Alborada cumplió 50 años y planea el futuro a lo grande

Redacción de La Nueva.

contenidos@lanueva.com

Por Pablo Andrés Alvarez / palvarez@lanueva.com   

   El largo camino de la Asociación Alborada comenzó el 2 de agosto de 1970, con cuatro alumnos que iniciaron el ciclo lectivo en un domicilio particular en el segundo piso del edificio ubicado en Luis María Drago 79.

   De ese hecho hoy se cumplen 50 años, durante los cuales la entidad se esforzó para brindar una adecuada contención a las personas con discapacidad, fomentando su autonomía, valoración e independencia.

   “Alborada contiene en lo importante”, sostiene su lema, considerando como lo importante a aquellos aspectos que son facilitadores de procesos, estrategias y herramientas para que niños y jóvenes logren una inclusión plena en la sociedad.

   Y vaya si logró su objetivo.

   De esos 4 alumnos que arrancaron esta historia con la docente Raquel Yulita de Gianetti, dos de ellos, María Mercedes Jorge y Alejandro Raúl Alcalá, aún permanecen en la institución, conformando el plantel de 26 operarios que trabajan en el Taller Protegido, junto a supervisores y un terapista ocupacional.

   Y actualmente esa Escuela que dio sus primeros pasos en 1970 suma una matrícula de casi 50 alumnos, a cargo de 20 docentes.

  “Atravesamos un muy buen momento, fruto del trabajo que se viene realizando desde hace muchos años. Una administración muy prolija y ordenada nos permite pensar en nuevas inversiones para seguir creciendo”, señaló Julio Hipperdinger, coordinador del Taller Protegido de Producción, que tiene previsto para fin de año inaugurar flamantes instalaciones en Biggio 1250.

   El proyecto es más que ambicioso, porque apunta a constituir una fábrica integral de bolsas de polietileno que será orgullo de la ciudad, por ser la única en Sudamérica manejada por personas con discapacidad.

   “El lugar está siendo adecuado con todas las medidas de seguridad requeridas en el país y contendrá una superficie de 510 metros cuadrados, que albergará maquinarias de moderna tecnología para el procesado del polietileno y la confección de bolsas de ese material”, amplió Hipperdinger.

   Además de un gran respaldo de la empresa Dow, que desde 2005 apadrina a la institución, y de la Cooperativa Obrera, que comercializa en todas sus sucursales las bolsas marca “Cooperativa” y “Alborada” fabricadas en el Taller Protegido, la entidad recibió un subsidio de dos millones de pesos de la Agencia Nacional de Discapacidad para llevar adelante el proyecto.

   También en ese lugar, Alborada dispone de otros 800 metros cuadrados en los que planea construir un salón de usos múltiples, un comedor y un centro de día y residencia, mientras que en 9 de Julio al 800 se proyecta instaurar un servicio de estimulación temprana.

  “Pusimos toda la energía en mantener el proceso productivo del taller, que en tiempos de pandemia se vio afectado. Tuvimos un compromiso muy fuerte de todo el personal, de la comisión directiva y de quienes gerenciamos, para continuar produciendo pese a las dificultades. El lugar donde estamos actualmente ya nos queda chico y por eso encaramos este nuevo edificio”.

   El futuro obliga a planificar una fábrica más segura y con mayor potencial de producción.

   “Para ello, hace algunos años, se adquirieron lotes que nos permitieron avanzar en una construcción ambiciosa, que incluirá un centro de día y una residencia”, informó Hipperdinger, quien se unió en 2011 a la institución.

   El Centro de Residencia está pensado para aquellas personas que llevan muchos años en Alborada y ya están en edad de jubilarse.

   “No queremos dejarlos desamparados, sino que la idea es mantener el trabajo de contención que brindamos. Por ejemplo, hay dos operarios que están desde 1970 en la institución. Separarlos de su ámbito de toda la vida sería propinarles un golpe emocional muy duro. Entonces queremos que, de alguna manera, sigan ligados a la entidad”.

   Y amplió: “El Centro de Día estará destinado para aquellos alumnos de la Escuela que no puedan insertarse en el mundo laboral externo o del propio taller. La intención es brindarles un espacio donde puedan realizar otras actividades de menor intensidad”.

   Actualmente, el Taller está preparado para producir entre 15 y 16 mil kilos mensuales.

   “La expectativa, en la nueva sede, es producir alrededor de 22 mil kilos. Pero hoy, por la crisis de la pandemia, estamos en la mitad de esos números. Hay muchos chicos que no están yendo al taller por ser grupo de riesgo, así que se bajó la intensidad de la producción”.

Un poco de historia

** La primera comisión directiva de la institución estuvo integrada por: Américo Lucchi(presidente); Ronald Jorge (vicepresidente); Raúl Alcalá (secretario); Nelly Del Giovannino de Lucchi (prosecretaria); Matilde Mucci de Alcalá (secretaria de actas); Mercedes Santamaría de Jorge (tesorera); Severino De Marchi (protesorero); Ema Reder de Thomes, Olga Susana Rossi de Cenoz, Celestina Pennachiotti de Castillo y Zunilda Herzog de De Marchi (vocales titulares); Aníbal Castillo y Santos Cenoz (vocales suplentes) y Anuar Rayes y Jorge Thomes (revisores de cuentas).

** El 23 de abril de 1974 se firmó el boleto de compra-venta para la adquisición de la sede propia, ubicada en 9 de Julio 924. El antiguo edificio destinado a la Escuela de Enseñanza Especial luce en la actualidad totalmente remodelado y ajustado a la reciente resolución del Ministerio de Educación de la Provincia, que autorizó a la entidad a brindar prácticas profesionalizantes, para que los alumnos que egresan se capaciten en oficios con miras a su reinserción laboral.

** En 1984 la entidad adquirió la vivienda situada en 9 de Julio 866, destinada para la instrumentación del Taller Protegido, a la que se anexó en 1991 el inmueble lindero ubicado en 9 de Julio 858, que sirvió para ampliar las instalaciones.