"Obreras para armar", la propuesta en Ferrowhite

Redacción de La Nueva.

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   En el marco del programa denominado “Andá a Trabajar al Puerto”, el proyecto “Obreras para armar” vivirá mañana sábado otro episodio.

   Organizado por Ferrowhite, el encuentro comenzará a las 10:30 en el SUM del Museo ubicado en el puerto de Ingeniero White.

   “La intención es dibujar a la obrera de la actualidad, ya sea microemprendedora, empleada doméstica o lo que fuera, para diseñar su ropa de trabajo, zapatos, herramientas y todo lo que se nos ocurra”, explicó Gilda Distéfano, una de las impulsoras de la iniciativa.

   Además, alumnas y docentes de la Escuela de Danzas realizarán la obra “Fábrica tomada”, basada en la historia de las bolseras de Ingeniero White.

   “Y al mediodía está previsto un almuerzo a la canasta en el Prende del Castillo”, agregó Distéfano.

   Durante 2016 y 2017, Ferrowhite trabajó en la construcción de tres obreros para armar.

   “Los hicimos con la intención de indagar, junto a los grupos educativos que visitan el museo, en las transformaciones en el trabajo asalariado, acá, en Ingeniero White. Cada uno de estos obreros representa un modelo económico y de acumulación de las riquezas: el agroexportador, bajo la tutela del capital inglés; el de gestión estatal, y el neoliberal, con su puerto transnacional. Durante el diseño y construcción de estas siluetas surgieron varias preguntas vinculadas con lo que entendemos por trabajo: ¿hay trabajo sin salario?, ¿qué implica trabajar en el capitalismo?, ¿cómo imaginamos a la clase trabajadora del futuro? Pero en esos intercambios surgió también una pregunta que en el museo parecía soslayada: ¿Y el trabajo de las mujeres? ¿El puerto es sólo un lugar para hombres? Fue así que nos propusimos armar otras tres siluetas, dedicadas a la cuestión del trabajo femenino. Y en eso estamos”, explicó Julieta Ortiz de Rosas, integrante del área educativa, junto a Analia Bernardi, de Ferrowhite Museo Taller.

   Y agregó: “El proyecto es mucho más que un simple añadido a las tres figuras que ya existen. En cierta forma, transforma por completo nuestra perspectiva del mundo laboral. Por un lado, sentimos que nos falta mucho por aprender de las historias concretas de las trabajadoras de la ciudad. Por el otro, tenemos claro que no es posible atender a esas historias prescindiendo de un abordaje de la economía en clave feminista, que considere la incidencia crucial de las mujeres en el sistema productivo”.

   La construcción de estas obreras implica preguntas y lecturas nuevas que vinculan la explotación laboral en el capitalismo con las formas de opresión de la cultura patriarcal.

   “Por eso nos preguntábamos si las obreras debían seguir la misma cronología que los obreros; si teníamos que diferenciar entre trabajadoras de sectores altos, medios y bajos; si representábamos sólo obreras del puerto o de otros lugares del país”.