Bahía Blanca | Miércoles, 17 de abril

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¿Cómo se hace para clasificar trigo y ganar $ 180.000 con inteligencia artificial?

César Riat y Ricardo Cuevas, egresados de la UNS, integraron el equipo que ganó el Hackatón del agro. Proponen control y seguimiento del cereal hasta el destino.

Riat (izq.) y Cuevas, en la redacción de La Nueva. / Fotos: Emmanuel Briane-La Nueva.

Guillermo D. Rueda
grueda@lanueva.com

   “En la Argentina siempre hubo momentos difíciles, y lo cierto es que hoy las inversiones están más orientadas a las Lebacs que a emprendimientos de este tipo. De allí la importancia de que haya gente que premie a quienes se siguen desarrollando en lograr más y mejores tecnologías”.

   César Riat, 30 años, programador e ingeniero en Alimentos egresado de la Universidad Nacional del Sur y a solo una materia de lograr el título en Química, se tomó un momento para reflexionar ante la pregunta del significado de lo logrado.

   “Son incentivos para seguir trabajando y es un premio a no bajar los brazos”, agregó el salteño de Tartagal, hoy radicado en Bahía Blanca, pero con pasado en la Base Naval Puerto Belgrano.

Mercedes Agostinelli, Ricardo Cuevas y César Riat.

   Riat, junto al bahiense Ricardo Cuevas, 27 años, ingeniero químico y estudiante de ingeniería en Alimentos en la UNS, nacido en el barrio Colón; y con Mercedes Agostinelli, 30 años, geóloga, de General San Martín, en el Gran Buenos Aires y egresada de la UBA, ganaron el Hack2in 2018 que, organizado por el Grupo Asegurador La Segunda, se desarrolló la última semana en la ciudad santafesina.

   Los tres jóvenes no solo se destacaron entre equipos de otras localidades del país y de países vecinos, sino que se quedaron con la suma de 180.000 pesos, a cobrar en efectivo, más allá de diversas capacitaciones a convenir con todos los gastos pagos.

   El proyecto presentado en el concurso de programación e innovación está relacionado con la clasificación de trigo con inteligencia artificial por reconocimiento de imágenes, algo por lo cual Riat había terminado en el segundo lugar en el Hackatón realizado en septiembre de 2017, también en Rosario, donde ganó 50.000 pesos al presentar una APPI para mejorar —en tecnología, tiempo, economía y caracterización— la selección de semillas.

   Entonces, el proyecto se denominó Cam Wheat. La misma denominación se eligió para este desafío.

   De todos modos, en esta presentación —en un concurso más ambicioso— dieron un paso más adelante. “Generalmente, el productor de trigo debe secar el cereal para que resista el viaje y, en ocasiones, se une con el de otros productores a los fines de la comercialización. Justamente, con esa mezcla se pierde calidad”, explicó Riat.

   “Lo que propusimos hacer es un seguimiento desde que el trigo sale de la tranquera del campo hasta que llega al barco. Para eso hay que tomarle fotos a la carga, en forma constante, para ir evaluando la calidad. De esta manera, uno se asegura que no se mezcló con el del vecino y, si tu trigo es de buena calidad, lo seguirá siendo. Es decir, uno puede ver por dónde va el trigo en forma permanente”, amplió.

   Riat comentó que lo novedoso es que, ahora, están agregando blockchain. “Se trata de una base de datos distribuida que utilizan las criptomonedas. Eso asegura que el sistema no se pueda hackear”, afirmó. 

   “Otro desarrollo que hicimos es montar el mismo equipo en el tractor. Uno cosecha el trigo y en el tractor se hace el análisis. Cuando se completa la tolva y se sabe que es de buena calidad, va directo para exportación; caso contrario, tiene otro destino. Es una evaluación fotográfica que se puede hacer en origen”, aseguró Riat.

   Para Ricardo Cuevas, el aporte de los mentores, a quienes se podía recurrir durante el concurso, resultó clave para el posterior desarrollo.

Cuevas y Riat, en plena tarea.

   “Nos ayudaron a abrir la mente. Este formato se puede vender en un futuro a los productores, a los intermediarios, a quienes están en los centros de acopios y a todas las personas allegadas al campo que procuran trabajar en función de la calidad de trigo”, afirmó.

   —¿Cuál será el rol de las Cámaras Arbitrales?

   —RC: No se deja de lado la actuación de las Cámaras; al contrario. Lo que hace el perito lo volvería a hacer con las fotos, porque solo ellos están avalados por ley para hacerlo. Es decir, la Cámara Arbitral fija el precio y determina si la calidad es buena o mala.

   “Nosotros ofrecemos una tecnología para hacer un sistema más rápido, porque se optimizan los tiempos y el sistema es más económico. Se pasa de un extremo con un análisis de cinco días a otro con resolución en una cuestión de segundos. Solo depende de la conexión que se tenga...

   “El trabajo tradicional siempre está sujeto al error humano y hay veces que se generan conflictos entre los productores y la Cámara de Cereales por cuestiones de dinero, ya que uno quiere pagar menos y el productor exige más porque entiende que no se evaluó la calidad que había enviado.

