Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Cinco historias, algunas inéditas, a cinco años de Liniers-River por Copa Argentina

El 3 de junio de 2015, el "Chivo" se enfrentó al equipo de Marcelo Gallardo, que meses después fue campeón de América.

El plantel que dejó su huella en Formosa. Fotos: Archivo La Nueva., River Plate, La Página Millonario y Luis Mansur.

 

Por Mikel Iñurrategui / minurrategui@lanueva.com

 

   El tiempo vuela y aunque parece que fue ayer, ya pasaron cinco años desde que Liniers tuvo frente a frente a River, uno de los clubes más importantes del mundo, jugando por los puntos.

    Todos los que formaron parte de ese encuentro recuerdan aquella noche en Formosa como algo único, que disfrutaron y que los marcó y -también- coinciden en algo más: "estuvimos a la altura", reconocen.

   El resultado fue el más lógico y también merecido, el equipo de Marcelo Gallardo ganó por 2 a 0 y avanzó a los 16avos de final de la Copa Argentina, apenas unos meses antes de consagrarse campeón de América.

   Pero más allá de lo estrictamente deportivo, numérico y estadístico, detrás de ese partido quedaron algunas historias escondidas y que merecen ser contadas.

1) El país se emocionó con Podlesch

   Mientras el ambiente futbolístico se veía manchado por un nuevo caso de corrupción mundial conocido como el "FIFA Gate", los fanáticos encontraron en las lágrimas y emoción del jugador de Liniers, Andrés Podlesch, una especie de reivindicación al deporte de la pelota en su estado más puro e inocente.

   "Lo primero que se me viene a la mente es la cantidad de gente que había. Ni bien llegamos a la cancha fue una locura que no había vivido nunca; la gente nos chiflaba, como si fuéramos... bueno, está bien íbamos a jugar contra River", reconoce Andrés desde su General Roca natal.

   "La entrada en calor fue totalmente atípica -agregó-, corríamos todos para todos lados, saltábamos, agarrábamos la pelota. No sabíamos cómo descargar la tensión, la ansiedad, todo junto", admitió el defensor quien regresó a su ciudad en 2018, tras un exitoso y extenso paso por el albinegro.

   Ni el marco ni su fanatismo por River, tampoco la responsabilidad que conllevaba un partido de esa magnitud, le prohibieron a Podlesch disfrutar de la maravillosa oportunidad que la vida le había dado.

¡Al piso! Andrés marcando a uno de sus ídolos, Pablo Aimar.

 

    "Yo desde que entré y vi todo eso, me dije a mí mismo: 'tratá de hacer lo mejor posible y disfrutá en todo momento'. Yo les hablaba a los jugadores de River, les decía cualquier cosa, ja, ja. A Pisculichi lo volví loco, le preguntaba '¿Cuánto calzás?', me miró con una cara de desconcertado. No me dio bola", admitió.

   Pero insistió y tuvo recompensa, al menos para completar la anécdota.

   "Los tipos están tan concentrados, que vos le tirás algo así y no entienden nada. Ellos están continuamente viendo qué va a pasar, es increíble, eso me llamó la atención. Él (Pisculichi) iba de espaldas y yo lo tenía de frente, porque estaba por sacar Lucas (Partal). En todo ese momento, yo no lo dejé de mirar; si Lucas me la pasaba rápido o me pegaba un pelotazo en la espalda a mí, yo ni me enteraba", continuó Andrés.

   "¿Cuantos calzás?, seguí insistiendo. Hasta que me miró con cara rara y me dijo '¡38!' Y no me habló más, siguió metido en el partido, ja, ja. ¡Con razón le pega tan bien a la pelota!", redondeó.

Cortita y al pie, la lleva Pisculichi. Lo sigue Yago Castro.

 

   Esa concentración del volante riverplatense, Podlesch la notó en todos los rivales, como consecuencia -en gran parte- de lo que pedía su DT.

