Bahía Blanca | Martes, 19 de marzo

Bahía Blanca | Martes, 19 de marzo

Bahía Blanca | Martes, 19 de marzo

Fuerte cuestionamiento de los Estados Unidos a la labor de empresas chinas

El Departamento de Estado sancionó al gigante CCCC y a cinco de sus subsidiarias por obras que afectan la soberanía de otros países y dañan el medio ambiente.

Estructuras del régimen chino en disputadas regiones del Mar del Sur de China.

   El Departamento de Comercio de los Estados Unidos decidió agregar a cinco empresas subsidiarias de Compañía de Construcción de Comunicaciones de China (CCCC) a su lista de firmas impedidas de comprar componentes fabricados en Estados Unidos sin permiso de la Casa Blanca.

   La medida anunciada incluye a CCCC y a otra veintena de firmas chinas y funcionarios de ese país por participar en la construcción de islas artificiales en aguas disputadas en el Mar de China Meridional.

   Una de las subsidiarias,  Shanghai Dredging tiene antecedentes en la Argentina con el dragado del canal Martín García y el dragado del canal Norte y Acceso a Puerto Buenos Aires , al tiempo que está interesada en la Hidrovía Paraná–Paraguay.

   Esta decisión de Washington fue el último paso en sus esfuerzos para presionar a Beijing por su acumulación militar en áreas del Mar de China Meridional donde la soberanía es disputada por varios países.

Las empresas estatales de China están construyendo puestos militares en el mar de la China Meridional en formaciones como el arrecife de Subi,  amenazando la soberanía de otras naciones y dañando el medioambiente.

   El Departamento de Comercio de Estados Unidos dijo que las empresas “permitieron a China construir y militarizar puestos de avanzada en disputa en el Mar de China Meridional”, al tiempo que señaló que impondría restricciones de visa a los individuos chinos “responsables o cómplices” de tales acciones en el Mar de China Meridional, y aquellos vinculados al “uso de la coerción por parte de China contra los reclamantes del sudeste asiático para inhibir su acceso a recursos costa afuera”.

   Según Estados Unidos, CCCC está impulsando la expansión militar de la República Popular China en el Mar de China Meridional mediante el dragado, la construcción y la militarización a gran escala de islas artificiales y puestos avanzados en disputa.

   Además, sostiene que CCCC impulsa la iniciativa “One Belt, One Road” de Beijing, la cual promete nueva infraestructura a las naciones en desarrollo, pero ofrece construcción de mala calidad, abusos laborales, deuda insostenible y daño ambiental.

   CCCC y sus subsidiarias se han involucrado en corrupción, financiamiento predatorio, destrucción ambiental y otros abusos en todo el mundo”, dijo el el secretario de Estado Michael R. Pompeo.

   "No se debe permitir que la República Popular China utilice CCCC y otras empresas estatales como armas para imponer una agenda expansionista".

   En entrevistas recientes, Pompeo ha dicho que los países se están dando cuenta de los riesgos de hacer negocios con el Partido Comunista Chino y sus empresas estatales.

   Pero esta no ha sido la única sanción que sufre CCCC, en 2009  el Banco Mundial la excluyó de sus proyectos de carreteras y puentes durante ocho años después de encontrar fraude en el proceso de licitación de un proyecto de rutas en Filipinas.

   En 2018, Bangladesh prohibió a China Harbour Engineering Company , una subsidiaria de CCCC, por intentar sobornar a un funcionario del gobierno para obtener condiciones favorables en un importante proyecto vial.

   El mismo año, según la agencia Bloomberg, el gobierno de Malasia detuvo un proyecto de ferrocarril CCCC en medio de investigaciones de corrupción y sobrefacturación .

   Además, lo representantes laborales en Kenia han acusado a otra subsidiaria de CCCC, China Road and Bridge Corporation, de pagar a los operadores de locomotoras de Kenia menos de un tercio de lo que ganan sus contrapartes chinas. La compañía opera un ferrocarril con un contrato de 10 años.

   En Ecuador se contrató a una filial de CCCC para construir un centro de educación tecnológica en 2014, pero los medios de comunicación locales informaron que después de años de construcción, más del 80% de las instalaciones están inutilizables debido a fallas estructurales.

   Las empresas estatales de la República Popular China también han invertido miles de millones en puertos de todo el mundo para obtener acceso a vías fluviales críticas, según el informe de 2017 de C4ADS, una organización sin fines de lucro con sede en Washington que se centra en cuestiones de seguridad.

   Una subsidiaria de CCCC construyó el puerto de Hambantota en Sri Lanka. Cuando el gobierno no pudo reembolsar los préstamos adeudados a Beijing, el gobierno transfirió el control del puerto a una empresa de la República Popular China con un contrato de arrendamiento de 99 años.