Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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“Quería volver a Liniers, y ahora que se dio, no descarto la posibilidad de retirarme ahí”

Cuando se le venció el contrato en Sansinena, su deseo máximo y prioritario fue regresar al “Chivo”, donde, según él, vivió una etapa muy importante de su carrera futbolística entre 2011 y 2014. No le importó bajar una categoría y el mismo contó por qué...


 

Fotos: Archivo-La Nueva.

Por Sergio Daniel Peyssé / speysse@laueva.com

(Nota ampliada de la edición impresa)

   Se fue de Sansinena sin hacer ruido ni exigiendo nada. Ni siquiera nadie preguntó: “¿no le van a renovar el contrato en caso de que se reactive el torneo Federal A?”

   El conjunto cerrense, con el mismo cuerpo técnico y una base minúscula de futbolistas del plantel anterior, se rearmó para el certamen que arrancará dentro de poco, el 4 de diciembre, sin Mariano Mc Coubrey, quien mental y sentimentalmente depositó toda su energía en un único objetivo: regresar a Liniers, que jugará, vaya a saber cuando (¿enero de 2021?), el popular y “manoseado” Regional Amateur.

   “El pasado 30 de junio se me venció el contrato con Sansinena, y cuando tuvieron que llamar a los jugadores que supuestamente iban a continuar con el proyecto, a mi no me sonó el teléfono”, aclaró “Mac-Mac” de entrada.

   “No sé, porque no me puse a averiguar, si no seguí por decisión dirigencial o porque el cuerpo técnico no me iba a tener en cuenta. La verdad, no lo sé”, acotó, sabiendo que el “tripero” estuvo hasta días antes de retornar a los entrenamientos buscando un 9 por toda la Argentina.

   “Igual, al quedar libre en medio de la cuarentena y con la incertidumbre de no saber que iba a pasar con el Federal A, empecé a charlar con los directivos de Liniers, quienes tuvieron la mejor predisposición para darme el gusto de regresar al club donde pude crecer, disfrutar y vincularme con gente maravillosa durante casi 4 años exitosos de mi carrera”, comentó el goleador de Ascasubi.

   “Cuando estaba todo encaminado con Liniers, si aparecía otra propuesta (tuvo algunos sondeos de elencos que participarán en el Regional Amateur) o me llamaban de Sansinena, les iba a decir que no porque había llegado al destino que tanto estuve deseando”, explicó.

   —Veo que bajar de categoría no te afectó en lo más mínimo: ¿cuál es la ambición personal al arribar a un club que goza de un alentador presente social, económico y deportivo?

   —Hoy tengo la chance de formar parte de un plantel que podría ser la envidia de cualquier institución del Federal A. En Liniers hay buen nivel, excelentes individualidades y jóvenes promesas que tranquilamente podrían estar actuando en divisionales superiores.

   “Me dieron la oportunidad de sumarme y no me queda otra que trabajar para estar a la par del resto. Para estar tranquilo necesito estar siempre a disposición del técnico, saber que por mis condiciones me puedo ganar un lugar, aunque voy a ayudar en lo que sea desde el lugar que me toque ocupar.

   —En tu puesto hay superpoblación: Julio Acosta, Diego Martínez y también Lautaro Cerato (se fracturó la mano derecha y estará 6 semanas con yeso), a quien el DT Walter Carrio le venía sacando provecho en otra posición.

   —No existen grandes diferencias entre los centrodelanteros del equipo y te puedo asegurar, pese a que falta mucho para un posible arranque de la competencia, que cualquiera puede jugar.

   “Liniers cuenta con dos jugadores por puesto, aunque en algunos hay más variantes, algo muy difícil de conseguir en un club que se maneja de manera profesional en la alta competencia. ¿Qué otro plantel tiene cuatro 9? Si lo buscás, no creo que lo encuentres”.

   —Fuiste el último que se incorporó, ¿sentís que corrés desde muy atrás?

   —Si estoy metido, entreno al cien por ciento y rindo futbolísticamente, el técnico no va a dudar en darme un lugar. La estoy remando, soy consciente de eso, porque Walter (Carrio, el entrenador) ya venía trabajando con una base de jugadores identificados con Liniers que se conoce de memoria.