   "Justo agarramos la época de Gallardo, no paran nunca. Un nivel de concentración y de respeto increíble: nos ayudaban a levantarnos, jamás un insulto, nada... Al Pity Martínez, con Lucas (Partal) y el Turu (Martínez) le dijimos de todo y el tipo nunca nos contestó. Ni nos habló directamente. Ellos están continuamente metidos, laburando y el Muñeco dándoles indicaciones en todo momento. Nada de un toquecito intrascendente ni parecido. Eso fue una forma de respetarnos a nosotros. Porque si ellos van a boludearte (sic), puede pasar cualquier cosa. Pero tampoco era la idea, nosotros sabíamos que estábamos representando al club y, encima, nos encontramos con un respeto absoluto por parte de ellos", enfatizó el roquense.

La emoción a flor de piel

   Andrés Podlesch dejó su sello para siempre en el post partido, cuando con su emoción contagió a los millones que lo veían del otro lado de la TV. 

   "Venía mirando la gente y empezamos los dos a llorar con el Tuti (Adrián Monzón), porque era un momento de relajarnos, de decir: listo, lo hicimos. Tenemos la camiseta de River de recuerdo... sueño cumplido", agregó Andrés.

   Y en ese momento de disfrute pleno, la cámara de la TV Pública que transmitió el partido fue el nexo de Podlesch con sus allegados y -sin quererlo- con miles de argentinos.

   "Me dicen: ¿podemos hacer una nota?, pero date vuelta la camiseta. 'Uh... lpm', pensé. Y como yo sabía que mis viejos y mis amigos me iban a estar viendo desde Roca, me pareció que era una buena manera de saludarlos y agradecerles", admitió Andrés.

   "Dije lo que me salió... me importaba marcar el respeto de los jugadores de River, que en ningún momento nos boludearon y, sobre todo, agradecerle a la gente de Liniers que había ido hasta Formosa", reconoció.

   Repasando el video en Youtube (tiene más de 140 mil reproducciones), se nota que Podlesch se quiebra en 2 momentos puntuales, sobre todo cuando agradece a Liniers.

   "Es que quería agradecer el apoyo, el haberme hecho parte de la familia de Liniers, de la gente que siempre me mostró un cariño y un respeto gigante, como yo hacia ellos y hacia al club. Me parecía que era el momento justo para de decírselo, ya que siempre me dieron una mano con lo que pudieron. Desde el primer momento me adoptaron como uno más. Vos pensá que la mayoría de los chicos juegan juntos de toda la vida, desde inferiores. Y que me hayan hecho sentir como uno más, estando lejos de mi familia, para mi fue algo maravilloso", reconoció.

   Otro punto clave en la charla con la TV fue cuando reconoció que se esforzó al extremo para terminar el partido.

   "Yo colapsé. Físicamente no daba más. A los 10, 15 minutos del segundo tiempo no daba más, empecé a acalambrarme y terminé todo duro. Eso es todo psicológico más allá del ritmo o la velocidad con la que jugaban ellos. Yo la noche anterior me dormí tarde, no podía parar de pensar y la siesta fue imposible pegar un ojo", confesó.

   "Me acosté a dormir y empecé a pensar a los jugadores que tenía que marcar, cómo iba a estar la cancha... Y, también, no te voy a mentir, pensaba que podía pasar un papelón. Nosotros fuimos a tratar de hacer lo mejor posible, tampoco queríamos que nos pasen por arriba", aclaró.

   "En todo eso, tenés que estar pendiente de muchas cosas y en un momento el cerebro no te da más. A eso, le tenés que sumar la gente, el partido, el contexto, ¡los carteles! Yo nunca había jugado con carteles luminosos; en el medio del partido ves luces, movimientos, cosas que no estábamos acostumbrados y te desconcentran en todo momento. ¡La gente! Un foul nuestro y estallaba la cancha, parecía que habías matado a alguien ¡Pará! Era imposible hablarnos entre nosotros", señaló.

"Andrés, sos Trending Topic"

   Podlesch frente a las cámaras fue el Podlesch auténtico y en ese sentimiento representó a miles que lo veían del otro lado.

   Por eso, en un par de minutos su imagen se viralizó a lo largo y a lo ancho del país.

   Tan fuerte fue todo eso que se habló igual (o más) de él que del partido en sí, tanto que unos días después terminó tomando mates en la utilería del Monumental, con los jugadores de River, a horas de un Superclásico. Un verdadero sueño cumplido...

