Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Hugo Barzola, el hombre que vio nacer el rugby bahiense

En 1952 participó de la creación de Avestruces, primer equipo de rugby de la ciudad. Además de ser jugador fue dirigente, árbitro y entrenador. También tuvo rol protagónico en Palihue.

Avestruces 1953, con camiseta celeste (poco después cambió al definitivo con cuadrados grandes en rojo y blanco). Barzola aparece sentado a la izquierda de Jorge Pérez Osorio (al centro, con la pelota), quien encabezó la creación del equipo, además de haber sido medio scrum y capitán.

Por Ricardo Sbrana – rsbrana@lanueva.com

(Nota de la edición impresa)

   “Sí, fue acá”. Hugo Barzola no tiene dudas: está parado sobre los yuyos del terreno donde en 1952 empezaron los primeros movimientos del rugby bahiense. Una franja delimitada por una línea de eucaliptos de un lado y por la ruta que va hacia Galván del otro, metros después de bajar desde la ruta a Ingeniero White.

   “Fui uno de los tantos muchachos que había en aquel entonces, de 18 o 20 años, que estábamos dando vueltas por el centro, en el Llao Llao, el bar de moda en aquel entonces en lo que hoy es la peatonal Drago. Tengo un amigo, Hernán Morado Veres, integrante de nuestros equipos, con quien en ese entonces éramos estudiantes del Instituto Tecnológico. Nos reuníamos con otros muchachos de la misma edad en ese lugar. Un día surgió que podíamos jugar al rugby y después de algunas deliberaciones fundamos Avestruces, el 25 de mayo de 1952”, recordó Barzola, de 86 años.

    Así nació el segundo momento del rugby bahiense. El definitivo, tras la frustrada Unión Sureña de Rugby (1946), con el impulso de Alcides López Jové y Los Indios RC.

   “Lo que sabíamos de rugby era gracias a la revista `El Gráfico´. Cada uno tenía su noción de cómo se jugaba. Para mí el tackle era fundamental. Siempre fui muy buen tackleador y veloz como wing. En ese momento estaba en el atletismo”, agregó.

Escena de un encuentro entre Avestruces y Albatros en Alem y Florida, julio de 1960.

   “Nos entrenábamos en un campito que era el club de golf de los ingleses del ferrocarril, frente a lo que era Zuntini Hermanos, antiguamente llamada zona de Loma Paraguaya. Luego, cuando ya hubo otros equipos, los primeros partidos los jugamos en las instalaciones del club YPF, en avenida Arias y 18 de Junio”, agregó El Negro.

   Había equipo, pelota, algunas nociones básicas. ¿Y los maestros?

   “Nuestros primeros entrenadores fueron unos muchachos de la base Espora y Puerto Belgrano. Conscriptos que jugaban al rugby en sus ciudades de origen como Córdoba, Mendoza, Rosario... Fueron nuestros primeros instructores en serio. Y contra ellos, que armaron un combinado llamado Gaviotas, jugamos el primer partido. Usábamos unos pantalones que venían con un acolchado adicional en la zona de las caderas, para atenuar las caídas”, dijo.

   Del primer grupo de Avestruces -impulsado por el rosarino Jorge Pérez Osorio- hubo desprendimientos que dieron paso a Pingüinos (1952) y Albatros (1953). Salvo este último, que perduró 16 temporadas, los demás tuvieron una existencia breve.

Uno de los últimos equipos de Avestruces: temporada 1961 en la cancha de Alem y Florida, con Barzola sentado (tercero desde la izquierda).

   -¿Por qué desaparecieron esos equipos, al igual que otras propuestas de esos años como Indo 9 y Los Indios?

   -Éramos muy pobres. No teníamos idea de cómo formar un club como institución. Armábamos equipos. Por ejemplo Avestruces tenía la sede en Darregueira y Colón, en la casa de repuestos de Cerquetti. Y la sede de Albatros era la casa de uno de sus asociados, la casa de Adalberto Serodino (NdR: el reconocido traumatólogo). Y Pingüinos, muy piolas, se habían enseñoriado en el club Argentino porque muchos eran socios. Los equipos también se fueron desarmando porque muchos se iban a estudiar afuera. Tuvimos la oportunidad de fusionar con Sportiva en el ´56 o ´57. Nos propusieron pasarnos. Y tuvimos grandes asambleas en lo de Cerquetti, pero se impuso la teoría de que teníamos que seguir con la tradición y continuar como Avestruces hasta salir adelante. Estaba (Oscar) Marcolini, el ingeniero, que había conseguido una cancha posible. Pero no se aceptó. Y nos quedamos sin pan y sin la torta...

Hugo Barzola, cinco años atrás y en el sitio donde Avestruces hizo las primeras tocatas en 1952.

   "Ya cuando nuestro equipo se fundía y desaparecía, lo sostuve a fuerza de pulmón. Conseguí un terreno en Los Chañares y hasta las haches... E hicimos dos canchas y jugamos varios partidos, hasta que ahí desapareció el club. Se me hacía complicado manejarme con los muchachos. Como les decía, por poco hasta les tenía que poner los zapatos. Alquilar un ómnibus para llevarlos a Los Chañares... Llegaron a ser campeones de Cuarta de la URS. Pero tuve que dejarlos y no hubo quien siguiera", agregó.

   Avestruces ganó los torneos Oficiales de la Unión de Rugby del Sur de 1955 (compartido con Pingüinos, luego de una final que duró tres horas), 1957 y 1958.

Palihue Rugby, en una foto de las instalaciones de 1999.

“Había que hacer un poco de todo”

   Además de ser un veloz wing en Avestruces y en el seleccionado de la Unión de Rugby del Sur, el Negro Barzola también cumplió otros roles en el rugby bahiense. Por ejemplo fue uno de los primeros árbitros (dirigió el primer Universitario-Sportiva en 1958).

   Como dirigente, además de representar a Avestruces, integró comisiones directivas iniciales de la unión creada en 1953 y la subcomisión de Disciplina. Y tras la desaparición de Avestruces para el ´63, se convirtió en actor importante en diferentes etapas de Palihue Rugby, como entrenador y dirigente.

   “En esos años había que hacer un poco de todo. Ya era bastante más grande, treinta y pico, cuando empecé con Palihue, que es otra historia. Habían pasado tres años que había dejado de jugar. Y me vino a buscar el presidente del club, Pablo Bessone. Ellos estaban en división Intermedia. Fui y empecé a entrenarlos y a entrenarme yo también. El primer año logramos ser campeones y pasamos a Primera. Ahí viene el momento en el que saqué mi patente de dirigente y formador. Los formé como club porque ellos, como nos había pasado en Avestruces, se reunían en una casa y entrenaban en un terreno del barrio Palihue”, recordó.

Así luce hoy el ingreso del club de Fragata Sarmiento 415.

   El club que lleva la camiseta color verde y blanco, con sede y campo de deportes en Fragata Sarmiento 415, tuvo dos períodos institucionales y deportivos. El primero abarcó desde 1963 a 1969 y el segundo a partir de 1988.

   “Años más tarde me convocó Pedro Petersen para ser dirigente. El encabezó el grupo que se armó nuevamente en Palihue. Formamos otra vez el equipo y grupo dirigencial con varios de los que estaban de antes como (Horacio) Zardo, Petersen... Me eligieron presidente del club. Con Petersen, que también era un dirigente muy activo y capaz, hicimos todo lo posible para concretar la cancha de Fragata Sarmiento. También agregamos los servicios. Todo a pulmón”, concluyó.