   “En ningún club llegás y jugás, hoy en día es así, más allá de que tengas un nombre ganado o mil partidos de experiencia. Y en Liniers, por la forma que se maneja el cuerpo técnico, eso es imposible.

   —¿Cómo es Walter Carrio como DT?

   —No regala nada, para él juega el que está mejor y es oído sordo para los dirigentes y los representantes. Se maneja de una sola forma, confía en el trabajo que hace y nadie le pone a un jugador por motivos políticos o extra futbolísticos. Así debe ser siempre y en todos lados, pero los jugadores se mal acostumbran a realidades o mitos muy arraigados al folklore de nuestro fútbol.

   “Por ejemplo, llega un refuerzo y si o si tiene que jugar. ¿Por qué tiene que ser así si en el club hay un pibe que rinde de la misma manera o mejor? En ese caso, Walter pone en cancha al que mejor ve en la semana. Se fomenta una competencia sana cuando todos los integrantes de un plantel saben que juega el que está bien, el que cumple con las normas y el que piensa que día a día puede dar más para superarse futbolísticamente. La ley es pareja para todos y eso genera mucha tranquilidad”.

   —Vuelvo a una pregunta anterior, quiero saber si entendí bien: a propuestas iguales entre Sansinena y Liniers, ¿elegías al “Chivo”?

   —Sí, porque con Liniers había quedado una relación excelente y varios de los chicos que hoy siguen en el equipo me venían insistiendo para que vuelva. Sentía que esta era la chance, que no iba a existir otra, que podía ser la última. A mis casi 37 años (los cumple el 29 de diciembre) creo mucho en las señales que te da la vida, y estaba todo dado para el retorno.

   “A Liniers llegué como jugador y al poco tiempo me hice hincha. Por eso regresar era una cuenta pendiente”.

   —¿Te vas a retirar en el club de la avenida?

   —Puede ser, no lo descarto, pero no quiero volver a mi club de origen (Social y Deportivo Hilario Ascasubi) a los 50 años. Ya prometí que en mi pueblo voy a jugar el último partido; en la cancha del “Depo” colgaré los botines para siempre.

“Igualmente trato de no pensar en el final, me da escalofríos Pero sé que lo debo ir pensado...”

   —¿Te fuiste mal de Sansinena?

   —No, para nada. La pasé bien y tengo buena onda con todos. Incluso sigo en contacto con los auxiliares del club y con algunos compañeros.

   —¿Cuál fue la clave de la muy buena campaña que hizo el equipo en las 23 fechas que se desarrollaron antes de que aparezca la pandemia?

   —El grupo fue fundamental. Llegaron refuerzos con mucho recorrido en el ascenso argentino y, sin embargo, mantuvieron la humildad y se sacrificaron al igual que el resto. En lo futbolístico se armó un equipo duro, firme y que nunca se sintió menos que nadie. Hubo partidos que nos costó más que otros, tardes donde no nos salió nada, pero haber terminado séptimos en esa primera parte fue muy valedero.

   —¿Cómo quedó tu relación con el cuerpo técnico que comandaba Marco González?

   —Bien. No soy amigo de Marco y ambos entendíamos que yo era jugador y él técnico. Siempre entrené sin licencias, me rompía el lomo como si enfrente estuviera un DT que no conocía.

   “En cada equipo que estuve siempre actúe de la misma manera: dar lo mejor dentro y fuera de la cancha. En cuanto a la relación con Marco fue siempre la de jugador-DT, no más que eso”.

 

Le falta uno: ¿irá por el récord?

   Mariano defendió los colores de 7 equipos distintos en la Liga del Sur, quedando a uno del récord que todavía mantiene Luis Alberto Fernández, ex arquero con 19 temporadas ininterrumpidas en el fútbol local y que se retiró hace ya 21 años.

   “Mac-Mac” pasó por Tiro Federal, Villa Mitre, Pacífico, Rosario, Sporting, Liniers, y Sansinena, y no sabía que estaba a solo una camiseta de igualar al gran “Beto”, quien también vivió dos procesos distintos como golero del “Chivo”.

   “No estaba al tanto de ese dato, sería bueno conseguir semejante marca. Por el momento trataré de estar en Liniers lo que más pueda y después veré”, sentenció “Marian”.

