Bahía Blanca | Martes, 16 de abril

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Todos quieren una parte de Norbert: una calle puntaltense podría llevar su nombre

Es un proyecto del bloque Bien Común que se tratará en el Concejo Deliberante rosaleño.

Por Gustavo Pereyra

 

   Puntaltenses, bahienses y marplatenses se disputan a este prócer mediático como si fuera suyo; y a la disputa podrían sumarse los miles de hispanos que lo idolatraban en Los Ángeles.

   Lo cierto es que Norberto Carrodegoas, alias Norbert Degoas, nació en San Antonio Oeste, provincia de Río Negro, el 12 de abril de 1936.

   Quizás por su carisma y su particular forma de hacer todo lo que hizo en cada lugar por el que pasó, sean muchos los que sienten que Norbet les pertenece.

   “¡A-del-ga-ma-te-eee!”, cantaba en la tele promocionando una yerba que supuestamente adelgaza; esa voz y ese fraseo son su sello indiscutible.

   Falleció el 9 de septiembre, a los 77 años, tras ser atropellado en la zona de Playa Grande, en Mar del Plata.

Norbert de Punta

   Para la ciudad, es un referente de éxito y popularidad. Es así que el bloque de concejales de Bien Común impulsa un proyecto de ordenanza para darle su nombre al pasaje que une Espora y Saavedra, entre Alem y Villanueva.

   “Su talento nos sigue sorprendiendo —explica el concejal Daniel Medina—. La creatividad y simpatía lo distinguieron y lo transformaron en una figura inolvidable. Es pertinente que su nombre quede plasmado allí, como justo homenaje a su persona.”

   Fue comerciante, locutor, conductor de radio y televisión, estrella publicitaria, humorista, cantante, bailarín, modelo gráfico e incluso llegó al cine y a los memes.

   “Soy vedette”, decía él. Porque hacía de todo. 

   Y las vedettes se codean con vedettes. Además de un sketch totalmente improvisado con Moria Casán en la tele, también es memorable un tramo del noticiero humorístico “Semanario insólito” en el que tiene un ida y vuelta con Carmen Barbieri.

   —Es un sueño de muchos años —le dice Norbert.
   —No entendí, ¿una comedia musical protagonizada por usted y yo? ¿Y usted quién es? — pregunta la diva.
   —Sí, sí. La tengo que estrenar en la ciudad de Punta Alta.
   —En Punta Alta no se puede hacer comedia musical. No se hace ni en Buenos Aires, porque es muy costoso. ¿Usted sabe con quién está hablando?
   —Carmen, quiero que imagines conmigo. Ya lo estoy soñando —le contesta Degoas y por la magia de la televisión pasan a protagonizar una escena de “Cantando bajo la lluvia”.

   Norberto estuvo radicado en Punta Alta algunos años. Acá, tenía una sucursal de su disquería “Discomanías Toty’s”, en pleno centro, que sobrevivió hasta los 90. A la sucursal de Bahía le inventó una ubicación: “En la esquina de San Martín y Galería Plaza”.

   En las décadas del 60 y 70, incursionó en la radio con un estilo totalmente innovador. Primero en LU7 y LU3 y después en LU2 Radio Bahía Blanca, donde condujo “Palacio de las Estrellas”. Metía efectos especiales para que la audiencia creyera que transmitía desde una sala colmada de gente y simulaba diálogos con figuras de la época.

   "En la calle me critican... con justa razón. Los entiendo y los aplaudo. Me dicen tantas cosas: que soy insoportable en radio, que soy un loco, que hago cosas extrañas. Tienen toda la razón del mundo. Lo hago por ustedes; necesito gente que no me quiera para defender al otro gran sector que sé que me quiere", decía Degoas en un audio que circula por Youtube.

   Además de radio y publicidad, trabajó en la televisión de acá y de afuera. Vivió 7 años en Estados Unidos, donde era el “hombre de clima” en un canal para latinos y tuvo un programa propio en el que regalaba autos y hablaba en castellano neutro. Sus 2 hijas nacieron allá. Cuando volvió, se radicó en “la feliz”. Degoas también es un ícono bizarro marplatense.

   “Mar del Plata, El Cóndor, Buenos Aires. Buenos Aires, El Cóndor, Mar del Plata…” es otro de sus éxitos publicitarios más viralizados en la actualidad. El tema ya está en Spotify.

    Hace unos días empezó a circular un video de esa publicidad con la cara de Guillermo Francella superpuesta. También hay un Degoas en versión 3D.

   Se puede decir que su incursión cinematográfica fue póstuma: en la premiada película “El ciudadano ilustre”, un viejo televisor reproduce uno de sus avisos.

   “¿Qué tal? ¿Qué tal? ¡Restorán el Imperial!” Ese era su estilo, su metodología pavloviana de hacer memorable su trabajo.