Molinuevo parte la plaza y crea una avenida

Redacción de La Nueva.

contenidos@lanueva.com

Mario Minervino / mminervino@lanueva.com

   Hace 77 años, en octubre de 1944, el comisionado municipal, teniente coronel Juan Molinuevo, anunció su proyecto de dividir la plaza Rivadavia mediante una avenida central que conectara la avenida Colón con la calle Buenos Aires (hoy Hipólito Yrigoyen).

   Dos meses hacía que Molinuevo había sido designado jefe comunal por decreto provincial cuando dio a conocer su idea de particionar la plaza, dando continuidad a la avenida Colón. La idea no era la primera vez que se planteaba, aunque nunca había pasado de anuncios e intenciones. Por entonces el paseo ya contaba con la fuente de los ingleses y el monumento israelita, pero estaba libre el centro, a la espera del monumento a Rivadavia contratado 15 años antes con el escultor Luis Rovatti.

   La idea de abrir la plaza no encontró demasiados cuestionamientos, pues se mencionaba que transformaría la fisonomía del centro, al tiempo de revalorizar una calle, Buenos Aires, que estaba poco menos que perdida.

   Pero si la apertura de la plaza era trascendente, no menos era la idea de Molinuevo de convertir a Buenos Aires en una gran avenida. Molinuevo confiaba en el bajo valor que tenían los terrenos en esa calle, entre la plaza y el arroyo Napostá, para ser expropiados por la comuna para concretar una avenida de 40 metros de ancho. Una primera etapa llegaría hasta la avenida Alem, una segunda hasta el arroyo Napostá, una tercera hasta la loma y una final, hasta la ruta 3.

   La idea de Molinuevo era que Buenos Aires fuese lo que en Santa Fe era la avenida Gálvez, una de las más atractivas arterias del país.

   La propuesta de Molinuevo no pasó de un anuncio. Era simple advertir que se trataba de una obra faraónica, con complejas cuestiones legales y una necesidad de dinero exorbitante. Tres meses después dejó su cargo de jefe comunal, destinado a otras dependencias del ejército.