   "Yo no tuve ninguna otra intención que saludar a la gente que me había ayudado y a los que estaban pendientes del partido. Yo ni me acordaba todo el tema del FIFA Gate y eso, pero cuando entré al vestuario, Agustín Franco me dijo 'sos Trending Topic'".

   ¿Qué cosa?

   Trending Topic (o simplemente TT) es cuando una palabra es usada muchas veces en poco tiempo dentro de una red social (puede ser en un mismo área de referencia o a nivel mundial). Tanto que ese tema se convierte en "tendencia" dentro de ese submundo digital.

   Y ese día, por esas horas, Andrés y sus sentimientos eran tendencia.

   "Imaginate, yo no sabía ni lo que significaba eso. Encima, en esa época tenía un celular Black Berry todo roto, que ni había pagado el plan, así que no tenía datos para entrar a Internet. No tenía ni tengo Twitter. Bueno, pasó... 'está bien, buenísimo' le dije, pero no sabía ni que significaba".

   "Cuando llegué al hotel y puse el Wi Fi, me explotaba el celular -admitió-. Y ahí Agustín me mostró que Varsky (Juan Pablo, el periodista) publicó algo en su cuenta y ahí reventó todo mal. Cuando lo ví pensé mirá que groso, quedó todo ahí. Pero después estuve una semana entera hablando por teléfono, me llamaban de todos lados, fue increíble", admitió.

   Tan increíble que no sólo terminó mateando en las entrañas del estadio riverplatense, sino que para sus amigos ya es "el que jugó contra River". Y está bien.

   "Es algo que te queda, yo que vivo en Roca, ponele.... estuve ahí. Mis amigos todavía me cargan... 'Ah, claro, él porque jugó contra River', me dicen en joda. Es loco, porque te lo dicen y vos te cagás de risa, no le das bola, pero es verdad... yo estuve ahí, ¡Jugué contra River!".

   "Yo no lo vi nunca más el partido, no quiero, no sé por qué. Capaz prefiero quedarme con lo que viví y listo. La nota sí, porque me gastaron tanto que la tuve que ver, hasta tengo un sticker en el grupo WhatsApp con mi cara llorando. A veces estamos comiendo un asado con mis amigos y ponen la nota para gastarme ja, ja", cerró Andrés, quien como cosa del destino, hace apenas unos días se dio el lujo de jugar con el Burrito Ortega y enfrentar a Cascini, Battaglia y el Chelo Delgado. Pero esa historia quedará para otro día...


2) Franzino se fue con la más linda

Inolvidable será ese abrazo para Franzino.

 

   Mirando el plantel que llevó River a Formosa, hay un nombre que sobresale rápidamente: Pablo César Aimar.

   Pese a que el regreso del "Payasito" al club de sus amores no fue el mejor, su carrera llena de fútbol, gambetas y goles merecía y merece una profunda admiración y mucho respeto.

   Por eso, en el ritual de intercambio de camisetas, la de Aimar fue la más codiciada y el dueño de aquel souvenir lo sabe.

   "Pude llevarme la camiseta más lindas de todas, la que todos querían creo yo. Cuando salimos en el segundo tiempo, Aimar justo salió a calentar con todos los del banco de suplentes y fui corriendo a pedírsela. Cuando terminó el partido ataqué rápido para que nadie me gane de mano ja, ja", contó Franco Franzino desde Italia.

   "Faltando dos o tres minutos me fui acomodando cerca de él, medio disimuladamente -admitió-. Por suerte, en ese rato se tiró a jugar por mi lado así que la zafé bastante. Después se ve la imagen por la tele que ni bien termina el partido lo ataqué enseguida, porque sino sabía que la iba a perder (la camiseta), más allá de que se la había pedido en el entretiempo. Calculo que si llegaba otro antes que yo, se la daba. Por suerte estuve rápido y pude quedarme con la camiseta que quería la mayoría", señaló el volante surgido en La Armonía.

Franzino la aguanta contra Pisculichi.

 

   Además de ser multicampeón en River, Aimar disputó 2 mundiales con la Selección y brilló en Europa, sobre todo en Valencia. Y atesora algo que no está en ningún palmarés pero que es maravilloso: es el ídolo de la infancia de Lionel Messi.

