mi inexperiencia. Estaba mucho en la noche de Buenos Aires, en la noche de Cóppola… Llegué a pensar que aquello se iba a terminar con una muerte temprana. Un descontrol, aunque yo nunca me drogué por ejemplo”.

   14. “Me imaginaba un final de mi vida a lo Ricardo Fort. Pero no. De arriba dispusieron que no. Tenía un apellido. Me había comportado honorablemente, pero sólo con el apellido no comía. Entonces empecé todo un proceso con mis amigos de verdad, quizás apenas dos, quienes me sostuvieron. Y ya a una edad en que muchos empiezan a pensar en la jubilación yo empecé a pensar en reinventarme. Y me reinventé. Se alinearon los planetas y surgieron algunos logros totalmente míos”.

   15. “Hace mucho tiempo que trabajo en la parte social. No me gusta eso de hacer turismo social sacándome fotos en los merenderos. Sí trabajar por los que menos tienen, pero desde las ideas. Para que haya presupuestos, traccionando entre gente que tiene recursos para brindar asistencia”.

   16. “De todos los vicios que tuve en mi vida me quede sólo con el más aburrido: trabajar. Pero la verdad es que me encanta”.

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