Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Una foto casi decisiva para octubre

Una foto casi decisiva para octubre. Crónicas de la república La Nueva. Bahía Blanca

Cambiemos resolvió esta madrugada más que favorablemente la foto que tanto lo obsesionaba, y que se expresa en dos datos puntuales: el amplísimo triunfo de la coalición que gobierna bajo el liderazgo de Mauricio Macri a nivel nacional, con hitos en algunos casos impensados como los triunfos en Córdoba, Santa Cruz, Santa Fe, San Luis, Entre Ríos y la histórica paliza que Elisa Carrió le propinó a sus rivales de turno en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Pero también, y más contundente aún, por los parejísimos números en la provincia de Buenos Aires, donde claramente si algo ha quedado palmariamente demostrado sobre el escenario es el principio del fin del sueño de un regreso con gloria que imaginaron hasta ayer los seguidores de Cristina Fernández de Kirchner.

Esta foto, o esta gran encuesta nacional que para la mayoría de los consultores y analistas significaron las primarias abiertas y obligatorias realizadas en un impresionante marco de paz y conciencia cívica, le otorga un formidable respaldo al gobierno y a la coalición que integra para imaginar una buena cosecha de bancas en las elecciones del 22 de octubre.

Aunque de antemano se anticipa que, salvo algún milagro de los que no abundan en política, no modificará gravemente las mayorías y minorías que hoy rigen el funcionamiento de ambas cámaras del Congreso.

Demuestra además, otro enorme dato, que el hartazgo de la sociedad hacia formas autoritarias y falsamente populistas de hacer política, aún en tiempos de esperanzas flacas para muchos sectores sociales que siguen postergados, logró imponerse pese a todos los pronósticos de aquellos que aseguraban que la escandalosa corrupción de los años en los que gobernó el kirchnerismo-cristinismo no iban a pesar en la conciencia del ciudadano.

Con los resultados frescos en la mano si hay algo de lo que Macri y su gurú Jaime Durán Barba se pueden ufanar y celebrar es el éxito de la polarización con la expresidenta que plantearon desde el arranque de la campaña. Y que encontró fuertes reparos aún dentro de la misma fuerza oficialista, tal vez con el diputado Emilio Monzó como principal abanderado de esa corriente contraria.

Que la gente votó a favor de Macri o en contra de Cristina lo prueban aquellos triunfos de Cambiemos en distritos provinciales históricamente peronistas, y por lo tanto atados con pena y sin gloria a los líderes de turno, hasta los sorprendentes resultados que Cambiemos obtuvo en bastiones como la Primera y Tercera sección electoral de la provincia de Buenos Aires donde los aprontes previos le auguraban una derrota con síntomas de terremoto.

De la elección interna surgen claramente como ganadores, y potencian cada uno en lo suyo sus aspiraciones futuras, el propio Macri, la gobernadora María Eugenia Vidal y en modo especial la diputada y cofundadora de Cambiemos, Elisa Carrió.

El presidente porque seguramente la elección de octubre ratificará en líneas generales los resultados de la encuesta nacional de ayer, y le procura antes que nada un altísimo piso de gobernabilidad para los dos años largos que le quedan de mandato.

Y le abrirían a priori, aunque falte una eternidad, un promisorio camino para coronar su intención, admitida por él mismo dos veces en la semana que paso, de ir por la reelección en 2019.

La gobernadora literalmente no tiene techo político luego de haberse cargado la campaña al hombro y sostener debajo suyo a candidatos escasamente conocidos por el votante. Una prueba impresionante de que su mensaje esperanzador y de lucha sin cuartel contra las mafias que se enseñorearon en la provincia durante los últimos 25 años no pasó desapercibido pese a las penurias de muchos bonaerenses que no la están pasando bien.

Carrió se coloca después de su aplastante triunfo en la Ciudad casi como un par de Macri en el esquema de poder de Cambiemos. La diputada nacional, que batió todos sus records anteriores en materia de cosecha de votos, ya era una voz importante, y hasta intimidante, en la administración nacional.

Lo era y de hecho lo seguirá siendo en su carácter, ampliamente apoyado por la ciudadanía y ratificado ayer, de "guardiana moral" de la República.

Cristina celebraba esta madrugada su pase para ser candidata a senadora en octubre. Y su seguro ingreso a la cámara alta. Suena a premio consuelo, para ser benevolentes, con esa mujer que se imagino a sí misma dueña eterna del poder.