Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Mabel, la abuela de Bahía que lleva a River en la piel

Fotos: gentileza Mabel Loo

   Tiene 74 años, vive en Bahía y es fanática de River. Lo sigue siempre. Lo lleva en la piel.

   Mabel Loo es un emblema entre los Millonarios de la ciudad. Hace dos años se tatuó el escudo en su brazo derecho y desde 2011, cuando River perdió la categoría, no paró de viajar.

   “En las malas mucho más”. Así lo entendió ella cuando decidió estar cada domingo de partido en la tribuna del Antonio Vespucio Liberti. No se pierde ninguno: cada vez que los de Núñez son locales, ella reserva su lugar en el micro de la filial Marcelo Gallardo y recorre los más de 600 kilómetros que separan Bahía del estadio Monumental.

   Viaja con la indumentaria de River, canta a la par de los más jóvenes y ve el partido desde la Sívori baja, siempre con el mismo grupo. Es su manera de ser feliz.

   Mabel es jubilada, cobra la mínima y trata de ajustarse para no renunciar a su cita con el tablón. Cuando se complica, recurre a su familia.

   —Mis hijos a veces me ayudan con los pasajes. Para el Día de la Madre me preguntaron qué precisaba de ropa y les dije "quiero la plata para ir a ver a River". Ahora viene mi cumpleaños y les voy a pedir para ir el 24. Me las arreglo, no me voy a perder nada. Vi todas las Copas con el Muñeco, estoy muy feliz de haber visto todo lo que ganamos últimamente.

   Mabel estuvo en 2015 en el partido de River ante Boca por los octavos de final de la Copa Libertadores. El Millonario ganó 1-0 de local y después avanzó en la Bombonera, la noche del famoso gas pimienta.

   —Fue una felicidad dejar a los bosteros afuera, a pesar de que tengo un hijo y nietos de Boca, eh. Y esta final no me la pierdo, me muero si no voy.

   Intenta imaginar el desenlace pero no puede. No se anima a tirar un resultado. Dice que Boca es Boca, que los clásicos son los clásicos y que los partidos hay que jugarlos. Por supuesto todas sus fuerzas van para River, que define en su cancha, donde miles de fanáticos como Mabel dejarán su garganta por una Copa más.

Un compañero especial

   Enfermo de River. Así se define Guillermo Serrano.

   Guille, como lo llaman sus amigos, tiene 70 años y es compañero de Mabel. Compañero de pasión. Y compañero de asiento.

   Empezó a ir a la cancha en la década del 60: recuerda que su debut fue en la Boca y fue triunfo del local. Desde ese entonces viajó siempre y en el Monumental tiene casi asistencia perfecta.

   —Llegás a River y es otro mundo. Antes viajaba solo y ahora voy con la filial.

   Guille vio todos los cruces con su eterno rival por Copa Libertadores: los cuartos de 2000, las semis de 2004 y los octavos de 2015.

   Tenía decidido viajar para esta Superfinal, pero un accidente lo obligó a hacer reposo y quedarse en casa. Esta vez deberá conformarse con verlo por la tele. Por suerte, dice, el 99,99 % de su familia es Millonario. No habrá lugar para las rivalidades. 

   —No podemos perder, Boca es el rival de toda la vida. Estamos parejos, pero tengo confianza.

 

Se viene la Superfinal, quién la gana