    Pero no es sólo eso lo que hace tan especial a la camiseta que se llevó Franzino, sino que encima aquella casaca tiene la particularidad de que fue la última que usó Aimar en River ya que pocos días después anunció su retiro del fútbol profesional y sólo jugó un partido más en su Estudiantes de Río Cuarto.

Aimar remata ante la marca de Lagrimal.

 

   "Me felicitó por el partido que habíamos hecho, me dio la camiseta y no mucho más", recordó Fran.

    "La camiseta la tengo intacta en el garage de mi casa. Es un recuerdo inolvidable, que cada año se valora más", cerró Franzino, el que se fue con la más linda.


3) Permiso, ¿puedo pasar a saludar?

El "Muñeco" entre los "Chivos".

 

   Si bien todavía sus vitrinas como DT no estaban tan llenas de la gloria como ahora, hace 5 años Marcelo Gallardo ya era Marcelo Gallardo.

   Por eso, el entrenador fue otro centro de atención para el plantel de Liniers, antes, durante y después del partido.

   "Nosotros estábamos afuera esperándolo con camisetas, los teléfonos, todas la pavadas y él vino y saludó. Justo en ese momento estaban algunos de los chicos sentados en el vestuario, aflojando las piernas. Y dijo: 'Permiso, ¿puedo pasar a saludar?' Así que saludó a todos los que estaban adentro, habló un rato y nos sacamos una foto", recordó Podlesch.

 

   "Ahí demostró su calidad de persona. Fue algo muy lindo", reconoció Tuya, quien también lo disfrutó como colega.

   "Lo saludé en el entretiempo y él me felicito por como estábamos en el desarrollo del juego. Y después del partido crucé algunas palabras, que también hizo hincapié en el orden y la seriedad que tuvimos en todo momento", resaltó Fabián.


4) Julio se lo merecía, Chiarini

 

   Si bien Liniers fue un dignísimo rival, también es cierto que le costó muchísimo crearle situaciones de riesgo a River. La más clara del equipo bahiense la tuvo Julio Acosta (¿quién si no?) pero una gran atajada del arquero Julio Chiarini privó a Julito de un gol inolvidable.

   "Ufff... si entraba esa hubiera sido tremendo. Cuando terminó el partido le dije a Chiarini 'la hubieras dejado entrar, no pasaba nada'. Se cagaba de risa", contó Acosta.

   A los 37 minutos del segundo tiempo y ya con River 2-0 arriba, Julito ganó en el área tras un córner desde la derecha y su cabezazo parecía tener destino de gol pero Chiarini, en una de sus mejores intervenciones en el "Millonario", le ahogó el festejo.

   "La cancha estaba mojada, ideal... Cuando cabeceé y vi que la pelota picó, dije 'es gol'. Porque la pelota iba pegada al palo, era gol, o palo y gol, y justo vi que salió la mano de Chiarini. Tengo la foto guardada en mi retina. ¿Viste que te quedan momentos grabados para siempre? Bueno, ese es uno", se sinceró el histórico goleador del "Chivo".

   "No habíamos llegado nunca al arco, la única fue esa y fue clara, clara -agregó-. Hubiera sido hermoso. Encima era el 2 a 1 y quedaban unos minutos y antes de que pateen el corner yo escuché que un jugador de River, no me acuerdo quién, los puteaba a los compañeros porque medio que se habían quedado. Igualmente sabían que no iban a perder, eh... ¿Pero te imaginás si era el 2 a 1? Después podía pasar cualquier cosa, un zapatazo, un penal... De todos modos,  futbolísticamente estábamos lejos, hubiera sido el partido del millón", entendió.

Julio protege la posición ante la marca del bahiense Pezzella.

 

   Pese a que no se pudo dar el gusto del gol, Julito reconoce que ese partido fue único.

   "Yo lo tomé como la frutilla del postre para mi carrera, sabía que no se me iba a dar algo igual nunca más. Por eso lo recontra disfruté, desde que nos enteramos que nos tocaba River, que fue una tarde que estábamos por hacer fútbol en la avenida Alem, nos lo dijeron y no lo podíamos creer. Nos mirábamos entre todos y nos reíamos. Porque creo que es lo que sueña todo futbolista amateur. Fue como un viaje de egresados, pero con el respeto y la responsabilidad que merece un partido así", cerró Acosta.

