Bahía Blanca | Martes, 23 de diciembre

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¿Cuál es la visión de los nuevos presidentes de la Sociedad Rural y de la Asociación de Ganaderos?

La renovación dirigencial local coincide con un momento inmejorable para el sector agropecuario. Pero los desafíos, sobre todo para seguir produciendo en forma sostenida en el sudoeste bonaerense, no son pocos.

Nicolás González Martínez (izq.) y Braian Robert, en el edificio de La Nueva. / Producción fotográfica: Emilia Maineri-La Nueva.

“La ganadería está atravesando un momento histórico que, hoy, es acompañada por un factor climático muy bueno por casi un año. Se han sumado valores muy competitivos, una demanda internacional creciente y precios interesantes. Las sensaciones indican que tendremos por delante 4 o 5 años con muy buenas expectativas”, dijo el Méd. Vet. Nicolás González Martínez, presidente de la Sociedad Rural de Bahía Blanca (SRBB).

“El sector ganadero, en especial en la cría, está pasando por un momento excepcional con valores que yo, personalmente, nunca había visto. En cuanto a la agricultura es cierto que lo climático acompaña, pero también que algunos rendimientos han mermado por heladas, granizo e incremento de los costos”, agregó Braian Robert, presidente de la Asociación de Ganaderos y Agricultores de Bahía Blanca (AGA).

De dónde venimos, dónde estamos y hacia dónde vamos. Se empezó por la ganadería, pero no fueron pocos los temas que debatieron los flamantes titulares de las dos instituciones que, de alguna manera, han iniciado un recambio generacional y así lo compartieron en la redacción de La Nueva.

—En ese contexto positivo para la ganadería, ¿cuáles son los principales reclamos que los productores les hacen a sus entidades?

—BR: En la Asociación de Ganaderos las inquietudes giran principalmente en torno a los caminos vecinales, ya que la institución administra los fondos municipales para tal fin. También hay reclamos por algunos hechos indeseables como son los delitos en el campo, ya que la AGA también tiene a su cargo los recursos asignados a la Patrulla Rural. Otro tema constante es respecto de la carga impositiva, con pedidos para alivianarlos como, por ejemplo, es el caso del Inmobiliario Rural.

—NGM: El planteo más importante pasa por bajar el actual nivel de retenciones para, finalmente, quitarlas de forma definitiva. Las medidas acotadas que duran una semana o 20 días no sirven. Por eso insisto: desde la Sociedad Rural debemos hacer fuerza para que las retenciones sean eliminadas de una vez por todas.

Predio de la Sociedad Rural, durante la exposición de Bordeu / Imagen: IG

“Pero para eso existe un argumento: la idea es compensar la baja de los derechos de exportación aumentando la productividad e invirtiendo ese dinero en producir más, algo que considero como un punto clave si se pretende seguir avanzando”.

—BR: En todas las entidades el norte siempre es la baja y la posterior eliminación de las retenciones. Es un impuesto totalmente distorsivo que ha sido implementado, en mayor o menor medida, por todos los colores políticos.

—¿Creen que las medidas del actual Gobierno nacional han contribuido a este aumento de la producción y de las expectativas?

—BR: En parte. En la ganadería sí, porque la rentabilidad le permite al productor seguir apostando a la actividad. Pero en la agricultura el escenario ha sido más incierto, más allá de la última rebaja en las retenciones (del jueves 11 de este mes). La anterior reducción duró tres días (NdR: del lunes 22 de septiembre último) y se trató de una medida claramente recaudatoria, pero no productiva.

—NGM: En la parte agraria los costos (de producción) están elevados y los valores de los cereales se encuentran muy por debajo, sin señales demasiado claras por parte del Gobierno nacional. En el sector ganadero, en cambio, sí estamos viendo medidas que nos dan un horizonte un poco más claro como, por ejemplo, intentar abrir muchos más mercados. Si queremos aumentar el stock ganadero para abastecer al mundo, se debe incentivar la baja de tasas para que los créditos sean más accesibles y el productor se financie en lugar de tener que vender su ternero”.

—¿Qué significa ser productor agropecuario en el sudoeste bonaerense?

—BR: Ser corajudo y valiente. La parte climática genera muchos sobresaltos y es la que pone las condiciones. Acá cuando hablamos de sequía es no cosechar y no tener pasto porque la disponibilidad forrajera es prácticamente nula.

“El sector ganadero atraviesa, hoy, un momento excepcional”, dijo Robert.

“En este sentido, es muy meritorio el trabajo de las generaciones que siguen produciendo, a pesar de haber pasado por secas completamente devastadoras y por distintos gobiernos que no han ayudado en nada.

—NGM: Ser productor en la zona sudoeste requiere amar lo que hacés; es algo más que verlo como un simple negocio. En nuestra región la realidad es que de cada cinco años, tres son muy negativos, uno razonable y el restante intermedio. Se hace un esfuerzo muy grande para sembrar y, luego, no cosechar; o en los procesos biológicos de los animales no saber cuánto valdrá el ternero a la hora de venderlo. Es muy complicado ser productor acá y el esfuerzo que hace para seguir invirtiendo, criando a sus familias y educando a sus hijos es para sacarse el sombrero”.

