Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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El aeropuerto bahiense, en el centro de una revolución aérea

Luego de más de una década de postergación y olvido, la terminal aérea local ha recuperado destinos que supo tener en las décadas del 50 y 60. Este año se espera que sume 150 mil pasajeros más.

Fotos: Rodrigo García-LaNueva.

Por Mario Minervino / mminervino@lanueva.com

   A una década de su concesión a privados, el aeropuerto bahiense atraviesa su mejor momento, con un récord histórico de pasajeros, nuevos destinos y expectativas de más crecimiento.

   A tal punto que de un único destino hace diez años, se pasó a ocho en la actualidad y a nueve en julio, cuando se reincorpore Bariloche.

   De este modo, ha dejado de ser una terminal con una única ruta para posicionarse como la tercera más importante de la provincia y la 15º del país, en un ranking que lidera Ezeiza, Aeroparque y Córdoba.

   En 2008, cuando la UTE Aeropuertos Argentina 2000 y Arecco Ingeniería tomó la concesión por 25 años, el movimiento de pasajeros anual era de 82.577, la tercera parte de la cantidad registrada en 2017, cuando alcanzó los 440.934. Para este año se espera llegar a los 600 mil.

   En 2008 ni siquiera se disponía de un servicio clave e histórico como era el que permitía llegar a la Patagonia, situación que era desconocida hasta por la propia presidente de la Nación, Cristina Fernández. Cuando la mandataria participó, en junio de 2009, de la inauguración de las nuevas instalaciones de la terminal aseguró conocer, "por ser del sur", que sentían los bahienses por ese hecho.

   "Nuestra vida cotidiana, la de los simples mortales que no contamos con aviones particulares, necesita de los aeropuertos y de las líneas comerciales para trasladarnos desde tan lejos. El avión es imprescindible, es casi como el agua. Es la única manera de comunicarnos que tenemos", reflexionó.

   La realidad es que ese año la ciudad no disponía de vuelos al sur. Para llegar a Trelew, Comodoro Rivadavia, Río Gallegos o Ushuaia debían primero viajar a Buenos Aires y allí hacer la combinación necesaria.

El cambio

   Varios factores permitieron el crecimiento del aeropuerto bahiense. Uno de ellos es la decisión del Gobierno Nacional de avanzar con la denominada "Revolución de los Aviones", un plan que apunta a duplicar la cantidad de argentinos que utilizan el avión.

   Los pilares de ese objetivo son el crecimiento de Aerolíneas Argentinas, el ingreso de nuevas empresas al mercado y la modernización de la infraestructura aeroportuaria.

   El punto a favor es el potencial del mercado aéreo nacional, postergado por años en un país que es el octavo del mundo por su extensión, pero el de menor cantidad de usuarios de la región, con un promedio de 24 vuelos/año cada 100 habitantes.

   En Perú por caso, se ubica en 35, en Brasil 44 y en Chile 63. Un primer estudio mostró que un plan adecuado incrementaría el mercado en 12 millones de pasajeros/año.

   A partir de esa conclusión comenzó una ampliación de la conectividad en cabotaje, una red más federal y un aumento de la oferta.

   Entre las estrategias adoptadas se dispuso el mayor uso del aeropuerto de Córdoba; más vuelos desde Rosario y el establecimiento de un Corredor Atlántico.

   Este último, en particular, puso énfasis en los aeropuertos de Mar del Plata y Bahía Blanca, que empezaron a sumar servicios y destinos.

El presente

    Hoy Bahía Blanca tiene llegada directa a nueve destinos, con 18 vuelos diarios. Al solitario recorrido hasta Aeroparque de 2008 se sumaron Ezeiza, Mar del Plata, Trelew, Comodoro Rivadavia, Ushuaia, Neuquén, Bariloche (comienza en julio) y Córdoba.

   Si bien cada uno tiene su importancia, sin dudas Córdoba ha sido una de las incorporaciones más destacadas.

   Cuando el gobierno de Macri abrió el juego aéreo, permitiendo a toda compañía interesada proponer nuevas rutas y prestaciones, quedó en claro que los cielos del país estaban poco menos que vacíos y que Bahía Blanca era uno de los que más interés despertaba.