   “Por ahí algún técnico me llama para ir a un equipo donde no jugué y rompo todos los pronósticos”, agregó entre risas.

   “En mi carrera siempre fui corajudo y nunca me negué a nuevos desafíos. No descarto nada, y me parece muy loable que en la Liga haya jugadores más grandes que yo que sigan insistiendo porque se sienten bien. Me encuentro bien físicamente y con ganas, así que, mientras el cuerpo no me pase factura, estaré firme al pie del cañón durante algunos años más”.

   "Estar bien y saludable se lo debo a mi señora (Yanela Bonjour), quien me ayuda a llevar una dieta equilibrada y a no hacer desarreglos. Aprendí a comer de otra forma, y estoy feliz, pleno y agradecido”.

   —Desde afuera muchos dicen percibir que en Linires están empecinados con subir al Federal A. ¿Es así?

   —El objetivo es llegar física y futbolísticamente de la mejor manera al arranque del torneo. Después ir partido a partido y ver para que estamos. No se puede hablar de ascender desconociendo el poderío de los rivales que tendremos que enfrentar.

   “En teoría nos tocaría una zona con Ciudad de Bolívar, el gran candidato a llegar al Federal A; Bella Vista, siempre durísimo, y Racing de Olavarría, una plaza históricamente complicada, porque los equipos de ahí siempre son exigentes y competitivos”.

   “Lo que si veo es que no vamos a tener verano, que tendremos que seguir entrenando hasta enero, cuando está previsto el arranque de la competencia. Es una lástima, porque el torneo podría haber arrancado este año, al igual que la Primera Nacional y el Federal A. Entiendo que hay ciudades complicadas y con sus fronteras cerradas a causa de la pandemia, pero es raro que algunos puedan iniciar y otros no. Por lo general los equipos del interior son siempre perjudicados”.

 

Le hizo un "caño" al Covid

   “¿Fuera del fútbol? Hago un poco de todo. Junto a un amigo (Juan Vega), que no es del palo del fútbol, estamos trabajando en distintas obras como plomeros y gasistas. El que sabe, el dueño del oficio, es él, yo soy el perfecto ayudante...(risas)”, contó Mariano, muy activo en las mañanas bahienses hasta que llega la hora de ir a entrenar.

   “Cuando apareció la pandemia y me quedé sin contrato en Sansinena, él me propuso que arranque dándole una mano y que vaya aprendiendo. Le estoy metiendo como loco”, sostuvo el 9.

   —¿Tenías idea del oficio?

   —Algo, un poquito, porque había trabajado algunos meses con mi cuñado (Andrés) cuando él se empezó a dedicar al rubro. Estando con Juan presto más atención, me interesa, no te puedo mentir; y él me tiene mucha paciencia...(risas). Es un oficio con mucha salida laboral, eso es lo importante.

   —¿Cuál fue la obra, de agua o gas, más importante que llevaste a cabo?

   —Cambiar el repuesto de la lluvia en una ducha...(risas). No puedo ir solo a ningún lado, no quiero arriesgar y Juan me dice que todavía es prematuro. Es un trabajo donde convivís con el error, porque es común que rompás algo (por lo general un caño enterrado) que no fuiste arreglar y tengas que hacer doble laburo. Pero bueno, algún día me tendré que animar; ya lo tengo asumido.

   —¿Qué es más fácil: cambiar o tirar un caño?

   —Tirarlo. No tengo muchos en mi carrera, pero varias veces arriesgué en la mitad de la cancha, en el único lugar donde no ligás puteadas si no te sale.

   —En algún momento te crucé por la calle con una bolsa de zapallos o de cebollas al hombro: ¿repartís verduras?

   —Repartía. Las traía de Ascasubi, pero los precios se fueron por las nubes y no valía la pena aumentarle a los clientes. Había que remarcar mucho, el margen de ganancia era muy corto y ya no era tan sencillo vender, así que desistí.

   —Y optaste por otro rubro, ¿o me equivoco?

   —Ja,ja. Con Yanela tenemos un full track, una combi que vende jugos exprimidos y batidos. Lo atiende ella y yo hago la logística. Soy el burrito de carga, el que va para un lado, para el otro, el que hace fuerza... El che pibe...(risas)”.

