Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Donde hubo fuego... ideas para lograr una fogata hipnótica

Mirar el fuego mientras tomás algo refrescante puede ser una hermosa sensación al terminar el día de playa. Algunos tips para lograr una fogata segura y controlable.

Nada más acogedor que una fogata en la playa.

Franco Pignol / fpignol@lanueva.com

   Seguro que alguna vez te quedaste sentado alrededor del fuego mirando fijo entre las llamas que crecen, desaparecen y vuelven a aparecer. Un loop mágico, hipnótico, que genera sentimientos de paz, tranquilidad y optimismo.

   Desde tiempos muy lejanos los seres humanos encontraron en el fuego, más precisamente en las fogatas, un lugar de reunión, en donde además generar calor para pasar las frías temperaturas de la noche también lograban instantes eternos para contar cuentos, historias y canciones.

   Las llamas y las brasas también pueden servir para dorar carne, calentar la pava o el agua para los fideos.

   Las fogatas son muy generosas a la hora de irse de camping. Pero es fundamental ser precavidos y prestarle atención a los siguientes consejos para hacer un fuego seguro y controlable.

Tres tips para tener en cuenta y pasarla bien

   — Para que el fuego no se extienda más allá de lo controlable, hacé un agujero de unos 30 centímetros de profundidad. Si el terreno es muy duro y se te complica, armá un círculo con piedras, ladrillos o escombros.

   — Si bien cada uno tiene su técnica para colocar las maderas, ramas o leña, recomendamos poner dos ramas paralelas dentro del círculo, a unos 60 centímetros de distancia. En el medio le podés agregar hojas secas, papel de diario y leña. Luego podés poner dos ramas paralelas más, pero en la dirección oblicua a las primeras y volvé a rellenar el centro. Podés repetir este procedimientos cuatro o cinco veces más.

   — Chequeá bien que sobre la fogata no haya ramas de árboles o algún tipo de material inflamable. Tiene que estar todo despejado.

   — Sólo queda prenderlo. Podés poner papel de diario enrollado en el centro, entre las hojas secas, cubriéndolo con ramas más gruesas para que las pequeñas llamas queden protegidas del viento.

   — Una vez que está encendida, no te olvides de sentarte en la reposera, abrir la conservadora que llenaste previamente con hielo y disfrutar de esas cervezas.