Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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La Cámara de Farmacias de Bahía Blanca alertó por el presente que atraviesa el sector

Los gastos generales de explotación, en muchos casos superaron ampliamente al índice de inflación general, como el caso de los servicios, contribuyeron a disminuir el nivel de rentabilidad y efectivo.

Fotos: Pablo Presti-La Nueva.

   Las farmacias integrantes de la Cámara de Farmacias de Bahía Blanca, están viviendo una situación que no difiere de la situación del mercado en general.

   En un contexto de alta recesión e inflación, la facturación de las farmacias tuvo un deterioro significativo, comparado con los valores de la ecuación económica necesarios para desarrollar la actividad.

   Esto hizo necesario una mayor inversión y la optimización extrema del capital de trabajo para seguir manteniendo la operación, y tratar de evolucionar.

   Además del objetivo de mantener el nivel de stock (necesidad primordial de supervivencia de la farmacia), hubo que asignar más recursos para gastos corrientes.

   Los gastos generales de explotación, en muchos casos superaron ampliamente al índice de inflación general, como el caso de los servicios, contribuyeron a disminuir el nivel de rentabilidad y efectivo.

   Las variables que afectaron la ecuación financiera de las farmacias siguen siendo, aunque con distintas variantes, casi las mismas que afectaban al sector en años anteriores. Los podríamos resumir en:

--Elevadas bonificaciones en obras sociales y privadas.

--Faltantes de caja y largos plazos de pagos de obras sociales.

--Restricciones al consumo indiscriminado en obras sociales.

--Altísimos costos de explotación en relación con la rentabilidad que genera el medicamento.

--Financiación del stock con capital propio.

--Incremento desmesurado de la presión impositiva, tanto nacional, como provincial, y municipal.

   Las altas bonificaciones de la farmacia a la Seguridad Social, el establecimiento de un precio Pami muy inferior al Valor Precio Público, en un contexto inflacionario como el que continuó desarrollándose durante este año, combinadas con los plazos de pago de las liquidaciones, no hizo mas que agravar la situación.

   El faltante de efectivo, uno de los principales inconvenientes de la farmacia, es consecuencia del mantenimiento de los productos con cobertura 100%, o bien también con los de cobertura del 70 y 80%.

   Este es un tema que debe ser revisado al negociar cualquier nuevo convenio, ya que es imposible evolucionar en un comercio sin efectivo.

   Las perspectivas de las farmacias para 2020 estarán muy ligadas a lo que ocurra con el marco económico en general, pero fundamentalmente a lo que suceda con la evolución del nuevo Convenio Pami.

   El recupero de la economía y del consumo deben contribuir a mejorar el nivel de ventas de las farmacias.

   Por supuesto que también tendrá mucha incidencia en la rentabilidad lo que resulte de los acuerdos de salarios en las paritarias con los gremios del sector y la posibilidad de mantener su estructura interna de gastos.

   En el curso del próximo año, la rentabilidad y financiación de la farmacia serán, aún más que nunca, complejas y necesarias de alto grado de control.

   Desde la Cámara de Farmacias, entienden el contexto y trabajan en el seguimiento de cobranzas y recupero de obras sociales, como así también en la solicitud de la baja de la carga impositiva, mejoramiento en las condiciones del convenio Pami y todas las demás cuestiones anteriormente planteadas.

   “Entendemos que 2020 es un año para estar muy atento a los acontecimientos que afecten fundamentalmente la rentabilidad de las farmacias, ya que es el único concepto que asegura su supervivencia, y que permite seguir desarrollando su actividad”, cierra el comunicado.