   Así se fueron concretando servicios al sur, a Mar del Plata, a Neuquén y a Córdoba.

   A todo ésto, el 31 de mayo comenzará a funcionar Flybondi, la primera línea de bajo costo (Low Cost) en operar en el país, con base en el Aeropuerto El Palomar, cubriendo la ruta a Buenos Aires.

   LASA iniciará vuelos en agosto, con centro operativo en el Aeropuerto Internacional de Neuquén. Es la compañía que permitirá a los bahienses llegar hasta Puerto Montt, en Chile, con escala intermedia en Bariloche.

   Antes de terminar el año podría entrar en operaciones Polar Líneas Aéreas, también Low Cost, que pretende usar el aeropuerto de La Plata. Sumaría ofertas para viajar desde Bahía Blanca a la Patagonia (varias escalas) y Mar del Plata.

   En las audiencias públicas realizadas el año pasado, siete empresas presentaron sus propuestas de cubrir 471 rutas. De confirmarse el resto de las solicitudes, Bahía Blanca sumaría vuelos a Puerto Madryn, Temuco (en Chile), Villa Gesell, Santa Rosa, Viedma y Rosario.

Una lectura

   Carlos Millán, jefe del aeropuerto, destacó que la posibilidad de viajar a Córdoba se ha convertido en una de las más favorables para la ciudad.

   "Es un aeropuerto que ha sumado una importante oferta de vuelos, tanto de cabotaje como internacionales, con lo cual en muchos casos resulta más conveniente elegirlo como escala antes que Ezeiza", señaló.

   Millán, que lleva 40 años trabajando en la aeroestación local, recordó que si bien hubo momentos del aeropuerto local en que hubo más destinos, "nunca se contaron tantos pasajeros como ahora".

   "La gente va tomando de manera más natural usar el avión. Por un lado, porque el valor de los pasajes en muchos casos es inferior o igual al del ómnibus, aunque no se puede comparar el tiempo de viaje entre una y otra modalidad", agregó.

   El directivo destacó, además, que el nivel de ocupación promedio de los vuelos locales es "muy bueno", y en casos como Ushuaia o Córdoba es habitual que las naves estén completamente ocupadas.

   A escala nacional, de acuerdo al informe anual que elabora la EANA (Navegación Aérea Argentina), los vuelos de cabotaje de Aerolíneas Argentinas y Austral tienen una ocupación del 80%.

La remodelación, en los planes

   El aumento en la cantidad de vuelos y pasajeros derivó en el pedido por parte del municipio a la empresa concesionaria de ampliar y mejorar las instalaciones actuales.

   Aeropuertos Bahía Blanca SA (ABBSA) presentó a principios de año una propuesta de remodelación, la cual ha sido aceptada en los últimos días --"con algunas pequeñas modificaciones", según se mencionó desde la municipalidad-- y ahora será elevada a consideración del Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos (ORSNA), para su aprobación. A partir de obtener el visto bueno, ABBSA procederá a licitar la obra, la cual, en el mejor de los casos, podría ponerse en marcha antes de terminar el año.

   Las reformas incluyen la colocación de una segunda manga de acceso a las naves, la mudanza del sector gastronómico, la adición de cintas transportadoras para el equipaje y nuevos locales comerciales, entre otras.

   Las remodelaciones propuestas para la planta baja comprenden la reforma de la sala de equipajes; reubicación de check in y self check in, reforma de baños y nuevo mobiliario. En la planta alta se refuncionalizará la sala de embarque; se reubicará la sala Vip, habrá nuevo núcleo de embarque, con escalera pedestre y se instalará ascensor y manga telescópica.

La evolución

   En los últimos cinco años la cantidad de pasajeros del aeropuerto bahiense creció un 55,95%, pasando de 283.927, en 2003, a 442.185 en 2017.

   Curiosamente, la cantidad de aviones (arribos y salidas) no tuvo un crecimiento tan importante, pasando de 6.408 a 7.271, es decir un crecimiento del 13,47%.

   De allí la expresión del jefe del aeropuerto al mencionar que ha sido más importante el aumento de pasajeros que de vuelos. 

