Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Un museo que siempre vuelve a sorprender

El Museo del Puerto funciona en Guillermo Torres 4180 desde su creación en 1987. Su actual directora es Lucía Bianco. La sede fue construida por el Ferrocarril del Sud como Resguardo de Aduana en 1907. 

   El 26 de septiembre también es el aniversario del querido Museo del Puerto de Ingeniero White, una institución municipal nacida en épocas de recuperación democrática, que hoy cumple 33 años.

   Desde su inicio tuvo características particulares, como el hecho entonces no habitual de generar contenidos, archivos y actividades a partir de prácticas comunitarias.

   Desde entonces, la escucha atenta al territorio inmediato en el que está emplazado no es sólo retórica, sino que se da con la presencia concreta de cocineras, estibadores, bordadoras, pescadores, músicos, adolescentes de distintos barrios, docentes, chicas y chicos de escuelas.

   Por eso, la base de su trabajo cotidiano es un Archivo Oral que se cuenta entre los más importantes del país, con más de 1100 voces de distintos sectores sociales del puerto de Ingeniero White.

   A diferencia de cierta concepción tradicional de “museo”, la intención de este en particular tiene que ver con tener siempre presente la pregunta de “¿qué es un museo?”, en lugar de enunciarse a partir de la afirmación de cierta verdad o narrativa conclusiva de la historia.

   Por eso en sus salas, que albergan objetos que forman parte del pasado de la vida cotidiana de quienes viven en Ingeniero White, irrumpen también objetos del presente; incluyendo en el recorrido una sala llamada el “Paseo de los bidones”, nada más y nada menos que un patio con enanos de jardín y macetas construidas por vecinos en el que también es posible abordar la historia.

   Desde su inicio, sus proyectos han sido y siguen siendo múltiples, como el trabajo de “La Cocina”, donde todos los fines de semana se puede tomar un chocolate de la Asociación Amigas con tortas o masitas preparadas por cocineras barriales, organizaciones sociales o colectivos inmigrantes; el trabajo con las escuelas, con el objetivo no solo de proponer temas y problemas de la historia y el presente local sino, sobre todo, de hacer del museo un espacio de invención pedagógica; y el trabajo con los archivos, tanto de relatos orales, como de fotografías, documentos y objetos, que ha permitido que el Museo del Puerto sea una de las instituciones capaces de desplegar un conjunto variado, heterogéneo y ecléctico de materiales de la vida cotidiana, popular, festiva y laboral de una comunidad.

   Además, el museo organiza bailes, talleres de escritura, talleres de bordado, edita publicaciones, arma muestras diversas, acompaña el armado de eventos comunitarios como bingos, prepara un taller de barquitos de papel o de barriletes o invita a “delantalazos” de mujeres en relación a la expansión de los feminismos populares.

   La actualidad y potencia de las propuestas del Museo del Puerto, generan un reconocimiento a nivel nacional e internacional cada vez más vigente.

   Tal es así que a fines de 2019 recibió el subsidio “Ensayar museos”, otorgado por la Fundación Williams, por el cual se incorporará a su recorrido una nueva sala, el Baño, para indagar cuestiones de ese espacio de la vida cotidiana habitualmente eludidas en los museos que trabajan con la historia.

   Además, en estos últimos días, el programa Berliner Künstlerprogramm des DAAD (“Programa de Artistas en Berlín”) de Alemania, seleccionó al museo como uno de los 12 premiados entre instituciones de México, Costa Rica, Rusia, Colombia y Malasia para llevar adelante su proyecto “También se necesitan maderas, chapas y canaletas para contar la historia de la comunidad”, que permitirá financiar los trabajos de reparación y cuidado del edificio histórico del Museo del Puerto. 

   Se trata de la posibilidad de reconstruir el edificio patrimonial del museo, que lo necesita con urgencia, donde se aloja buena parte del patrimonio tangible e intangible de la comunidad de White.

   También es el espacio donde, tal como el propio equipo del museo lo enuncia: “se cuenta la historia y, a partir de ella, se interviene en el presente para proyectar una y otra vez imaginaciones colectivas del futuro”.