Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Cuidados, apoyo y contención para los pequeños y jóvenes

Frente a la pandemia, en el Hogar Convivencial Casa de Abrigo del Niño se dio respuesta a las nuevas necesidades.

Natalia Miguel
nmiguel@lanueva.com

   En el Hogar Convivencial Casa de Abrigo del Niño de Punta Alta residen hoy 17 chicos, de todas las edades, desde el nacimiento y hasta los 18 años.

   Todos tienen un motivo en común para estar allí: sus derechos, de alguna forma, fueron vulnerados y, por lo tanto, debieron ser institucionalizados.

   No obstante, y a pesar de cada una de las situaciones e historias particulares, que seguramente son variadas y de diversa gravedad, la pandemia encontró a los niños y jóvenes en un espacio amplio, cómodo, con acceso a la conectividad para cumplir con sus tareas escolares, y sobre todo en un clima de apoyo y contención constante.

   La directora del hogar, ubicado en Pasaje Gutiérrez sin número, Tatiana Gracia, se mostró muy conforme por los logros alcanzados a nivel educativo por parte de los chicos, en especial por los adolescentes.

   En este sentido, dijo que la Jefa Distrital del Inspectores, Karina Matteucci, les acercó unas computadoras para que los chicos realicen sus tareas y además se cuenta con la buena predisposición de las escuelas (las tareas por zoom se realizan preservando el rostro de los jóvenes institucionalizados).

   “La verdad es que tenemos muy en cuenta toda la trayectoria de los niños y jóvenes. Muchas veces son chicos que no están escolarizados en tiempo y forma. Entonces tratamos de que accedan a la continuidad pedagógica. Cuesta bastante porque en su gran mayoría no han tenido el hábito o no les han hablado sobre la importancia de la escuela, sobre todo entre los adolescentes. Por ahora vienen bárbaro, se pueden conectar y hacer las tareas”, destacó.

   Otro aspecto vinculado con la emergencia sanitaria, tiene que ver con el movimiento de la institución.

   “Los chicos están en cuarentena total. No salen para nada. Tenemos la suerte de contar con un patio grande y la casa es cómoda. Tiene un salón de juegos, un comedor. Además, estamos rearmando una biblioteca para adolescentes. Había muchos ejemplares para niños y hacía falta para los jóvenes”, comentó.

   Sostuvo que los más pequeños juegan mucho en el patio, mientras que los adolescentes arman la biblioteca. “También nos donaron un LCD y miran películas o series. Son distracciones que para la mayoría de las familias resultan cotidianas y ellos no las tenían”.

   “La verdad que tomaron mucha conciencia del virus. Llegan las empleadas del cambio de turno, y los chiquitos van rápido a buscar el alcohol, les dicen que se limpien los pies en el trapo con lavandina. Son tal vez más concientes que la gente grande. Saben como cuidarse y cuidar a los demás”, remarcó, tras lo cual sostuvo que la desinfección es diaria y cada 15 días la Agronomía realiza la fumigación y desinfección. “Le agradecemos mucho por esa labor”.

Variable
   Gracia, quien asumió la presidencia del Hogar hace un año, sostuvo que los ingresos surgen de acuerdo a las necesidades de la región.

   “Hay un servicio zonal que nos consulta sobre los lugares y envía niños de Médanos, Pigüé, Bahía Blanca, Patagones y también de nuestra ciudad”.

   “Hoy, tenemos dos bebés, de 2 y 6 meses. Hay chicos que están en situaciones de adoptabilidad y otros por los cuales se está tratando de restablecer el vínculo con sus familias. Cada 180 días se revén las estrategias de trabajo con cada menor”, comentó.

   La casa tiene capacidad para 20 residentes. Está casi al límite en este momento. Pero el número es muy fluctuante. “Hay quienes en poco tiempo abandonan el programa. Casa del Niño no es un lugar donde están encerrados. Si no que realizan una vida normal, como en una casa, con actividades escolares, y con el cumplimiento de ciertos horarios. Se trabaja también sobre las pautas y normas de convivencia”.

   “Sabemos que en otros hogares y centros de día, con los cuales estamos en red, tuvieron ingresos por la falta de trabajo de las familias, a partir de esta situación de pandemia. Pero en nuestro caso esta variable no se dio”, dijo.

Todo se utiliza
   En cuanto al personal, remarcó principalmente que se trata de “muy buena gente que le pone cariño, amor y respeto, que es lo que necesitan los chicos”.

   Expuso que se desempeñan 14 empleadas, cuyos sueldos están al día y dependen de la Provincia.

   En tanto indicó que el municipio rosaleño colabora en el mantenimiento de la casa. Desde Desarrollo Social, Mariano Ojeda “siempre está presente con la donación de mercaderías”. “Lo mismo ocurre con varios comerciantes de nuestra ciudad que todas las semanas nos donan alimentos”.

   Gracia mencionó que “para nosotros todo sirve, todo se usa y todo se recicla. Si tenemos algo demás, lo intercambiamos con Cáritas o algunos comedores. Es una especie de red que hicimos entre instituciones y nos vamos ayudando. Si en casa cambiamos los vasos, los cubiertos, vemos a quien le hace falta y nos organizamos. Hoy nosotros necesitamos frazadas y cubrecamas”, dijo.

   Por otra parte, sostuvo que recibieron reiteradas consultas por parte de la comunidad rosaleña y aclaró que la Casa no tiene a la venta ninguna rifa ni bono contribución . 

   Expresó, además, que en relación al cobro de cuota societaria, la institución no cuenta al presente con una comisión directiva puesta en funciones y/u operativa. Por lo tanto, dijo que no debe efectuarse ningún pago.

   En tal sentido, aclaró que el hogar no se responsabiliza de ninguna acción llevada a cabo por personas ajenas y ante cualquier colaboración se solicita a la población comunicarse directamente al teléfono 423040, de lunes a viernes, de 9 a 11.30.