Pura historia

   El aeropuerto de Bahía Blanca tiene una historia que lo distingue del resto de las terminales argentinas. Este año cumplirá 89 años de operatividad, siendo el primero del país habilitado para un servicio regular de cabotaje.

   Su primer emplazamiento fue en Villa Harding Green, lugar elegido por la Aeroposta Argentina SA, firma de capitales franceses, para construir la terminal de la "Línea Patagónica", entre Bahía Blanca y Comodoro Rivadavia, con escalas en Trelew y San Antonio Oeste.

   El vuelo inaugural fue el primero de noviembre de 1929, con aviones Laté 25 y Laté 28, uno de los cuales fue piloteado por el jefe técnico de la empresa, el escritor Antoine de Saint Exupéry.

   La infraestructura del aeropuerto era propia de la época: pistas de tierra y balizas a kerosene. Una elemental torre de control de madera y algunos hangares de chapa. Una nota publicada por este diario en 1957 daba cuenta de su precariedad.

   “Ascender o descender" de una nave requería "una buena dosis de espíritu de sacrificio y voluntad".

   La génesis del actual edificio data de 1966, cuando la Armada Argentina cedió al municipio, en comodato, 20 hectáreas de tierras sobre la ex ruta 3. En 1968 la provincia licitó la nueva terminal, la cual se habilitó en enero de 1970, con la llegada de un Jet Bac One Eleven de Austral.

   Se mencionó entonces que el lugar atendería "con eficiencia" los servicios operativos "por los siguientes diez años", y que "modificaría el temperamento operativo" cuando, por caso, llegaran "aeronaves a reacción". Más allá de algunas adecuaciones concretadas en el tiempo, la primera intervención importante data de 2008, cuando duplicó su superficie y modificó su estética.

Bahía Blanca-Buenos Aires

    Cuando en 1929 se estableció la línea aérea entre Bahía Blanca y Comodoro Rivadavia, Buenos Aires quedó excluído de ese recorrido, porque el tramo desde nuestra ciudad hacia la Capital se cubría con el ferrocarril.

   En 1930 se añadió ese recorrido en avión, con punto de llegada el aeropuerto de General Pacheco. En 1932, retirada Aeroposta, el trayecto volvió a quedar sin servicio aéreo por algunos años.

   En 1956, por caso, Aerolíneas Argentinas (AA) realizó su primer vuelo entre el aeroparque Jorge Newbery y Villa Harding Green con una nave DC-4, con capacidad para 55 pasajeros.

   "Este viaje, se dijo, prueba que AA consideró una necesidad dotar a Bahía Blanca de un servicio adecuado a su importancia. AA contribuirá para que esta ciudad alcance el plano preponderante a que aspiran sus fuerzas vivas", dijo un directivo de la compañía.

La playa

    Otra situación pendiente y postergada por parte de la municipalidad desde hace una década es la administración del estacionamiento de la aeroestación. Si bien puede parecer un tema menor, o secundario, el mismo permitiría generar una recaudación que cubriría sobradamente el canon mensual que la comuna hace a la Armada Argentina por el uso de las tierras donde opera el aeropuerto.

   Cuando en 2008 el Concejo Deliberante aprobó la concesión de la terminal a privados, impuso la condición de que también se hicieran cargo del estacionamiento, fijando el pago de 16 mil pesos mensuales, el 50% de lo que se pagaba a la Armada en ese momento.

   Sin embargo, la concesionaria se excusó luego de tomar ese manejo, argumentando que se trataba de un negocio deficitario.

   Desde entonces fracasaron todos los intentos por adjudicarla.

   El intendente Héctor Gay señaló a La Nueva. que desde el municipio se "ultiman los detalles" del pliego para una nueva licitación, "que aliente la participación de varias empresas".

   Esta década el canon se incrementó cuatro veces: hoy se ubica en 121.000 pesos.

   Considerando que en la actualidad se estima que 650 autos utilizan, cada día, el estacionamiento y que el valor horario se podría ubicar entre 50 y 70 pesos, la recaudación mensual podría alcanzar los 650 mil pesos. A eso deberá sumarse la explotación comercial del lugar y la prestación de otro tipo de servicios.