—¿Cómo es el vínculo que mantiene el productor agropecuario con la sociedad?

—NGM: La sensación es que, en algún momento, los gobiernos anteriores trataron de instalar una relación muy distante, pero no es así. Bahía Blanca es una ciudad con bastante llegada al sector y son muchos quienes viven del campo. Siempre intentamos que el vínculo sea lo más afín posible, buscando generar alternativas de trabajo para futuros jóvenes y familias.

—BR: La mirada de la sociedad hacia el agro ha cambiado y se está acortando la brecha que existía. Se ha demostrado que el productor agropecuario es un trabajador más, como cualquier otro, que tiene su empresa, que apuesta por la ciudad e invierte en una sociedad donde se desarrolla, hace las compras, tiene su casa, acude a su club y sus hijos estudian.

Predio de la AGA, en el kilómetro 8,5 de la RN 35.

“Además, desde la Asociación de Ganaderos siempre intentamos devolver algo a la sociedad, ya sea a través de campañas de donación de carne vacuna como sucedió durante la pandemia por el COVID-19, colaborando de varias maneras en la inundación de marzo último o apadrinando una escuela rural”.

—Respecto del futuro del campo regional, ¿qué papel juega el recambio generacional?

—BR: Se está dando un proceso muy bueno de innovación, no solo tecnológica, sino también generacional. La inclusión de una generación más joven dentro de la explotación agropecuaria automáticamente la tecnifica. Eso es auspicioso y se suma a las condiciones naturales del productor, que es un apostador serial que sigue invirtiendo a pesar de las condiciones adversas.

—NGM: Se ve un buen futuro; hay un horizonte. El recambio generacional es muy importante, ya que una vez que esos nuevos dirigentes asumen de manera inmediata se produce la transformación tecnológica. Los jóvenes son quienes manejan este tema y mejor entienden el sistema, y en la parte productiva sucede lo mismo en la medida de que no dejen de capacitarse.

“En Bahía Blanca es mucha la gente que vive del campo”, dijo González Martínez.

“En la misma línea, para que la Argentina dé un salto como país, necesitamos que nuestros políticos nos acompañen marcando la cancha con cuestiones claras como, por ejemplo, una justicia prolija e independiente, donde lo gris no exista más, sino que sea blanco o negro, y demás”.

—¿Ese recambio generacional también incluye a los dirigentes del sector?

—NGM: Sí, sin dudas. En nuestra Sociedad Rural estamos teniendo un cambio general con jóvenes que ingresan al directorio. Hemos logrado un mix muy bueno: mantener a los más grandes, con su experiencia y capacidad para tomar decisiones, mezclados con los más jóvenes.

—BR: En la Asociación de Ganaderos se apostó fuertemente a los Ateneos Rurales hace unos 15 años. Y ese proyecto hoy está dando frutos con la participación de varios ateneístas en la comisión directiva. La sociedad y la tecnología avanzan tan rápido que si no acompañamos ese proceso de innovación, nos quedaremos fuera. De todos modos, es crucial conservar a los dirigentes de mayor experiencia para que nos guíen y nos ayuden en la toma de decisiones. 

El paso (y el peso) de la historia

La Sociedad Rural de Bahía Blanca (SRBB) se fundó el jueves 26 de abril de 1894, hace más de 131 años. Está conformada como una sociedad anónima y tiene la sede en Bordeu, antes del primer kilómetro de la ruta nacional 33, donde realiza todos los años la tradicional exposición rural.

La Asociación de Ganaderos y Agricultores de Bahía Blanca (AGA) se creó el domingo 26 de junio de 1932, hace más de 93 años. Con sedes en Avda. Colón 332 y en el kilómetro 8,5 de la ruta nacional 35, se trata de una entidad gremial cuyas representaciones madre son la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap) y Confederaciones Rurales Argentinas (CRA).

Se trata de las dos entidades del sector de mayor antigüedad —y aun con peso representativo en diferentes ámbitos— de una ciudad, Bahía Blanca, que el venidero 11 de abril de 2028 llegará al bicentenario.

González Martínez (izq.) y Robert repasaron parte de la historia de la SRBB y de la AGA en el archivo de La Nueva.

Las figuras representativas de entonces, cuyos apellidos se tornan habituales al mencionar calles bahienses, devienen en una renovación generacional que, casualmente en este tiempo, ha llegado a la presidencia.

Por múltiples razones, atribuidas a cuestiones dirigenciales, comerciales, agropecuarias y hasta de relaciones interpersonales, sus directivos han tenido una relación distante, más allá del parentesco —directo e indirecto— de varias familias integrantes de las dos comisiones directivas a lo largo del tiempo (y aún por estos días).

El transcurso de los años, justamente, ha permitido que, hoy, los presidentes de la SRBB y de la AGA puedan sentarse a una mesa y hablar de un tema que los involucra (y los apasiona).