Ramiro Aguirre, la experiencia y las claves para transitar una final

Redacción de La Nueva.

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   Liniers no es Pueyrredón, aunque para Napostá el punto de encuentro con esos dos equipos fue un inicio adverso de playoffs, en cada caso. Recordamos que en cuartos “Purre” se ubicó 2-0, pero los de la avenida Alem ganaron los siguientes 3 y avanzaron. Y en la final vigente ante El Chivo la historia comenzó igual (0-2).

   De momento el campeón defensor descontó ante el Nº1 de la fase regular y mantiene posibilidades.

   “Trabajamos muchísimo para levantar esto, que no es fácil. Habíamos perdido dos partidos muy diferentes, por poco margen y por detalles. Hoy (por ayer) lo corregimos porque también entró la pelota, algo que no venía saliendo como estamos acostumbrados. Es un partido para soñar”, afirmó Ramiro Aguirre, fundamental en el complemento para consolidar la victoria en el juego 3 y darle perfil contundente a las cifras finales (la ventaja llegó a ser de 20).

   “Napo” emparejó la lucha física y al mismo tiempo mantuvo la tranquilidad a pesar del 0-2. Virtudes que redundaron en eficiencia para la circulación de pelota y selección del mejor lanzamiento. En un encuentro que comenzó a dominar con claridad en el cierre del 3C.

   “Desde que arrancó la serie sabemos que tenemos que ganar cuatro partidos. Se achica el margen de error empezando de abajo. Pero igual tenés que ganar cuatro partidos. Si termiás antes o después lo definirá la serie”, agregó Aguirre, quien el día del primer partido cumplió 37 años.

   Por ser el mayor del plantel (“¡¿Y no sé si del torneo?!”, se preguntó) dio las claves sobre cómo se afronta una final.

   “Se juegan con cabeza. Con grupo, con unidad, hablando mucho con los más jóvenes, aunque en este equipo los más chicos tienen 25 o 28. Se juegan como a uno le gusta jugar al básquetbol: como jugamos hoy (por anoche). Tocando, jugando, hablando muchísimo y estando tranquilos. Después el nerviosismo, la final, la gente, todo va a influir, pero hay que tratar de disfrutar lo lindo de esto, de principio a final”, dijo.

   Napostá regresará al Antonio Palma (jueves venidero 20.45) con otro semblante.

   “Jugar de local es siempre lindo. Es en nuestra casa donde nos gusta jugar. Pero lo más importante es cómo estamos. Es más o menos el mismo grupo del año pasado y ganamos más de visita que de local. Así que la localía siempre es influyente, pero cuando jugamos como sabemos jugar, como hoy, y como estamos atentos y preparados, la cancha es relativa”, concluyó.

Todo sube...

   Si bien en la Asociación Bahiense los clubes habían acordado que el precio de las entradas en Primera y hasta el final del torneo sería de 150 pesos, ayer en Liniers los tickets se cobraron 200 pesos. Según pudo saber “La Nueva.” fue una decisión que tomaron los propios clubes finalistas.

Gran marco

   La colocación de una nueva tribuna en el Hernán Sagasti para ampliar la capacidad fue una decisión acertada por la dirigencia albinegra. El estadio estuvo colmado y sólo quedaron algunas ubicaciones libres en esa nueva estructura, montada por las finales.