Bahía Blanca | Lunes, 29 de abril

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Femicidio de Aída Caballín: las pruebas que comprometen al único detenido

Los elementos recolectados durante la investigación determinaron que Diego Hernán Rogero aguarde tras las rejas la realización del juicio oral.

   La justicia de Garantías decidió en los últimos días que Diego Hernán Rogero (41) aguarde detenido el juicio por el femicidio de Rosa Aída Caballín (42), quien fue hallada sin vida a mediados del mes pasado en un descampado cercano al barrio Los Chañares.
   Las imágenes de las cámaras de seguridad particulares y privadas, el testimonio de algunas personas que trabajaban junto al acusado, el secuestro de elementos y detalles recolectados durante la investigación, determinaron que la jueza Marisa Promé hiciera lugar al pedido del fiscal Jorge Viego.
   Según surge de la causa, el pasado 17 de julio, alrededor de las 8, dos personas que se movilizaban en una ambulancia descubrieron el cuerpo de la mujer en la zona de Ayacucho al 7500.
   Una de ellas se acercó a un metro y observó que la víctima no respiraba, por lo que llamó a la telefonista de la empresa de emergencias médicas para la que trabajan y le pidió que diera aviso al 911.
   De la misma forma, le hicieron señas a un vigilador privado que pasaba en bicicleta y también tuvo posibilidad de observar a la fallecida, quien se encontraba vestida, con guantes de lana colocados, la cartera y la soga con la que fue ahorcada alrededor de su cuello.
   Entre sus prendas hallaron dinero, documentación personal y un teléfono celular.
   Poco después arribó la policía y los peritos, quienes detectaron la existencia de huellas de neumáticos a la altura de los pies de la víctima.
   Consideraron que el rodado dio una vuelta en “U” para retirarse del lugar, además de determinar que la ausencia de pisadas hace suponer que la víctima habría sido arrojada desde la unidad.

La combi

   Un hombre declaró que el día de los hechos transportó a Caballín a la zona de Sixto Laspiur para ejercer la prostitución.
   El análisis de varias cámaras particulares permitió establecer la presencia, en tres oportunidades, de una combi Mercedes Benz Sprinter, de la cual descendió en una ocasión la víctima.
   Si bien las imágenes no identificaron la matrícula de la unidad, una serie de calcos que tenía pegados y la distribución de las luces y franjas refractarias en los laterales le brindó a la policía un patrón de búsqueda.
   Poco después, dos efectivos que se encontraban investigando el caso y circulaban en un auto por la avenida Colón, observaron una camioneta similar a la que buscaban. Pudieron tomar nota de la patente y finalmente la interceptaron.


   El chofer, que no era Rogero, les indicó el nombre de la firma para la que trabajaba, agregando que él solo manejaba el rodado los días de semana a mediodía y a la tarde.

GPS alterado

   El titular de la empresa brindó detalles de los viajes realizados con la unidad, el conductor a cargo y la información del GPS que tiene colocado.
   Así se logró establecer el recorrido realizado, determinándose que el reporte se interrumpió en Sixto Laspiur al 2100 (allí fue encontrado el segundo celular de la víctima) y luego de 54 minutos volvió a suministrar datos cuando la camioneta estaba detenida en Alemanes del Volga al 100 (domicilio de Rogero).
   Durante ese lapso sin registro, la Mercedes Benz habría sido localizada en el sector de Los Chañares a partir de las filmaciones de las cámaras de varios vecinos.
   Un técnico que atiende los sistemas de rastreo de las unidades utilizadas por la firma para la que trabajaba el imputado indicó “que no resulta habitual”, aunque aclaró que el sistema es “vulnerable”.

Los peligros de la noche, antes y después de Aída

   Explicó que puede ser anulado de varias maneras, siendo la más sencilla la colocación de un parasol de aluminio sobre el parabrisas o el torpedo.
   También indicó que el equipo del vehículo investigado no había presentado interrupciones de reportes prolongadas en más de tres años que lleva colocado.
   Este punto fue tomado por la acusación para indicar que “llamativamente” se produjo una falla la jornada en que Caballín fue asesinada.

Otros indicios

   La autopsia realizada a la víctima determinó que fue estrangulada con una soga de 0,5 centímetros de diámetro, de color blanco con puntos negros, hallada alrededor de su cuello.
   Se indicó que en uno de los extremos el lazo tenía un nudo doble, mientras que en el otro presentaba un ojal realizado con alambre, en el que se hallaron algunos cabellos.


   Durante el allanamiento a la vivienda de Rogero, los policías incautaron en su camioneta Ford Ecosport diferentes trozos de soga “cuyas características y nudos resultan ser similares con aquella que se halló en el cuello de la víctima”.
   Por otra parte, la Policía Científica, con la presencia de un testigo, encontró en el piso de la combi, sobre el sector del acompañante, cabellos largos oscuros.
   Más pelos aparecieron en un trapo de piso, debajo del asiento del conductor y en el pasillo de la unidad, en dirección hacia el sector de los pasajeros.
   Finalmente, al momento de dictar la prisión preventiva, la jueza Promé determinó que los elementos reseñados resultan suficientes para tener acreditada a esta altura del proceso, la participación del imputado en el crimen.

En Saavedra

   El pasado 19 de julio la policía detuvo a Diego Hernán Rogero durante un allanamiento en su vivienda de Alemanes del Volga al 100. Por cuestiones de seguridad fue alojado en la comisaría de Patagones, donde permaneció hasta las últimas horas, cuando se dispuso su traslado a la Unidad Penal Nº 19 de Saavedra.
   Al momento de decretar su prisión preventiva, la jueza de Garantías Nº 4, Marisa Promé, consideró que la pena en expectativa por el delito que se le imputa (prisión perpetua) determina el peligro de fuga, volviendo necesaria su detención “para asegurar la presencia del imputado y, de esta forma, poder cumplir con los fines procesales”.