Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Una ecapada para renovar fuerzas

Con el debate por la despenalización del aborto y las avanzadas negociaciones con el Fondo Monetario Internacional como telón de fondo, la gobernadora María Eugenia Vidal viajó a encontrarse con el Papa Francisco hasta el Vaticano.
La mandamás de Cambiemos se fue casi a “escondidas” y nadie todavía sabe con que grado de anticipación le avisó al vice radical Daniel Salvador o a sus ministros sobre el viaje relampago de “gestión” hasta Roma. Se sabe, la Iglesia Católica reafirmó su postura contraria a la sanción de una ley para la legalización del aborto. 
Mientás Vidal retornaba al país, el Gobierno nacional mostraba cómo un “triunfo político” el acuerdo alcanzado con el FMI a cambio de achicar el déficit fiscal y bajar el gasto público. Tras los “fuegos artificiales” del PRO, se sabe que, el “ajuste” tendrá su impacto inmediato e inevitable sobre la provincia de Buenos Aires por el.achicamiento del gasto, el “congelamiento” de la obra pública y planes sociales.
La políticamente debilitada alianza Cambiemos en ámbito bonaerense sigue respaldando al presidente Macri aunque en privado reconocen que el oficialismo tuvo que soportar más de un tropezón producto de los números negativos de la política económica nacional.
Probablemente, Vidal convoque en unos días a una reunión de gabinete ministerial ampliado para que intendentes y legisladores de los bloques oficialistas y segundas líneas de la Gobernación puedan escuchar que el ajuste no golpeará las metas propuestas ni los ejes de gestión bonaerense.
El desafio inmediato pasa por fortalecer el espacio de Cambiemos, convocando al electorado “propio” y a la ciudadanía en general a entender que estamos atravesando un momento que nos necesita a todos “empujando para el mismo lado”.

Docentes en lucha

Dejar al Ejecutivo en “píloto automático” tiene consecuencias para la gestión. Los docentes definieron una huelga de 48 horas ante el largo enfriamiento de la negociación paritaria salarial con la Provincia. Independientemente del paro que bien podría concretarse está semana, hay algo más contundente. Si la administración Vidal insiste con el 15% de aumento, sin cláusula gatillo o sigue haciendo “propuestas unilaterales”, el denominado “Frente de Unidad Docente” podría profundizar el plan de lucha y no iniciar las clases después del receso de invierno.
Existen, más allá de lo salarial, un sinnúmero de situaciones que aumentan el malestar dentro de la comunidad educativa. Por ejemplo, los descuentos salariales a trabajadores del sector docente por participar de movilizaciones o adherir a una huelga. “Hay que entender que muchos educadores se sienten intimidados y temen por su estabilidad laboral, producto del desprestigio al que los ha sometido el Gobierno”, denunció la gremialista Mirta Petrocini (FEB). 
La Gobernación pretende que no sólo se discuta netamente sobre un eje salarial: “La única forma de cambiar la lógica sindical que ha contribuido al fracaso de la educación de la Provincia es discutir con los chicos en las escuelas”, insisten con la fuerte sospecha que los representantes sindicales “juegan a la política partidaria”.
En ese contexto y casi sobre la línea del arco, la Provincia evitó una nueva huelga en los hospitales púbicos convocando para el jueves que viene a los sindicalistas de los profesionales de la salud (Cicop) a la primera paritaria del 2018. 
Vidal tenía una ley para descontar tarifas y el massismo también. Para apaciguar el impacto de la suba de tarifas en los bonaerenses, la Legislatura refrendó la eliminación de impuestos municipales a las tarifas de luz y agua y facultó a los intendentes a cobrar una tasa compensatoria a las empresas. 
Una vez más, el kirchnerismo parlamentario votó en contra en senadores y diputados y volvió a quedar huerfano frente al acuerdo político cerrado entre el interbloque oficialista de Cambiemos, el massismo y los intendentes del peronismo “dialoguista”.
“No nos vamos a prestar a la venta de humo que hace la Gobernadora. Esto le complica la vida también a los municipios, del oficialismo y a los que les toca gobernar desde la oposición, porque los intendentes ahora van a tener que ir a cobrarle ahora a las empresas”, se quejaba un senador K masticando bronca. 
La iniciativa gubernamental permitirá que los usuarios de la PBA paguen un 6 por ciento menos en el precio de sus boletas de luz y un 4 por ciento en las de agua. “Todos los sectores políticos queremos reducir las tarifas”, aseguró un legislador “lobista” de confianza del gobierno de Cambiemos. Aunque en números sea insignificante en términos de bolsillo.
La política tarifaria del gobierno de Cambiemos se instaló hace buen rato en la agenda ciudadana, independientemente del gesto político de la Gobernadora por “limpiar” las facturas domiciliarias de cargos y tributos.
Vidal logró imponer su criterio después de negociaciones reservadas con el líder del Frente Renovador, Sergio Massa y representantes de los intendentes del PJ del Conurbano, como el alcalde de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde.
A instancias de la Gobernación de calle 6, la Legislatura votó también la adhesión de la provincia de Buenos Aires a las adecuaciones realizadas en el marco del acuerdo de Responsabilidad Fiscal firmado con el Gobierno nacional y el resto de las provincias. El portavoz del oficialismo gobernante, fue el senador “lilito” Andrés De Leo. Así lo había dispuesto la “mesa rectangular” del bloque de senadores donde comparten la cabecera Roberto Costa y la bahiense Nidia Moirano. 
A esa hora, la oposición K de Unidad Ciudadana vinculaba la adhesión de la Provincia a las adecuaciones realizadas en el marco del acuerdo de Responsabilidad Fiscal firmado con el Gobierno nacional con el ajuste que exige el FMI. La discución es idiológica. 
“Este país cayó en la cuenta de que la fiesta había que pagarla”, se graficó desde Cambiemos apuntalando la construcción mediática del antiperonismo. En definitiva, la ley de rebaja de impuestos en las tarifas y la adhesión al nuevo “Pacto Fiscal” en el marco del acuerdo para que Vidal pudiese recuperar puntos de coparticipación, se resolvió con política doméstica.