Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

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Una empresa constructora bahiense recibió un premio mundial a la “Calidad”

Se trata de A.J.S. Steel Framing. Fue fundada hace apenas 7 años por Alan Sallustio, quien se hizo acreedor de un galardón internacional que entrega el BID.

Por Pablo Andrés Alvarez / palvarez@lanueva.com

   El bahiense Alan Sallustio tenía 24 años cuando decidió apostar por el rubro de la construcción y fundar su propia empresa.

   Apenas 7 años después de ese hecho, la constructora A.J.S. Steel Framing fue premiada por el BID con el galardón internacional a la “Calidad”, en el que se destacó sobre otras competidoras por su compromiso con la eficiencia, la innovación, la implementación de nuevas tecnologías y la relación con los clientes para brindar un mejor servicio a un menor costo.

   Sallustio viajó especialmente a Madrid, España, para recibir el trofeo, que hoy luce orgulloso en sus oficinas de Rodríguez 802.

   “Este premio es un impulso para continuar creciendo y desarrollando la idea de brindar servicios de innovación y excelente calidad a nuestros clientes, para que tengan la tranquilidad y certeza de dejarnos el proyecto de sus sueños en nuestras manos, y que lo realizaremos con el compromiso, esfuerzo y valor que se merece. Asimismo seguir fomentando el cambio cultural, para que más personas conozcan los beneficios del sistema constructivo”, señaló el titular de la firma.

   El Steel Framing que utiliza A.J.S. es un sistema constructivo con un entramado de perfilería de acero, combinado junto con el sistema “EPS-EIFS System” que conforman un panel térmico y acústico de alto rendimiento, con un acabado exterior impermeable de base cementica flexible, lo cual brinda una superficie homogénea similar a un revoque en la construcción tradicional.

   “La rapidez de ejecución, la calidad en terminaciones, la versatilidad de diseño, la resistencia climática, sísmica y al paso del tiempo, junto con un costo menor y con mayores ventajas que el sistema de mampostería y ladrillo, hacen al Steel Framing un sistema constructivo innovador y revolucionario”, dijo Sallustio.  

   Y añadió: “La diferencia con la construcción tradicional radica en los tiempos y en los costos. En ambos casos, la disminución es notoria. Por ejemplo, una casa de 140 metros cuadrados, con este sistema demora alrededor de 4 meses y medio desde principio a fin, un 60 por ciento menos que el tradicional. Además, es ecológico, ya que no produce contaminación alguna”.

   Precisamente, Sallustio señaló que se necesitó de un cambio cultural para que el sistema tenga aceptación.

   “Cuando empezamos con Gabriel López, representante Técnico de la empresa y maestro mayor de obra (matrícula 39795), nos costaba conseguir materiales y tampoco el mercado estaba preparado. Se requirió de un cambio cultural para que se impusiera. Y lo notamos ni bien finalizamos la primera construcción de este tipo, porque inmediatamente se sumaron varias otras luego de que se visualizara esa. Se utiliza muchísimo en Estados Unidos”.

   Hoy es mucho más fácil acceder a los materiales.

   “Directamente abandonamos el sistema tradicional de construcción y nos inclinamos por el steel. Debimos apostar mucho también a la capacitación, porque los obreros de la construcción no estaban acostumbrados a manejar estos materiales. Ahora ya tenemos equipos armados para desarrollar los trabajos”.

   La calidad de la construcción es muy buena. Y en ésto hay que diferenciarla de la tradicional casa prefabricada.

   “Se diferencia fundamentalmente por la estructura. Las prefabricadas tienen una vida útil, de acuerdo al mantenimiento y mejoras que se le hacen. Este sistema es prácticamente eterno y se pueden desarrollar distintos tipos de construcción, a medida del cliente. Hacemos desde casas hasta naves industriales o comerciales, incluyendo edificios”, señaló Sallustio.

   El premio del BID fue, en cierto punto, inesperado, aunque reconoce las bondades del sistema constructivo.

   “La verdad que no esperaba un crecimiento tan vertiginoso. Arranqué con apenas 24 años y muchos sueños por delante. Pero jamás imaginé ser premiado por el BID, en un programa que califica a muchísimas empresas de distintas partes del mundo antes de escoger a la mejor de cada rubro”.

   Y agregó: “Lo que hace el BID es buscar empresas innovadoras de distintas ramas y partes del mundo y hacerles un seguimiento. En un principio no sabía que nos estaban analizando. Me enteré en la segunda instancia, cuando empiezan a solicitar ciertos requerimientos y precisan la aprobación de la empresa para continuar en el programa”.

   De Argentina sólo había dos empresas más, pero en otros rubros.

  “Competimos con empresas de Chile, México, Brasil, Tailandia, Sudáfrica, Turquía, Arabia Saudita y Canadá, entre otras”, esgrimió.

   El galardón obtenido por la empresa bahiense es el resultado de la investigación y análisis llevado a cabo por Quality Hunters, líderes, emprendedores y expertos en innovación, calidad, y nuevas tecnologías, que reconocen en la empresa la contribución realizada en términos de calidad y excelencia.

  El BID, por su parte, es la organización más importante del mundo que fomenta el desarrollo, la innovación, la calidad y el compromiso y entrega este galardón equivalente a los premios Deming en Japón (sólo para empresas japonesas); Baldrige en Estados Unidos (sólo para empresas norteamericanas) o el EFQM en Europa (sólo para empresas europeas).