Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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La venecita recupera terreno a partir del color y el brillo

Los mosaicos venecianos,  conocidos como venecitas, han vuelto a ser protagonistas de la decoración, con gran variedad de colores y texturas.

Si tenemos en cuenta su origen milenario, ya lo usaban los romanos, han recorrido un largo camino y aún siguen despertando interés.

Se trata de una tesela confeccionada a base de vidrio y otros minerales, como la sílice, muy duradera y que no sufre cambios en su color o formato. Es un producto manual y rústico.

Utilizadas en  el baño, hasta un un mínimo detalle o una gran pared, hacen de este material una pieza perfecta de decoración por su colorido y peculiar aspecto.

Se mueve

Una de las ventajas de decorar el baño con venecitas es el efecto visual de movimiento  que produce. Lo interesante de esta puesta colorida es que siempre sorprenderá con juegos de claros y oscuros, de acuerdo a la posición de la iluminación.

Son ideales para dar cuerpo a dibujos, florales, guardas y el marco para un espejo.

Pero no todas la paredes o el piso necesitan estar revestidos con estos mosaicos. En algunos casos, donde el baño presenta una división entre el tocador y la ducha, es posible que el tabique de separación esté recubierto de venecitas.

La zona de la ducha es una excelente opción para hacer que este revestimiento en tres colores produzca claridad y frescura en la composición general.