   "¿Te imaginás su Julio hacía ese gol? Le tenían que hacer una estatua en la tribuna de la cancha", dijo Podlesch.

   Por culpa de Chiarini, Julio no hizo el gol, aunque la estatua la merezca igual.   


5) Tuya, en el momento justo

Tuya y Gallardo, de colega a colega.

 

   "Al pasar los años es como que te vas dando cuenta lo inmenso que fue ese partido, por todo lo que logró River después y por todo lo que se potenciaron un montón de jugadores y por lo que se transformó Gallardo. Es como que todavía no me doy cuenta que enfrentamos a River... a Gallardo... Me parece que cuanto más pase el tiempo, se le va a ir dando más importancia y valor a ese momento histórico", entendió Fabián Tuya, por entonces entrenador albinegro.

   A pocos meses de asumir en el club, a Fabián le tocó ser parte de uno de los momentos más resonantes en los 111 años de la institución.

   "Como yo dije desde el primer momento, fue un partido que jugó la historia de Liniers. No es que llegó ahí gratis, sino por mucha gente que trabajó a lo largo de la historia del club y ese día fue un regalo a todos esos años. Yo sólo tuve la suerte de estar ahí", se sinceró el DT, quien ese año fue campeón del Apertura de la Liga del Sur.

Nievas, Donati, Iubatti, Tuya, Franco y Alcaraz y una postal para la historia.

 

   Pese a todo lo movilizante que le tocó vivir a Tuya en los días previos y esa noche en Formosa, lo más sorprendente lo sacudió a un mes del partido.

   "Después del partido me escribió muchísima gente que hacía muchos años no veía. Pero te hablo de gente de la que no sabía nada hacía más de 20 años, amigos de la escuela o que habían jugado conmigo al fútbol de chico, la mayoría de Buenos Aires. O muchos amigos de mi papá, que me conocieron de chiquito por el fútbol y se dieron cuenta ahí que yo estaba dirigiendo", contó.

   "Pero hubo algo mucho más loco: un amigo de mi mamá y mi papá, de 85 años, me mandó una carta de puño y letra al mes, al club Liniers. Llegué a entrenar y me dijeron: 'tomá está esto'. ¡Vos fijate lo que hizo el tipo! La carta hablaba un poco de la alegría que le dio verme después de tanto tiempo y de poder volver a contactarse con mi familia. Gracias a eso, se puso en contacto nuevamente con mis papás después de muchísimos años y volvieron a recuperar ese vínculo", resaltó Fabián.


Bonus track

El Gula Aguirre también se retiró contra Liniers. Acá lo marca "Panchito" Bárez.

 

   En la vereda de enfrente, River tuvo entre sus filas a 2 bahienses esa noche: Germán Pezzella (titular) y Gastón Aguirre (ingresó en el segundo tiempo).

   Para el "Gula", igual que para Aimar, ese fue el último partido como jugador profesional. Luego de una extensa y muy exitosa carrera.

La síntesis

El plantel que quedó en la historia

   -Arqueros: Lucas Partal y Mauro Alcaráz.
   -Defensores: Facundo Lagrimal, Andrés Podlesch, Mauro Martínez, Nicolás Iubatti, Julián Sale, Alexis Pacho y Agustín Franco.
   -Volantes: Federico Nievas, Maximiliano Peña, Gonzalo Barez, Adrián Monzón, Ezequiel Dindart y Franco Franzino.
   -Delanteros: Julio Acosta, Yago Castro, Franco Pulgar e Iván López.

   -DT: Fabián Tuya.
   -Ayudante: Rodolfo Cuello.
   -PF: Pablo Díaz.
   -Masajistas: Fabio Calzada y Sebastián Whalde.
   -Utilero: Andrés Peña.

   -Dirigentes: Mariano Petrelli (presidente), Miguel Latini, Juan Pablo Ornella, Sebastián Urtizberea y Hernán Rosell.