   La madre de Cuevas es perito clasificador de granos, así como él mismo estuvo en algún momento ligado al sistema. Sabe de lo que habla. “La tarea es muy desgastante. Se reciben camiones en forma continua; revisan la misma tarea una y otra vez. Con lo que proponemos se podría triplicar, o más aún, la cantidad de muestras a realizar”, detalló.

De qué se trata

   El Hack2in —para agro y seguros— se realizó entre el sábado y domingo últimos en el complejo de lujo City Center, el mismo donde se casó el futbolista Leonel Messi en junio de 2017.
El primer premio fue de 180.000 pesos.

   El segundo, $ 120.000. Se lo adjudicó el proyecto Wiagro, sobre el monitoreo remoto de silos bolsas, con el fin de realizar una alerta temprana ante cualquier posible deterioro del grano almacenado. Lo presentaron Eduardo Martín Cordasco, Ulises Mickelsen y Santiago Bradan.

   En el Hack2in de Rosario se proyectaron dos verticales diferentes: Insurtech y Agtech. Cada vertical tuvo sus propios desafíos y fueron premiados de manera independiente, aunque evaluados por el mismo jurado. Los espacios de trabajo y la agenda se compartieron entre verticales para generar sinergia entre los asistentes.

Agostinelli, Riat, Lucas Cornejo (Director Nacional de Capital Emprendedor) y Cuevas.

   Al final participaron 20 equipos y la competencia se dividía en proyectos de innovación para temas del campo (10 equipos) y otros tantos para la temática de seguros. En el área de campo, puntualmente, se pretendía reducir la cantidad de insumos utilizados para la producción agropecuaria.

   Las preguntas, para el Agro data en que trabajaron Riat, Cuevas y Agostinelli, fueron: ¿cómo facilitar la toma de decisiones con mayor y mejor información sobre los cultivos, el estado del clima y las condiciones del suelo? ¿Y cuáles pueden ser los productos que permitan capturar datos a nivel finca para asegurar que la inversión esté protegida?

  Los otros dos ítems fueron riesgo climático y sistema de alerta tempranas y agricultura sustentable.

Un trabajo en equipo

   “¿Cuál fue la clave para ganar? El trabajo en equipo. Mercedes es geóloga, César es ingeniero en alimentos y yo soy ingeniero químico. Esta diversidad nos permite, como profesionales, trabajar en equipo y superar los desafíos”, agregó Cuevas.

   “En tiempos complejos es bueno que haya jóvenes que tengan un lugar para demostrar su capacidad, inteligencia y pasión para sacar el país adelante”, sostuvo.

   “El premio, más allá de lo económico, es un reconocimiento al esfuerzo y al sacrificio, ya que se plasma todo lo que uno fue planeando”, amplió.

Alberto Padoán (izq.), titular de la Bolsa de Comercio rosarina, en la premiación.

   Los equipos tuvieron acceso a mentorías a workshops. Fueron sesiones de tutoría 1-a-1 y a mesas redondas, así como talleres con mentores y expertos de la industria. También tuvieron la oportunidad de la competencia de Pitch, donde pudieron presentar sus productos y servicios a los principales inversores y representantes de la industria.

   Riat destacó, asimismo, el aporte de la secretaría de Vinculación de la Universidad Nacional del Sur.

   “Nos ayudaron en lo que podían. Pero fue muy importante que nos permitieran ir a la Facultad de Agronomía para sacar fotos de granos. Esa fue la base del trabajo y resultó crucial para avanzar en la precisión del proyecto. Valió mucho más que cualquier dinero”, explicó.

   “Está claro que con la inteligencia artificial no se programa, pero sí se necesitan fotos para poder trabajar”, sostuvo.

Interés de Cámaras Arbitrales

* Origen: “Sí, es cierto. Estamos hablando con Cámaras Arbitrales de Cereales interesadas en este proyecto”, admitió el ingeniero César Riat, acerca del proyecto de clasificación de granos con inteligencia artificial y el seguimiento del cereal desde el lugar de origen hasta el consumidor final.

César Riat es ingeniero en Alimentos.

* Equipos: “Esto no tiene marcha atrás y por eso ya tenemos pedidos. Científicamente está demostrado que podemos llegar a esos niveles. Y por eso ahora uno de los desafíos es poder conseguir más inversiones para agrandar el equipo y continuar con los desarrollos”, agregó Riat.

* Código: “Lo que hoy tenemos es tiempo de programación para volcarlo a la nube. Está el código y funciona en una máquina. Lo que debemos hacer es tener una capacidad para que varias personas puedan ingresar al mismo tiempo y funcione; hoy estamos limitados a una sola”, dijo.

Ricardo Cuevas es ingeniero químico.

* Simultaneidad: Más allá de las inversiones, en las que también coincidió, el ingeniero Ricardo Cuevas dijo que la clave ahora pasa por ampliar los análisis en simultáneo.