   “Pero es Yanela quien maneja el arte perfecto de preparar un jugo, que parece sencillo pero puedo dar fe que nada que ver”.

   —¿Cuál es tu preferido?

   —Después del exprimido de naranja, el batido de frutilla y durazno es especial para el verano. Ese sale mucho, pero la limonada made in Yanela es riquísima, muy solicitada.

   —A la edad que tenés y con tanta actividad extra futbolística, ¿volverías a emigrar en caso de que te llame un club de otra ciudad?

   —Habrá que poner un montón de cuestiones en la balanza, consideraciones que tal vez antes no evaluaba. Acá en Bahía tengo compromisos laborales asumidos que ya no podría dejar, y eso, además de la opinión de mi familia, son vitales para analizar una supuesta oferta a futuro y lejos de acá.

   “Si económicamente me conviene, lo pensaría, pero hoy tengo una vida social más amplia, otras responsabilidades y, además de futbolista, me siento un empresario…(risas). Tengo un círculo armado con compromisos asumidos a los que no podría renunciar de un día para otro”.

   —Andás mucho en la calle, ¿percibís que la gente está haciendo vida normal y que el Covid interesa cada vez menos?

   —Creo que el temor sigue, lo percibo cuando vamos a trabajar a alguna casa o negocio. La gente desconfía, por eso antes de entrar tenemos todo preparado para cumplir con el protocolo y las medidas necesarias de sanidad. Además que lo hacemos por nuestro cuidado, la gente te exige el uso de barbijo y el distanciamiento social, y eso demuestra que todavía el coronavirus sigue preocupando bastante a la población.

   —¿Tuviste Covid o me equivoco?

   —Fui positivo, antes de arrancar la pretemporada con Liniers. Tuve fiebre, cansancio corporal, perdí el olfato y la pasé mal. Empecé a entrenar siete días después que el resto de mis compañeros, pero cuando me dijeron que era positivo, esa primera semana, estuve “tirado” y con dolores de todo tipo. El aislamiento me liquidó, a tal punto que, cuando empecé a mover con ejercicios individuales, sentía como que nunca había hecho nada en mi vida. Me costó entrar en ritmo otra vez.

   “Por suerte el Covid no me dejó secuelas graves, y mi señora, que también lo tuvo, sufrió menos que yo”.

   —¿Tenés idea donde te lo pudiste contagiar?

   —Tal vez en el hospital donde estaba internada mi mamá (Carmen), quien fue intervenida por un problema en la vesícula. Ella entró sin Covid, pero cuando salió y llegó al pueblo (Ascasubi), empezó con los síntomas. Al mismo tiempo arranqué yo con recaídas y malestar, y era lógico porque había estado en contacto con ella transladándola de un lado para el otro para los diferentes estudios y controles.

   “En Ascasubi creemos que también contagió a mi papá (Fernando), quien peor la está pasando. Porque a causa del coronavirus terminó con neumonía y ahora la está peleando en el hospital. Lleva como 15 días internado, pero su recuperación va muy lenta. Hasta ahora no nos han dicho nada raro, por eso no te puedo asegurar si está o no fuera de peligro”.

   —Cuando brindes a fin de año, ¿qué vas a pedir?

   —Salud para todos. Que desaparezca este maldito bicho, porque a causa de la pandemia la gente está eloqueciendo. Las consecuencias, más allá de lo social y de lo económico, son graves a nivel mental, en lo psicológico, y muchos no están pudiendo manejar semejantes secuelas. Eso es lo que me preocupa, aunque muchos no quieran ver o percibir la realidad.

 

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Presencias. Registra "Marian" en 7 equipos distintos de la Liga del Sur: Liniers (185 cotejos y 71 goles), Sansinena (131 y 63), Tiro (61 y 23), Villa Mitre (56 y 18), Pacífico (19 y 8), Rosario (13 y 4) y Sporting (9 y 1). Lo expulsaron en 7 oportunidades y convirtió 40 de los 49 penales que ejecutó. También jugó en Platense, Huracán TA, Santamarina de Tandil, Desamparados, Deportivo Madryn, Alvarado y Aucas de Ecuador.