Bahía Blanca | Lunes, 11 de agosto

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“Quiero demostrar que puedo ser el arquero de Olimpo”

Guido Villar, después del debut en el arco aurinegro, aclaró con sorna: “Ahora el teléfono suena más seguido”.

Esa sonrisa lo dice todo, junto a mamá Diana y papá Alberto. Y los trofeos del debut: el buzo de Olimpo y el regalito de Nico Navarro, arquero de San Lorenzo. Foto: Sebastián Cortés-LNP.

Por Sergio Daniel Peyssé / [email protected]
Nota publicada en la edición impresa

   “Es todo tan lindo... Estoy feliz”.

   Después del suspiro y una sonrisa todavía vergonzosa, Guido Emanuel Villar empezó a enumerar las sensaciones que le dejó el debut en Primera división, en el arco de Olimpo frente a San Lorenzo.

   Esas mismas impresiones y vivencias que el día de mañana el arquero bahiense criado en Villa Rosas contará infinidad de veces por el resto de su vida.

   Tras sus 90 minutos iniciales en el Nuevo Gasómetro, a la actuación del “Flaco”, como lo apodan en el mundo aurinegro, se refirieron los rivales, sus compañeros, los dirigentes, los periodistas y todos aquellos que, de alguna manera, siguen de cerca al conjunto bahiense en la elite del fútbol argentino. Sí Guido, elogios al por mayor...

   “La verdad, estuve y estoy muy tranquilo. Esperé mucho este debut, pero mantuve la mente fría y, salvo el resultado final, salió todo más que redondito”, señaló el golero de 20 años, 1,92 de estatura y, según los que saben, con enorme futuro.

   “Lo que no puedo negar es que la procesión iba por dentro. Nunca había sentido tanta adrenalina dentro de una cancha, aunque pude controlar la ansiedad y los nervios no me jugaron una mala pasada. Pude hacer un buen partido; creo que en los goles no tuve ninguna responsabilidad”, agregó.

   --Después de semejante debut, ¿en cuánto te cambia la vida?

   --Uhhh... No sé. Pienso seguir entrenado y, si me toca atajar otra vez, empezar a demostrar que puedo llegar a ser el arquero de Olimpo en próximas competencias.

   “Sí debo reconocer que el teléfono suena más seguido y por la calle me saluda gente que ni conozco. Me hicieron notas en casi todos los medios y el facebook estalló de solicitudes de amistad. Soy muy seguro de mi mismo y sé que tengo que mantener los pies sobre la tierra”.

   --¿Tenés más amigos que antes o son los mismos de siempre?

   --Tengo muy en claro lo que significa la palabra amistad. Mis amigos son los que estuvieron siempre, los que me apoyaron y me alentaron para que yo pueda llegar a cumplir este sueño.

   --¿Qué sentís cuando lees en las redes sociales: “con Villar, Olimpo tiene arquero para rato”?

   --Un orgullo muy grande, y bastante timidez también. Olimpo tiene arqueros muy parejos y, sin miedo a equivocarme, al que le toque atajar lo hará en un alto nivel.

   --Un amigo tuyo, y podés imaginar quién, me comentó, muy al pasar, que después de este debut ya no te vas a volver más sólo del boliche. ¿Será así?

   --Ja, ja... Soy de salir muy poco, pero cuando arranco, lo hago con mi hermano (Albano). Y te “chusmearon” bien, por lo general él se vuelve acompañado y yo con frío y con hambre...(risas). Él tiene más levante, es así, pero ahora espero que cambie. Ya les avisé a los pibes, cuando termine el torneo no me para nadie...(risas).

   --Lo que es complicado es conseguir alguna de tu estatura...

   --Ni hablar. Ya me había acostumbrado a las de un metro sesenta, a mirarlas a todas desde arriba. La altura siempre fue una contra, pero mis amigos dicen que preguntan por mi hasta las que apenas superan el metro...(risas). Igual no me gustaría conocer a alguien por interés; si empiezo una relación es porque conozco a la persona y sé quien es.

“Siempre me gustó jugar de 5 y no al arco”

   Se crío en Villa Rosas, a 6 cuadras del club Libertad, hizo infantiles y menores en Bella Vista y debutó en la Primera división de Olimpo.

   Una historia bastante rara, que el mismo Guido contó con lujos de detalles...

   "De chico, en la Liga Barrial, en el club Ce.Cu.Dei de Villa Delfina, jugaba de 5. Tenía 8 años y me gustaba mucho más ese puesto que de arquero. Un día, cuando ya tenía 9, en un torneo de verano, en el complejo de Telefónica, no podíamos completar el equipo y faltaba el arquero, así que yo elegí ir al arco. Ahí me vio Sebastián Polla (profe de Educación Física y formador en las inferiores del "Gallego'), quien me preguntó si quería ir a Bella Vista. Le dije que sí, pero le aclaré que mi intención era ir a probarme de volante. No hubo caso, fui al arco y a `Seba', mi descubridor y a quien nunca me voy a cansar de agradecerle, le tuve que terminar dando la razón...(risas)".

   "Después, cuando arranqué como federado, Carlos Mungo (lo llevó al aurinegro) me marcó a fuego y Walter Carrio me dio los mejores consejos. De los cuatro que tuve en Olimpo, en la elite de AFA, Bassedas es el que más me habló y el que me convenció de que puedo ser un arquero de un equipo de Primera".

   --¿Qué dice tu familia?

   --Están más contentos que yo, imaginate. Son el apoyo de todo lo que hago y podré llegar a hacer.

“Es loco como Migliore”

   Al buzo que le regaló Nicolás Navarro, arquero de San Lorenzo, no lo pondrá en un cuadro ni lo colgará en ningún rincón especial de su habitación. "Se lo traje a mi papá (Alberto José), hincha del "Ciclón". Mi viejo se merece eso y mucho más", sintetizó Guido, antes de ser definido, como golero, como hijo y como persona, justamente por papá Alberto.

   "Antes del debut lo vi tranquilo y confiado. Sabía que lo podían llegar a pelotear, pero no lo iban a golear. Cumplió el sueño que tanto quería, ahora lo tengo que acompañar para que siga creciendo".

   "Guido es callado y muy calmo, pero dentro de la cancha se transforma. Él dice que para atajar tenés que estar un poco loco, y se compara con Pablo Migliore. Vive mirando videos, copiando movimientos de arqueros y llevándolos a la práctica".

   "Tiene la virtud de que, en un mano a mano, no corre la cara, mira al delantero fijamente y trata de adivinar que es lo que va a hacer. Es un arquero que le gusta dominar el área, es muy seguro de si mismo y no hace pavadas. Necesitaba esta oportunidad, ahora depende de él; ver hasta donde quiere llegar".

   "Su bajo perfil lo hacen ser una persona muy querida por sus familiares y amigos. Es amable y hablar con todos. Pero lo que más le pido es que siga siendo el mismo de siempre".

   "Estoy muy orgulloso de él y de mis otros tres hijos (Ramiro, de 33 años; Emiliano, de 30 y Albano, de 22). Con mi señora le dimos la mejor educación que pudimos, y lo que son en la vida nos hacen sentir más que felices".