Santiago Turr, el periodista y enfermero que trabaja en terapia intensiva del Penna

Redacción de La Nueva.

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Por Mauro Giovannini / mgiovannini@lanueva.com

   Cada 7 de junio se celebra el Día del Periodista en Argentina.

   Y en tiempos donde la información corre tanto o más rápido que el coronavirus, tener el corazón y la mente en los dos mundos lleva a una misma persona a enfrentar la realidad de una forma muy particular.

   Santiago Turr es licenciado en Enfermería (trabaja en terapia intensiva del Hospital Penna), oficial del Servicio Penitenciario, coordinador del Hospital de Campaña de la unidad Penal, docente e instructor de Kapap (defensa personal). También es padre... y periodista.

   "A principios de los ’90 empecé junto a mi padre. Lo acompañaba, siendo muy joven, a hacer notas y entrevistas al autódromo y a los circuitos de midget. Me fui acostumbrando al manejo de los tiempos para cada espacio y mi padre me fue inculcando a darle importancia a la lectura", le contó a La Nueva.

   Su padre, Mario, falleció el último 25 de mayo, a los 76 años. Había nacido en Bahía Blanca pero estaba radicado en Río Cuarto por su labor junto al automovilismo.

   "El periodismo —continuó— fue una herramienta que me dio mi padre. En mi adolescencia, hacía radio junto a él. Lo mío no fue a nivel profesional, pero tuve varios programas en diferentes FM".

   Turr aprovechó un inusual domingo en familia para relatar, detalladamente, el camino recorrido junto a los medios.

   "Recuerdo que tuve una oferta en FM Amanecer, un medio que empezaba, en una época que existía el casete, el CD y los operadores tenían que esperar el tiempo de cada uno. Un acompañante de mi padre tenía un programa familiar, me invitó a participar y a leer las publicidades y, a raíz de eso, hice una relación con la gente de esa radio y me preguntaron si quería hacer un programa de entretenimientos en horario nocturno. Yo estaba terminando la secundaria y me tiré a hacerlo. Ese programa, de música romántica y con oyentes al aire, tuvo mucho éxito; me habían dado libertades para manejarme. Fui llevándolo", narró.

   Su trayectoria se vio interrumpida al tomar la decisión de ir a estudiar Medicina a La Plata. No obstante, de regreso a la ciudad, volvió a ejercer.

   "Cuando retorné, por conocimientos de coctelería, engancho en otra radio. Y también tuve un pequeño espacio en uno de los cables locales, en donde hablaba de coctelería. Y, otro, que se llamaba ‘Citas’, que tuvo mucha repercusión porque hacíamos entrevistas y enlaces de la gente: tenía un grupo de personas trabajando que recolectaba entrevistas de lo que la gente buscaría, con quién saldrían y con quién no, y lo compartíamos", sostuvo.

   "Incluso, en un momento llegué a hacer unos sketchs, con cámara oculta, que me llevaron a tener que explicar la situación a la policía por hacer una suerte de levante en una esquina, con un micrófono incorporado. Más tarde con Tinelli tuvo mucha repercusión, pero nosotros lo hacíamos de forma casera en Bahía Blanca", añadió, con dejos de nostalgia.

   Sus andanzas junto al periodismo terminaron "hace unos cinco años, con ‘De vuelta al rock’, en radio. Ahí entrevistaba a las bandas de la zona".

   Santiago heredó el cariño y la dedicación hacia el periodismo. Su costado sanitario, por su parte, fue provocada. 

   "En su momento me había ido a estudiar Medicina, que es un clásico. En mis épocas jóvenes, o eras abogado o eras médico. Estuve un año en La Plata, me puse a trabajar porque mi padre no tenía el poder adquisitivo para mantenerme y ahí conocí lo que es la coctelería en bares y confiterías para poder tener una salida. La cuestión económica se hizo difícil, así que tuve que volver a Bahía y la idea era agarrar una carrera paralela a Medicina como para acercarme", dijo.

   "Después, Enfermería me encantó porque fui trabajando a la vez que iba estudiando y, si bien es una carrera que me encontré, hoy en día me manejo en un estándar que lo que estoy haciendo realmente me gusta. Fue el nexo de trabajo que necesitaba para encontrarme con la gente", mencionó.

   El vínculo entre el periodismo y la enfermería lo experimenta día a día, ya que tiene a su cargo la materia Comunicación en Ciencias de la Salud, en el Instituto de la Asociación Empleados de Comercio.

   "Estoy en la escuela de Enfermería dictando clases. Para mí, la comunicación es muy importante por el nexo que tenés que tener con la gente, saber expresarte, saber manejarte, saber interpretar lo que le pasa al otro. Eso que lo aprendí desde chico, gracias a mi padre y a mi madre docente", aseguró.

   "El periodista —siguió—, primero tiene que entender a quién tiene adelante y saber que detrás de él hay un montón de gente que tiene que entender a los dos. Para eso, tenés que tener un nivel de atención, de conocimiento y un carisma que te lo va dando la experiencia, el trabajo y las ideas que vos tengas. Y dentro de un área como Salud, vos tenés que llegar a entender lo que la persona pueda necesitar".

   "Entonces, ¿cómo no va a existir un nexo si en Enfermería, cuando vos abordás a una persona tenés que, primero, caerle bien, porque tenés que generar una empatía para poder tener un diálogo?. Y después llegar más allá de la persona. Lo mismo hace el periodista. Para que una nota sea buena, vos tenés que llegar a la persona. Ahí es cuando vos tenés éxito", garantizó.

   La pandemia, sus novedades y las formas que tuvieron y tienen los medios para trasladar a la gente el alcance, elevaron la responsabilidad del periodismo.

   "Hoy en día tenemos medios de comunicación muy abarcativos. Con las redes sociales hay una dispersión, desde lo real hasta los que se enganchan con las falsas noticias. El manejo de las redes en gran parte está mal administrado. Uno, en su momento, trataba de buscar lo verdadero cuando hacía periodismo, no lo conveniente. Hoy en día es lo conveniente, para que mueva más, para tener más seguidores… El COVID es una enfermedad novedosa que está tocando al mundo, pero con historia dentro de los coronavirus. Hoy la información es muy dispersa, muy variada y gran parte no es real", manifestó.

   —¿Lo saludan más por el día del periodista o por la enfermería?

   — El periodismo me lo recuerda más mi familia, que es la que vivió esas etapas. O alguna que otra persona a la que he entrevistado. Es más, por saludos me enteré que hoy (por ayer) era el día del periodista.

   —¿Sus días tienen 24 horas, no?

   — Ja, ja, ja, no me alcanza el día porque aparte soy padre. Mis hijos me ven cuando me despido y cuando llego a la noche, si alguno está levantado. Mis días son agotadores. Estoy colmado de trabajo.

   — ¿Va a volver a ejercer el periodismo?

   — No lo tenía como un objetivo, pero siempre estuvo latente en mí. Ahora, con la pérdida de mi padre, creo que sería un orgullo poder realizarlo o colaborar en algún programa. Si los tiempos me liberaran un poco, ni hablar que estaría haciendo algo, un periodismo pensado en la gente que está del otro lado, en su casa, con los miedos que hoy en día se ven en la calle. Antes, más joven, pensaba en algo más divertido, como el rock o las citas. Hoy buscaría ese público.