Una sociedad anestesiada
"A la angustia de los momentos que transitamos por la pandemia, se suman otros que son utilizados para fines espurios." Escribe Ernesto Tolcachier.
Preocupado porque el virus del fanatismo asoma en medio de la incertidumbre, no podemos aceptar la pretensión del pensamiento hegemónico y la intolerancia. Sin oposición a la vista, esa nueva estructura de poder avanza sin prisa y sin pausa hacia una nueva conformación de autoritarismo con un relato, favorecida por la incertidumbre sobre el presente y el futuro.
Así, a la angustia de los momentos que transitamos por la pandemia por el Covid-19, se suman otros que son utilizados para fines espurios con expresiones partidarias que lucran con la esperanza de soluciones salvadoras de la situación con propuestas de diferente índole.
El celebre filosofo Tzvetan Todorov, nos previene sobre “Los Riesgos de una Memoria Incompleta” , cuando expresa “la memoria colectiva es subjetiva, refleja las vivencias de uno de los grupos constitutivos de la sociedad, por eso puede ser utilizada” por ese grupo como medio para adquirir o reforzar una posición política. También para acomodar la historia para que su peso no sea una carga.
Recuerdo con gran preocupación lo que ocurrió con el aumento a los jubilados. El cristinismo y la izquierda destrozaron la Plaza del Congreso cuando el gobierno de Macri mandó un proyecto de ley sobre una rebaja en la forma de aumentarles los salarios a los jubilados.
Ahora, Alberto Fernandez dispone por decreto aumentos mucho menores de los que contemplaba aquella ley de Macri y nadie dice nada. Parece que el kirchnerismo está revestido de un blindaje total cuando toma las medidas mas impopulares. La coalición gobernante puede hacer cualquier cosa con solo no llamar a las cosas por su nombre. O bien, llamándolas de otra forma. En nombre del progresismo, por ejemplo, se pueden sitiar asentamientos pobres de la provincia o bajarles los aumentos salariales a los jubilados. Con este ajuste, los jubilados cobrarán bastante menos que si hubiera movilidad. Por ejemplo, un jubilado que en diciembre de 2019 tenia un haber de $25.000 cobrará mensualmente en junio, julio y agosto un ingreso de $ 28.732 tras aplicarse las dos subas, una en marzo y otra en el mes próximo, decididas de forma discrecional por el gobierno de Alberto Fernández, Si no estuviera suspendida la fórmula de movilidad, aprobada por ley a fines de 2017, desde junio esa persona percibiría un ingreso de $39.930, es decir, $ 2.398 más por mes y $ 6.594 más por todo el trimestre.
Es que, con la decisión de subir los haberes un 6,12% el mes próximo, según el cálculo dispuesto en la ley suspendida, debería otorgarse un 10,9%, en todos los haberes, incluido el mínimo, quedan por debajo de los que habrían resultado con la movilidad.
Concretamente, el ingreso mínimo será de $ 16,864, con una mejora en el semestre de 19,9%, en tanto que llegaría a 17,490 (una cifra un poco mas alta que la Diciembre) si no se hubiera suspendido la ley. Se trata de $ 540,8 menos por mes y de $ 1.622,4, menos en todo el trimestre.
Recuerdo un hecho histórico: La aprobación de la ley que establecía el pago de 82% móvil para los jubilados sancionada el 13 de octubre de 2010.
Fue vetada por la presidencia al día siguiente. Increíble pero real. ¡Cuánta insensibilidad!
Ernesto Tolcachier es abogado.